Otros tres detenidos en un operativo policial contra la Unión Patriótica de Cuba este miércoles
- Una colaboradora revela cómo la Seguridad del Estado quería reclutarla y forzarla a envenenar la comida de la organización
- Prisoners Defenders denuncia 350 detenciones en menos de un mes en el entorno de la Unpacu
Madrid/Un nuevo operativo policial hostiga con dureza este miércoles la sede de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), también domicilio de su líder, José Daniel Ferrer, en el barrio de Altamira, en Santiago de Cuba. Según informó el propio opositor a través de sus redes sociales, tres jóvenes colaboradores de la organización, Silenay Guevara López, Yailín Cala Laurencio y Kevin Alfredo Gámez González, fueron detenidos a primera hora.
Además, dijo Ferrer, “intentaron detener y usaron violencia” contra una embarazada, Claudia Virgen Rodríguez Chacón. “Otras colaboradoras no han llegado aún, tememos que puedan estar detenidas”, indicó.
El opositor acompañaba su mensaje de un video que mostraba a uno de los agentes de la Seguridad del Estado apostado en las inmediaciones de la vivienda, que en un momento dado intentó arrebatarle el móvil al ex preso político Roilán Álvarez Rensoler, que lo filmaba. “¿Tú le tienes miedo a la cámara, esbirro?”, le pregunta el activista mientras el otro hombre se aleja del lugar.
“Desde el día en que nos visitaron esos periodistas, el régimen disminuyó la intensidad del cerco, y tuvimos relativa tranquilidad”
En su grabación, Ferrer explica que el martes de la semana pasada recibieron la visita de tres empleados de la agencia Reuters, un reportero, un camarógrafo y un fotógrafo. “Desde el día en que nos visitaron esos periodistas, el régimen disminuyó la intensidad del cerco, y tuvimos relativa tranquilidad, menos detenciones, menos acoso, menos amenazas”, cuenta el opositor, aunque sí padecieron “intentos de envenenarnos o contaminarnos los alimentos”, a la vez que continuó el acoso a los colaboradores del comedor social de la Unpacu para amenazarlos.
Una de estas voluntarias, Josefina Reyes Londres, dio detalles de la actuación de la Seguridad del Estado en su caso en un video publicado el lunes por José Daniel Ferrer. “Ellos querían que yo le echara un polvo que ellos me iban a dar a la comida, querían que echara trapos en la taza para que se tupiera la taza, querían que echara chinches en los cuartos”, contó la mujer, que se negó a esas pretensiones. “Les dije que no, que cómo yo iba a echarle cosas en la comida cuando mis hijos también comían de ahí, y cuando hay un niño también pequeño en la casa”, esgrimió refiriéndose al hijo de Ferrer y su esposa, Nelva Ortega.
El opositor refirió que llamó a Reyes, conocida como Finita en el barrio y que había sido vecina de la familia, para colaborar con la Unpacu como “buena cocinera” que es. “Ella no es opositora”, aclara el activista, pero, “como siempre pasa”, la policía política intenta convertir a todos en agentes suyos. En el caso de Reyes, le dijeron que la llamarían “agente Román” –como se llamaba su esposo, ya fallecido– y tendría que hacer lo que ellos le dijesen. “Bajos como son, le dijeron a Finita que Román había sido agente de ellos, porque ellos convierten en agente hasta al indio Hatuey, cuando les conviene para manipular, presionar y conseguir de otras personas lo que quieren”, ironizó Ferrer.
A Reyes también le pidieron que hiciera creer a Ferrer y a Ortega que el activista Fernando Rodríguez Vaillant –“dos veces preso político por su firmeza”, precisó el líder de la Unpacu– trabajaba para la Seguridad del Estado. La amenazaron con sacarla de su casa, propiedad del Estado, a ella y a su familia.
"Yo a ti te conozco, te conozco hace años, y no me sentía bien haciendo lo que ellos querían"
La mujer confiesa al opositor su temor de que, al hacer pública la denuncia, las amenazas arrecien, y que pueda perder su casa e incluso sus hijos. La mujer se quiebra en llanto al decir, dirigiéndose a Ferrer: “Yo les dije que no podía morder la mano que me da de comer, eso de primera, y de segunda, yo a ti te conozco, te conozco hace años, y no me sentía bien haciendo lo que ellos querían, y como me sentí mal, y no quise más lo que ellos me estaban diciendo, ellos empezaron como a ponerme en contra de ti”. El opositor le dice que por eso mismo le dijo que la iban a ayudar y a proteger “en la medida de lo posible, dentro y fuera de Cuba”.
Reyes es, precisamente, una de las entrevistadas por Reuters, en su reportaje sobre la Unpacu emitido este martes. “Yo no le estoy haciendo daño a nadie por venir aquí a ayudar”, dice la mujer, que añade que ella no entiende de actividades políticas.
La agencia británica, que cuenta el acoso y las amenazas recibidas por los colaboradores de la organización, asegura que “el Gobierno cubano no respondió a la solicitud de comentarios sobre las acusaciones”.
Este mismo miércoles, Prisoners Defenders (PD) denunció en un comunicado que el régimen lleva 350 detenciones en menos de un mes en el entorno de la Unpacu “para frenar la imparable labor humanitaria de José Daniel Ferrer”.
La organización, además de mencionar el caso de Josefina Reyes, hace un repaso de todo el acoso recibido por el opositor desde que fue excarcelado, a finales de enero, como parte de un acuerdo entre el régimen y el Vaticano.
“La Seguridad del Estado está atacando con una indiscriminada y cruel represión a los más vulnerables, las personas que acuden a recibir ayuda”
“La Seguridad del Estado está atacando con una indiscriminada y cruel represión a los más vulnerables, las personas que acuden a recibir ayuda”, indica PD, que contabiliza que tres meses, “desde el primer día que José Daniel Ferrer salió de prisión, el 16 de enero de 2025”, la Unpacu “ha distribuido 30.503 servicios de ayuda humanitaria (entre desayunos, comidas, cenas y atención médica), alcanzando un ritmo creciente de casi 1.300 personas diarias, hasta que la inhumana represión del régimen y las detenciones sobre los beneficiarios hiciera disminuir el ritmo de afluencia de personas vulnerables hasta los 500 al día en los últimos días”.
La persecución contra todo aquel que se ha acercado en estas semanas a la organización opositora ha incluido la confiscación de alimentos, el robo directamente de dinero e incluso el acoso sexual a colaboradoras.
Prisoners Defenders recuerda en su largo reporte los inicios de la labor humanitaria de Ferrer, a principios de los años 90 y del Período Especial, cuando creó, junto a sus hermanos Luis Enrique y Ana Belkis –ambos hoy en EE UU–, una cofradía de pesca en el poblado donde residían entonces, Manganeso, cerca del Embalse Canasta, con la intención de “alimentar al máximo de familias de la zona”.
La iniciativa, que resultó exitosa, sufrió el acoso de la Seguridad del Estado, al tiempo que los hermanos comenzaban su labor política. Ferrer, implicado en la recogida de firmas para el Proyecto Varela, sería uno de los presos de la Primavera Negra de 2003 que se negaron a salir de Cuba a cambio de su excarcelación, en 2011.
Desde entonces, no ha cesado de ser blanco del régimen, y ha sufrido más encierros carcelarios: en 2019 y en 2021. “La prisión sufrida por José Daniel Ferrer en el período entre el 11 de julio de 2021 y el 16 de enero de 2025”, asevera la ONG con sede en Madrid, “fue la más inhumana sufrida por este hasta la fecha”. El opositor sufrió, prosiguen, “las condiciones continuadas más adversas de las que se tienen noticia sobre cualquier preso de conciencia en el hemisferio occidental en muchos años”.