Los vecinos de San Antonio de los Baños, sin agua y "con peste en el alma"
La Empresa de Acueducto aumenta a cinco días los ciclos del suministro en el municipio donde empezaron las protestas del 11J
La Habana/Ingeniera jubilada, María de los Ángeles Alfonso no encuentra respuesta a la pregunta que la atormenta: ¿Cuándo va a resolverse el problema de suministro de agua en San Antonio de los Baños? Siete meses después, en el municipio de Artemisa donde estallaron las protestas del pasado 11 de julio, los vecinos siguen cargando cubos.
"Mi rutina diaria ha cambiado totalmente por esto. A veces hay que despertarse en la madrugada porque llega un hilito de agua", detalla. "Aquí la gente tiene un disgusto total, sobre todo las mujeres", porque son las que mayoritariamente se ocupan del lavado de la ropa, la preparación de alimentos y la limpieza en los hogares.
"Hay centros de trabajo, incluso de Salud Pública, donde los directivos han tenido que decir a sus trabajadores que se pueden ir a su casa a lavar y limpiar en cuanto se enteren de que a su barrio llegó el agua", cuenta Alfonso a 14ymedio. "Hasta gente que nunca hace comentarios críticos en público ya está alzando su voz"
"Mi hijo lleva tres días en que no puede ir a la escuela porque aquí no ha entrado ni una gota para lavarle el uniforme, y toda la otra ropa también está sucia"
Facebook se ha convertido, para los vecinos, en un lugar en el que desahogarse, pero también allí se enteraron este miércoles del nuevo calendario de entrada de agua al municipio. La Empresa de Acueducto publicó un cronograma que aumenta a cinco días los ciclos del suministro y justifica la medida por el "descenso de los niveles de agua en la Cuenca Ariguanabo".
"Mi hijo lleva tres días en que no puede ir a la escuela porque aquí no ha entrado ni una gota para lavarle el uniforme, y toda la otra ropa también está sucia", comenta a este diario Ezequiel Garrido, residente en las cercanías del servicentro. "Los adultos nos apretamos el cinturón, pero esta situación con niños en la casa parte el alma".
Garrido ha decidido vender su vivienda y moverse hacia cualquier municipio de la periferia de La Habana. "Puse el anuncio hace meses y, aunque el precio es bajo, todo el que me llama interesado en la casa me pregunta por el tema del agua porque ya esta es una mala letra que tenemos. Nadie quiere venir a vivir para acá"
Otros optan por emigrar. "Es una avalancha de gente la que se ha ido de este pueblo vía México, selva del Darién o cualquier otra ruta"
Otros optan por emigrar. "Es una avalancha de gente la que se ha ido de este pueblo vía México, selva del Darién o cualquier otra ruta", lamenta María de los Ángeles Alfonso. "Hasta médicos hemos perdido porque la situación en general es muy difícil y en el hospital mucho más". En San Antonio "tenemos ya hasta peste en el alma".
Por el municipio transita el río Ariguanabo, de unos 14 kilómetros de extensión. Tradicionalmente, el suministro de agua de la zona se ha abastecido de su cuenca, especialmente de manantiales y pozos, pero la sequía, los residuos industriales y la sobreexplotación han dañado duramente su caudal.
La jubilada le achaca a una mala praxis el desastre ecológico que ahora les impide abastecerse del río y de los manantiales de la zona. "El río no se limpia, los manantiales no se protegen", detalla. El deterioro de la red de acueducto, que comenzó a construirse en 1894, también contribuye a la actual situación.
Hace dos años, este diario reportó los problemas del municipio con la llegada del agua
Ahora, las autoridades acometen una remodelación de todo el sistema hidráulico y prometen que en 60 días San Antonio estará conectado a nuevas fuentes de abasto. "Nadie ha sabido decirme cuál fue el día uno, y se está trabajando con maquinaria muy obsoleta", lamenta Alfonso que argumenta desde su experiencia como ingeniera.
Hace dos años, este diario reportó los problemas del municipio con la llegada del agua. "Ya nos podemos cambiar hasta el nombre porque de 'baños' no queda nada", ironizaba entonces una empleada del hotel Las Yagrumas. "En mi familia tenemos una anciana postrada y en todos estos días solo hemos recibido 20 litros de agua por ella para poder lavarla".
Consultada ahora, la mujer siente que nada se ha avanzado en la solución del problema, más bien "todo está peor". "Esto se ha vuelto algo crónico y ya los niños de mi familia no saben lo que es darse una ducha. Aquí todo el mundo se tiene que bañar con un jarrito y dentro de una palangana para, después, usar esa agua para limpiar la casa".
La agricultura también está muy golpeada por la sequía. Hortalizas y vegetales escasean en los mercados y en las ofertas de los carretilleros privados
La agricultura también está muy golpeada por la sequía. Hortalizas y vegetales escasean en los mercados y en las ofertas de los carretilleros privados. "Parece mentira que este sea un pueblo rodeado de fincas y de tierra fértil, aquí la cebolla está tan cara como en La Habana", denuncia la empleada.
El 11 de julio, la falta de agua, las condiciones del hospital local y la ausencia de oxígeno para los pacientes de covid-19 llevaron al límite la indignación popular. La manifestación fue espoleada por la situación de "un pueblo que está en ruinas, está en ruinas su cine, edificaciones emblemáticas como el Casino Español, el Círculo de Artesanos y La Quintica", se indigna María de los Ángeles Alfonso.
Aquel día entre los que protestaron "había muchas más mujeres que hombres", recuerda la jubilada. "Somos las más afectadas".
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