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La variedad y calidad del "rey del pan" se pagan caras en Cuba

El privado Grupo Aceña ofrece con éxito el alimento vital que en las tiendas estatales es escaso y mediocre

Panadería Aceña en La Víbora, en el municipio habanero de Diez de Octubre. / 14ymedio
Juan Diego Rodríguez

19 de diciembre 2024 - 22:16

La Habana/El único lugar de La Habana donde conseguir hoy pan integral son las panaderías del Grupo Aceña. Lo sabe Sandra, paciente de una enfermedad gastrointestinal a la que el médico le ha impuesto una dieta especial, obligatoria para recuperarse. “Antes se conseguía en otros comercios privados como SalchiPizza, pero ya no lo hacen, no sé por qué”.

Así, si quiere tener el alimento necesario para su salud, tiene que desplazarse desde La Habana Vieja, donde vive, hasta una de las dos sucursales de Aceña: una con ese mismo nombre y “panadería industrial”, en la calle Santa Catalina de La Víbora, en Diez de Octubre, y otra, Rodezno, “panadería saludable”, en 5ta y 7ma de Miramar, en Playa. Y aún más importante: desembolsar una buena cantidad de dinero.

La firma también tiene una página web donde venden al mayoreo, siempre que se gaste una cantidad mínima de 10.000 pesos

La barra suave cuesta 160 pesos; los panini, 350; y uno de los productos estrella, los paquetes de pan pullman de distintas variedades, semillas y sabores, entre 600 y 650 pesos. “Es verdad que no todo el mundo los puede pagar, pero merece la pena”, justifica Sandra, que la primera vez tuvo que gastar 3.000 pesos en un taxi hasta Miramar porque no conocía la sucursal de Santa Catalina. “Tienen mucha calidad, son verdaderamente los reyes del pan”.

En Playa, explica la clienta, “allá donde vive la gente rica”, tienen más variedad. “En Santa Catalina hacen panes más mundanos, para el populacho de aquí de La Habana”, dice con sorna.

Panes a la venta en Aceña. / 14ymedio

La firma también tiene una página web donde venden al mayoreo, siempre que se gaste una cantidad mínima de 10.000 pesos. Además, tienen convenios de colaboración con otros privados, de suerte que varios de sus productos se comercializan en establecimientos particulares como Xalxa Mercado, en El Vedado, o al revés: productos de otras marcas se venden en los locales de Aceña, como es el caso de Zuca.

Fundada por el estomatólogo Darío Bustamante, la empresa comenzó en la modalidad de trabajo por cuenta propia (TCP), especializado en el área de panadería artesanal, con los nombres de Al Pan Pan y Boulangerie, hasta que, cinco años después, en 2020, se inscribió como sociedad unipersonal de responsabilidad limitada (SURL) Aceña. Como Grupo Aceña figura en la lista de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) de la Isla.

Pan 'pullman' de semillas, de venta en Rodezno, la sucursal de Aceña en Playa. / 14ymedio

A Bustamante lo acompaña en su labor su pareja, Nurimar García, quien es también peluquera. Muy activa en redes sociales, la marca se precia de ser “líder destacado en la industria”, de integrar “la tradición artesanal con tecnología de punta para ofrecer productos de panadería de calidad superior” y de estar “comprometida con los más altos estándares de seguridad alimentaria”.

En uno de los anuncios que los promociona en Instagram, dice la actriz cubana Alicia Hechavarría: “Aceña tiene varios puntos de venta. Estamos hoy en Santa Catalina pero también tienen uno en Playa, pero una cosa importante: siempre, siempre, siempre, siempre, hay pan”. El énfasis no es baladí.

Surtido de panes en Rodezno. / 14ymedio

Contrastando con las tiendas del exitoso grupo, están los locales donde se despacha el pan normado, que se reparte con la libreta de racionamiento. Este miércoles, en uno de esos establecimientos estatales del barrio habanero de Luyanó, la escena era paradigmática.

Un tumulto se organizó a sus puertas. Los que aguardaban en la fila, todos ellos ancianos, se enzarzaron en una pelea cuando por fin llegó el producto que esperaban: ni más ni menos que pan. Eran las cuatro de la tarde y llevaban ahí desde el amanecer. La desesperación era máxima, y todo por un simple pedazo por cabeza, con el nuevo peso de 60 gramos, impuesto desde hace tres meses por la falta de harina, a 75 centavos. Muy distinto de los sabores de Aceña.

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