Villa Clara anuncia un cambio en la planificación de apagones y menos horas de clases

La Habana/La Dirección General de Educación de Villa Clara ha modificado los horarios de las escuelas debido al grave déficit de electricidad que aqueja a la provincia. En un comunicado hecho público este domingo, las autoridades dicen que “se mantienen los centros educativos abiertos” (6:30 los círculos infantiles y 7:00 las escuelas), pero las horas docentes no comenzarán hasta las 10.

“En las primeras horas de la mañana se desarrollarán actividades lúdicas y complementarias hasta el inicio del primer turno de clase y se extenderán hasta el horario habitual”, dice el texto, que puntualiza que se darán clases de 10 a 12 y de 2 pm a 4:20 pm.

Para el “esclarecimiento de dudas o preocupaciones”, aseguraban reuniones con las familias hoy y mañana con la presencia de un funcionario de Educación.

El negro panorama de la situación energética en Villa Clara lo dejaron claro el sábado la gobernadora, Milaxy Yanet Sánchez Armas, y el primer secretario provincial del Partido, Osnay Miguel Colina Rodríguez. “Mucho más tensa”, reconocían. “Desde el 5 de mayo, se han incrementado no solo los apagones sino también las horas de duración”.

“En las primeras horas de la mañana se desarrollarán actividades lúdicas y complementarias hasta el inicio del primer turno de clase y se extenderán hasta el horario habitual”

Antes de esa fecha, “había apagones pero teníamos mayor capacidad de maniobra. Se podía respetar la programación por bloques establecida en Villa Clara”, decían los funcionarios. Sin embargo, después, el déficit no ha permitido a la provincia “cumplir la rotación”.

En el resumen de la comparecencia de Sánchez Armas y Colina Rodríguez se indica que a Villa Clara “se le retira entre un 12% y un 14% de la carga del país” y se anuncia que, tras varias reuniones con especialistas, se realizó “un análisis histórico” de la demanda de la provincia por horas, a partir del cual elaborarán “una nueva planificación de los apagones”.

Se tuvo en consideración, desde la situación más favorable hasta la más crítica y se estableció un escenario medio, lo cual significa que el 70% de la carga de la demanda de Villa Clara esté fuera, es decir, el 70% de la provincia apagada. Sin embargo, ha habido momentos en que ha estado fuera el 85% y hasta el 90% de la carga.

“A partir de la propuesta de los expertos, se rompe el concepto de bloque, porque no es posible maniobrar”, dice el texto publicado en la prensa oficial, que asegura partir de un escenario medio: que el 70% de la provincia esté apagada. Con la nueva distribución, que comenzó la madrugada de este lunes, 16 grupos de circuitos –con un máximo de carga de 18 megavatios (MW)– “alternarían hasta 8 horas de apagón y luego tres con energía”. Y desean: “Aspiramos a que el sistema mejore capacidades y no sean 8 horas sin corriente, es decir, que disminuya el tiempo del molesto apagón”.

La “particularidad” de Villa Clara, explican los funcionarios, es que “a excepción de la hidroeléctrica Hanabanilla, no somos una provincia generadora de energía eléctrica”. Dado que las principales centrales están en el Occidente y el Oriente de la Isla, “para transmitir la energía de una región a otra sin que ocurran desbalances de frecuencias, a veces tenemos que retirar cargas”.

El viernes, sin ir más lejos, se excusan las autoridades, hubo que desconectar el circuito que afectó a la telefonía celular. Coincidió ese día, justamente, con el reporte de varias protestas en todo el país a consecuencias de los apagones.

En varios barrios de Baracoa, Guantánamo, como Cabacú, La Laguna y El Paraíso, los vecinos salieron el jueves a gritar “¡queremos comida!” y “¡queremos corriente!”. Al día siguiente, viernes, los calderos sonaron en otro barrio, El Jamal, según confirmó una fuente local a 14ymedio.

Las autoridades se apresuraron a rebajar la tensión intentando mostrar que estaban “junto al pueblo, en los momentos más difíciles”. Así, publicaron en redes imágenes donde aparecían funcionarios supuestamente escuchando a los residentes quejarse por el apagón.

Las autoridades se apresuraron a rebajar la tensión intentando mostrar que estaban “junto al pueblo, en los momentos más difíciles”

De igual manera, la televisión nacional emitió un largo reporte –replicado por Granma– en el que Alfredo López, director general de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), hacía lo posible por tranquilizar a la población asegurando que durante el fin de semana se reconectarían dos unidades de la central termoeléctrica Máximo Gómez, de Mariel, en Artemisa, que estaban fuera de servicio, y una más de Nuevitas, en Camagüey. El funcionario lamentaba que el promedio de apagones fuera entre 12 y 16 horas, y concluía su alegato: “El combate es grande, la gente está combatiendo, somos conscientes y sensibles de que la situación está muy dura, pero lo que le podemos decir es lo único que le podemos decir: que la gente nuestra está combatiendo”.

El domingo, el déficit volvió a superar los 1.000 MW (1.095) y para este lunes, la previsión, según el reporte de la UNE, se le acercaba, con 975 MW.

Entre las medidas anunciadas por el gobierno de Villa Clara el sábado se encuentran la venta de “comida elaborada” en establecimientos gastronómicos tanto estatales como no estatales, incrementar la producción de pan y obligar a los vehículos estatales “a parar en puntos de recogida y contribuir a la movilidad de la población”.

Los habitantes del resto de provincias temen el momento en que las restricciones les lleguen a ellos. En La Habana, de momento, se ha difundido un programa de apagones por bloques, que incluyen cuatro horas de apagón para cada zona durante cinco de siete días de la semana, un cronograma que las autoridades advierten puede extenderse en cantidad de horas sin suministro.