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La víctima del incendio usaba un mechero porque la empresa de asfalto no le dio una linterna

Las autoridades no asumen ninguna responsabilidad y sugieren una negligencia del obrero

Las autoridades descartan la hipótesis de un sabotaje, que la prensa oficial manejó inicialmente. / Escambray
14ymedio

27 de diciembre 2024 - 20:59

La Habana/El Ministerio del Interior ofreció este jueves la versión oficial del incendio ocurrido el pasado 24 de diciembre en la planta de asfalto de Sancti Spíritus. El empleado de guardia esa noche, Alexey Díaz Salas, de 48 años, se acercó con un “mechón” o “mechero” –una suerte de antorcha que usaba para iluminarse, a falta de linterna– a un tanque con “poco” líquido de curado rápido (RC), del que emanaban “gases volátiles”. 

Las autoridades descartan la hipótesis de un “sabotaje enemigo”, sugerida por algunos comentaristas en las primeras notas oficiales, y asegura que “no medió intencionalidad”. El reporte, que no explica por qué la empresa no le proporcionó un medio seguro para alumbrarse, asegura que trabajaba como “candelero de la planta y al pasar cerca del tanque con un mechón en la mano se creó entonces la fuente de ignición”.

Félix Pérez Ríos, jefe de la Unidad de Enfrentamiento de la Especialidad de Avería, Explosiones e Incendio del Ministerio del Interior citado por el reporte, fue más allá al sugerir que Díaz actuó con negligencia: “Confirmamos que la fuente de ignición se trató efectivamente del mechero que portaba esta persona y que debió apagar antes de acercarse al tanque siniestrado, pero quedaron carbonillas o partes incandescentes que entraron en contacto con las moléculas de nafta”.  

"Como no hay linterna, él cogió un poco de petróleo, se hizo un ‘mechón’ para alumbrarse y dar el recorrido, porque hay que ir mirando"

Tras conocer la versión oficial, una fuente vinculada a la planta de asfalto explicó a 14ymedio que Díaz, encargado de revisar los niveles de combustible de la planta, estaba “de guardia” esa noche. “Es un operador, porque la plaza de candelero no existe como tal. La planta no se enciende tampoco con un ‘mechero’ y, además, ya estaba en funcionamiento esa noche. Díaz llevaba casi cinco años en ese puesto”. 

Un factor esencial, por el que la prensa oficial pasa de largo, es que en su recorrido nocturno Díaz tuvo que alumbrarse con el “mechón” y no con una linterna proporcionada por la empresa, tratándose de unas instalaciones en donde el gas volátil –como reconocen las autoridades– se acumula habitualmente. 

“Como no hay linterna, él cogió un poco de petróleo, se hizo un ‘mechón’ para alumbrarse y dar el recorrido, porque hay que ir mirando. El ‘mechón’ no se lo dio la empresa; le deberían haber dado una linterna o una lámpara. La norma dice que no puede ser ningún elemento que genere calor ni chispa”, aventura la fuente. 

El incendio no fue todavía más grave porque el tanque que explotó, con capacidad para almacenar 44.000 litros de líquido RC, contenía solo 5.000. El RC es una mezcla de cemento asfáltico y un destilado de petróleo que debe conservarse a alta temperatura para ser aplicado en la vía antes de verter el asfalto.

El Ministerio, además, asegura que “durante el peritaje no se encontraron indicios de trasiego de sustancias”, otra frase oscura que parece librar a Díaz de cualquier sospecha de robo. 

"La interacción entre ellos puede significar un gran peligro al originarse vapores que son más pesados que el aire y que pueden acumularse en áreas cerradas"

La negligencia de una empresa que no proporciona a sus empleados medios para protegerse ante los accidentes laborales es un punto en el que debe insistirse, opina la fuente contactada por este diario. El sector se caracteriza por “la falta de capacitación, el bajo nivel cultural y el incumplimiento de los protocolos de seguridad para el tratamiento de combustibles y residuales”, añade. 

Otro ejemplo de inseguridad laboral, en la propia provincia, es la refinería Sergio Soto de Cabaiguán, asegura el mismo trabajador. No hay un perímetro de seguridad que separe el tanque de la zona de tránsito de los operarios, y los equipos no cuentan con piezas para evitar el chispazo de los motores –que podría ocasionar un incendio semejante al de la planta de asfalto–. “Si el protocolo no se cumple ni siquiera en una refinería, cómo lo va a cumplir la planta asfáltica”, concluye. 

El Ministerio del Interior dio otros detalles sobre el incendio. El teniente coronel Alexander Ávalos Jorge, jefe del Cuerpo de Bomberos en Sancti Spíritus, hizo notar el alto nivel de volatilidad de la nafta, uno de los principales componentes del líquido RC. 

“Hay que tener en cuenta que la nafta es un hidrocarburo volátil que se utiliza como combustible, mientras que el asfalto es un material denso, empleado en la pavimentación de calles”, dijo. “La interacción entre ellos puede significar un gran peligro al originarse vapores que son más pesados que el aire y que pueden acumularse en áreas cerradas, creando riesgo de explosión de existir una fuente de ignición”.

Describió el lugar donde se originó el incendio –el espacio sin llenar del tanque– como “una gran capacidad vacía donde se concentran los gases”. 

Sobre Díaz se conoce que sufrió quemaduras en el 50% de su cuerpo, además del trauma craneal, y que se mantiene en situación de riesgo. La instalación, fundada en 1948 y cuyos daños se valoraron en apenas 23.000 pesos, aseguran que está lista para seguir produciendo asfalto.

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