Turiguanó vende 132 tipos de cortes de carne a los hoteles, no a los cubanos
La empresa ha logrado 1.330.000 pesos en utilidades y sus ventas alcanzan los 614.000 en MLC
La Habana/En Ciego de Ávila hay una empresa cárnica que funciona y terminará el año con ganancias. En los diez meses que van de año, la Empresa Genética de Turiguanó ha logrado 1.330.000 pesos en utilidades y las ventas alcanzan los 614.000 en moneda libremente convertible, una proeza en el actual contexto.
Sin embargo, su éxito ni siquiera roza la mesa de los cubanos: su carne ha ido a parar al turismo y se espera que desde ahora sirva para abastecer por completo a los hoteles de la zona de Jardines del Rey, sustituyendo totalmente las importaciones.
La empresa, fundada en 1976 y ubicada en Morón, lleva siendo un ejemplo para las autoridades de la zona desde hace varios años. Justo antes de la pandemia, en 2019, la prensa estatal le dedicó buena parte de su atención. Miguel Díaz-Canel, entonces recién nombrado presidente de la República, se interesó especialmente por el centro. Aquel año por estas mismas fechas la entidad rompió el récord histórico de ventas totales en un mes, con 4.720.000 pesos, y una suma de 42 millones de pesos en lo que iba de año.
Su éxito se basa en la elaboración de productos cárnicos a partir de los 132 tipos de cortes que se realizan en su planta, 55 tradicionales, 62 especiales, 10 vísceras y cinco artísticos. Las ventas a todas las instalaciones hoteleras permiten "ahorrar al país cada año cuatro millones de dólares", indicaba entonces el diario Invasor, imbuido en la lógica nacional de que todo se compra fuera de casa y, por tanto, lo que se produce dentro es "ahorro".
La inversión extranjera ha puesto el ojo en la Genética de Turiguanó, que este octubre firmó una "carta de intención de negocio" con la alemana P.u.U del que no se han anunciado muchos detalles, salvo que se trabajará en la exportación de la carne de cerdo y res. El pasado año también trascendió que se negociaba con Treew Inc., una empresa canadiense establecida hace 15 años en Cuba y dedicada al comercio internacional.
Los visitantes instaron a la empresa a importar directamente y prescindir de intermediarios, porque se corre el riesgo de perder los beneficios que ha estado proporcionando
Sin embargo, incluso una empresa aparentemente sólida en medio de la tempestad está en riesgo. Según un artículo publicado este sábado en la prensa provincial, Yoan Sarduy Alonso, presidente del Grupo Empresarial Ganadero (Gegan) visitó las instalaciones de la Genética de Turiguanó en su paso por Ciego de Ávila y, en ese preciso instante, un apagón "volvió a poner en jaque a la industria donde cinco neveras de congelación y dos de mantenimiento preservan la carne". Además, la empresa carece de grupo electrógeno.
Los visitantes instaron a la empresa a importar directamente y prescindir de intermediarios, porque se corre el riesgo de perder los beneficios que ha estado proporcionando. Por ejemplo, según la nota, si hubiera cintas en funcionamiento se podrían hacer más cortes y más rápido, de manera que se sacrificarían 40 en vez de 20 reses diarias.
Las cuentas, en cualquier caso, podrían ser menos simples. El diario advierte de que las 4.200 cabezas de ganado que posee la empresa "no tienen asegurada toda la comida del año", ya que la sequía ha marchitado los pastos y, aunque se pudieron fertilizar los campos, no hay máquinas para recoger el heno.
El número de animales ha bajado desde 2019, y eso que las perspectivas no eran tales. En aquel reportaje de hace tres años se hablaba de los 5.300 ejemplares de la raza Santa Gertrudis en la que esta empresa está especializada y que la previsión era incrementar esa población de manera paulatina hasta los 11.000 para 2030. Por lo pronto, la reducción es de 1.100.
En 2020, la zona en que se ubica la Genética de Turiguanó estuvo 74 días en cuarentena por el covid-19, aunque el plan se cumplió en un 98%. No obstante, en 2021 la empresa comenzó a trabajar también en la diversificación y exportar carbón vegetal.
Las autoridades ganaderas, a la vista de lo que encontraron en su visita este fin de semana, instaron a "transformar la realidad, porque la proteína tiene que llegar a la mesa", aunque la mesa, desde luego, no es la de los cubanos.
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