La Tribuna Antiimperialista de La Habana, víctima de la escasez de cemento en Cuba
La planta de Cienfuegos, principal proveedora de cemento del país, entregó en 2022 apenas un 40% de su capacidad
La Habana/Además de afectar gravemente la construcción de viviendas, la falta de cemento está retrasando las obras de restauración de uno de los lugares más simbólicos del régimen cubano, la Tribuna Antiimperialista de La Habana, conocido popularmente como el "protestódromo". La escasez de materias primas y de combustible encabeza la lista de los problemas de las plantas, como la de Cienfuegos, principal proveedora de cemento del país, que entregó en 2022 apenas un 40% de su capacidad anual de producción de un millón de toneladas.
En los últimos días, la prensa oficialista ha dedicado varios artículos a los proyectos habitacionales o instalaciones claves del tejido productivo. El último, este jueves en Cubadebate, recuenta el rosario vivido para la restauración de la Tribuna Antiimperialista, situada en el Malecón, frente a la Embajada de EE UU.
El medio oficialista recuerda que los trabajos iniciaron en 2019, pero se pararon por las medidas de confinamiento por el covid-19. Rafael Becerra Cardelo, oficial de la Empresa de Servicios Especializados y la Dirección Integrada de Proyectos, dijo al digital que la última etapa se inició en marzo de 2022 y se esperaba que para junio de ese año estaría todo listo. Sin embargo, por la crisis energética no se pudo cumplir el plan y aún no tienen fecha para la culminación. A la lista de problemas se suma, añadió el funcionario, la falta de cemento.
La prensa describe que la escasez de este material es el talón de Aquiles de la industria de construcción, considerada como "tractor" de la economía porque estimula la demanda de otros sectores. El desabastecimiento afecta los trabajos menores hasta agravar la precariedad habitacional, como en la provincia de Pinar del Río, donde la Dirección de Vivienda reporta 102.2299 casas damnificadas que no pueden ser atendidas precisamente por falta de materiales.
Hasta diciembre de 2022, la fábrica de cemento de Cienfuegos, que provee el 60% de este material en Cuba, había completado la elaboración de 406.505 toneladas, dijo al canal Perlavisión el gerente de la empresa, Ernesto Gálvez,apenas un 40% de la capacidad de producción de esa planta, porque tuvieron que parar en noviembre los hornos por la falta de materias primas y los apagones.
Gálvez reconoció que no son los niveles de producción que "quieren", pero están en línea con la meta de 2022, de 490.000 toneladas. En ese momento, el director adelantó, sin precisar cifra, que para este año las proyecciones son "más retadoras" con planes para reducir los costos y asegurar las exportaciones.
El diario provincial Escambray también dedicó esta semana un artículo a su fábrica de cemento Siguaney, ubicada en el municipio de Taguasco, en Sancti Spíritus. Citando al director técnico de la empresa, Saúl Rodríguez Pérez, este medio asegura que la producción fue de apenas 26 toneladas al cierre del año pasado, una cifra que discrepa de las 500 toneladas que dijo en diciembre que llevaban para esa fecha.
Siguaney estuvo paralizada durante siete meses en 2022 por reparaciones en sus hornos. Para reactivar las líneas de producción, tuvieron que esperar la importación de ladrillos refractarios, que no pudieron utilizarse hasta la última semana de diciembre, cuando hubo, además, una disminución de los cortes en el servicio eléctrico. Como consecuencia del paro de trabajos, aseguró Rodríguez, el ritmo productivo fue "tan inestable" que obligó a la industria "a repensar su modo de hacer".
La escasez de combustible, los apagones y la falta de accesorios son "amenazas" para garantizar la producción actual de la planta cementera, insistió el director, que, sin embargo, cree contar con "todas las condiciones" para cumplir con el plan de 2023 de fabricar 50.000 toneladas de cemento, de las cuales 46.000 serán gris y 4.000 blanco.
A pesar de que la cifra propuesta es superior en comparación con 2022, Rodríguez reconoció que no es suficiente para igualar los niveles de producción antes del paro y que, incluso cumpliendo el plan, serían 20.000 toneladas menos que en 2021.
Según Escambray, los técnicos y directivos de la planta están al tanto de que la producción de cemento en la provincia está "muy lejos" de las tiendas de comercio y de los cubanos que "pretenden construir".
El principal cliente de Siguaney es el Ministerio de la Construcción, junto con los de Vivienda y Turismo. Una "pequeña cantidad" se destinará a la venta para la población, donde pocos pueden acceder a una bolsa por los exorbitantes precios y porque tampoco se encuentra con facilidad en las ferreterías. El director aseguró que también fabricarán un nuevo cemento para el revestimiento de pozos de petróleo, con un pedido de 300 toneladas de la Empresa Perforación y Reparación de Pozos de Petróleo y Gas (Empercap) e igual cantidad para la australiana Melbana Energy, que ha empezado a operar en Cuba.
Rodríguez aseguró que no se quedaron "de brazos cruzados" durante el paro de actividades del año pasado y, para mantener la liquidez financiera, comenzaron a elaborar piezas alternativas que no requieren acero, como adocretos y losas de piso.
Los problemas en la producción también habían sido advertidos meses antes por la prensa provincial de Camagüey, donde se encuentra la cementera 26 de Julio. El diario Adelante señaló en septiembre del año pasado que los trabajos de reparación de esta planta apenas tenían un 15% de avance. En esa ocasión, el viceprimer ministro Ramiro Valdés Menéndez no dudó en culpar del retraso a los trabajadores al señalar su baja productividad.
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