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La UNE no da abasto en Ciego de Ávila y culpa a la población por el "hurto de recursos"

En una situación de escasez de todo tipo de insumos, el aceite dieléctrico se ha convertido en un bien preciado

El aceite dieléctrico se usa como lubricante en muchos equipos / UNE
14ymedio

26 de septiembre 2024 - 19:59

La Habana/La Empresa Eléctrica (UNE) en Ciego de Ávila tiene la soga al cuello. Además del muy socorrido déficit de combustible y los fallos en las termoeléctricas, que causan apagones de largas horas, las recién iniciadas asambleas de rendición de cuentas han puesto a la institución en boca de los cubanos, que se quejan del escaso alumbrado público funcional y de que la estatal tenga el índice más bajo de respuestas a los reclamos de la población.

En defensa de la UNE salió su director general, Daniel Pérez García, quien, citado por el medio local Invasor, dio las razones por la que su empresa no levanta cabeza. "A la provincia se le suma, en este contexto, la carencia de transformadores para reponer", asegura el directivo, que alega que los cubanos son en parte culpables del problema.

Los constantes apagones y sobrecargas del sistema eléctrico ya son lo suficientemente dañinos para los transformadores cubanos –muchos con más años de uso de los que deberían tener–, y generan con frecuencia "averías irreparables". Cuando esto sucede, y "la afectación es directa a la población", asegura Pérez García, "los transformadores en mal estado se cambian por los de entidades estatales, con todas las consecuencias productivas y económicas que puede conllevar dicha operación". 

No obstante, los vecinos de Ciego de Ávila no siempre corresponden el "sacrificio" de la UNE, que además entrega a la provincia un número escaso de transformadores anualmente. "Hasta mediados de septiembre se han cometido 32 hechos delictivos en seis municipios, reportándose la pérdida de unos 13.700 litros de aceite de los propios transformadores", se queja el directivo a Invasor, refiriéndose al robo del aceite dieléctrico de estos equipos que ocurre cada vez con más frecuencia.

"Los transformadores en mal estado se cambian por los de entidades estatales, con todas las consecuencias productivas y económicas que puede conllevar dicha operación"

La falta de transformadores se evidencia especialmente en el alumbrado público, que siendo el de menor necesidad –en comparación con los hogares y las empresas e industrias– termina despojado de los equipos. La poca iluminación en las calles ha sido precisamente un reclamo constante en las asambleas de rendición de cuentas, donde los cubanos alegan que la oscuridad imperante facilita la comisión de delitos y los accidentes. 

La UNE, sin embargo, argumenta que los "ramilletes" de luces –el conjunto de bombillos de cada poste público, cuya iluminación ya es "mínima"– son difíciles de reponer porque presentan "afectaciones considerables". Por el momento, a la empresa "los recursos materiales permiten elaborar 170 ramilletes, pero solo el municipio cabecera requiere más. La provincia solicita alrededor de 400, lo que suma unos 2.000 bombillos ahorradores", calcula Pérez García. Y la UNE no tiene esos recursos por lo que, por el momento, las calles seguirán a oscuras.

Sobre las tendederas, utilizadas para robar energía del tendido eléctrico para llevarlo hasta las viviendas de asentamientos informales, por el momento es "imposible erradicarlas" y las medidas para hacerlo están "paralizadas", pese a que en meses pasados la empresa ha declarado que trabaja intensamente en la detección de estas y otras ilegalidades. 

"Por otra parte, se calcula que entre el 60% y el 70% de las averías en la provincia son a causa del contacto de árboles con las líneas eléctricas. Se impone, por tanto, que la poda ha de ser una labor más frecuente, en la cual los eléctricos reciban el apoyo de otros organismos y de la población", añade Invasor, que insiste en involucrar a los cubanos en las responsabilidades de la UNE.

La única buena noticia es que la provincia ha logrado construir parques fotovoltaicos que generan unos 15 megavatios (MW) y, para 2025, la empresa se comprometió a terminar otro parque solar, que aportará otros 21.8 MW. La construcción se encuentra al 40%, aclaró el dirigente.

Pero, en general, la situación es poco esperanzadora y solo mejora cuando se compara con la de las provincias occidentales, donde el huracán Helene dejó a más de 233.000 cubanos sin electricidad.

El robo de aceite dieléctrico en específico es un delito que la UNE lleva meses denunciando. A mediados de septiembre las autoridades detuvieron a al menos cinco personas por robar esta sustancia en Mayabeque y La Habana. Todos ellos están acusados de un delito de sabotaje por el que podrían ser condenados a 15 años de prisión, ya que se puede considerar un "delito contra la seguridad del Estado" por afectar al normal funcionamiento de equipos –como las subestaciones y los transformadores– eléctricos.

"El hurto de recursos en infraestructuras como estas deja sin electricidad a barrios y comunidades. Cuando roban el aceite a un transformador de una subestación de 4.000 kilovoltamperios (kVA), eso provoca que más de 4.000 o alrededor de 5.000 clientes se queden sin servicio", explicaba entonces Israel Ramos Sáenz, ingeniero de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), dando a entender que el caso no era aislado, y ocurría en otros territorios de la Isla.

"Se calcula que entre el 60% y el 70% de las averías en la provincia son a causa del contacto de árboles con las líneas eléctricas"

El aceite dieléctrico es un lubricante muy útil en Cuba, donde otros aceites se evaporan o secan por el clima de la Isla. Este, en cambio, facilita la movilidad de todas las piezas interiores de un transformador con la ventaja de no conducir la electricidad. En una situación de escasez de todo tipo de insumos, la sustancia se ha convertido en un bien preciado, que se sustrae de postes eléctricos para terminar lubricando motores de electrodomésticos, entre otras funciones.

Para la UNE, sin embargo, la tarea de mantener el precario sistema eléctrico a flote se vuelve aún más difícil cuando ocurren estas fechorías. Según han revelado funcionarios de la empresa en otras ocasiones, cada robo implica tener que buscar el aceite en otras provincias que lo tengan disponibles, lo que exige tiempo y recursos, que se traducen en menos horas de luz para muchos cubanos.

Esta situación, no obstante, no es la principal causante de los apagones. La escasez de combustible que vive el país es la responsable de que desde hace días el déficit eléctrico no baje de 500 MW. Para la jornada de hoy, por ejemplo, el reporte de la UNE pronostica un faltante de 835 MW en horario pico.

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