Vuelve la cerveza al área infantil en la Plaza de Carlos III porque "hay que cumplir el plan"

La prohibición ha sido revocada por “motivos económicos"

Algunas familias con menores de edad no tienen reparos en consumir alcohol mientras los pequeños usan los aparatos con forma de animales y naves espaciales. (14ymedio)
Algunas familias con menores de edad no tienen reparos en consumir alcohol mientras los pequeños usan los aparatos con forma de animales y naves espaciales. (14ymedio)
14ymedio

25 de agosto 2018 - 15:41

La Habana/Menos de tres meses duró la prohibición de venta de alcohol en el área infantil de la Plaza de Carlos III, en La Habana. La administración del mayor centro comercial de la capital cubana volvió a permitir el consumo de cerveza en las cafeterías que colindan con la zona recreativa destinada a los infantes, según comprobó 14ymedio.

En junio pasado se suspendió la venta de bebidas alcohólicas en la planta baja del inmueble, para evitar la proximidad entre los menores de edad y los clientes que consumen cerveza. La medida se adoptó después de que la situación fuera denunciada en varios medios independientes y llegara, incluso, a la televisión oficial.

La dirección de la Plaza de Carlos III instaló entonces una serie de mesas en el exterior del centro comercial donde sí era posible consumir cervezas y otros productos con alcohol. Sin embargo, la improvisada cafetería fue retirada recientemente y la venta de estas bebidas regresó al interior del local.

En la oficina de atención al público la empleada declinó este viernes dar declaraciones sobre lo sucedido, pero una trabajadora del guardabolsos aseguró que “son órdenes de arriba”. La medida se ha revocado por “motivos económicos, porque este lugar tiene que cumplir un plan y la cerveza es de los productos que más se venden”.

En la oficina de atención al público la empleada declinó este viernes dar declaraciones sobre lo sucedido, pero una trabajadora del guardabolsos aseguró que “son órdenes de arriba”

“Las ventas habían decaído mucho y aunque es verdad que había mucha tranquilidad esto es un centro comercial, no un convento”, aclara un empleado que vende bocaditos, pizzas y cervezas en el área a pocos metros de unos aparatos eléctricos donde niños pequeños juegan. “Los números estaban en rojo”, reafirma.

Varios empleados achacan la decisión a “la alta demanda de cerveza y otras bebidas alcohólicas que trae el verano”. Las vacaciones escolares coinciden con que muchos padres que laboran en centros estatales también se toman un descanso. “Estábamos perdiendo mucho dinero”, asegura el vendedor de aperitivos.

Aunque todavía en algunos carteles puede leerse que está prohibido el consumo de ron, los dependientes se escudan en que no están cometiendo ninguna infracción porque “aquí lo que se vende es cerveza, ni un trago de Havana Club ni una cajita de ron Planchado hemos despachado”.

En julio pasado, cuando estaba vigente la prohibición, un trabajador del lugar confirmó a este diario que cada día tenían pérdidas, se les echaban “a perder los panes” y “casi no se vende el pollo frito”, que eran los acompañantes preferidos de quienes llegaban para consumir alcohol.

Ahora comienzan a escucharse nuevamente las quejas entre los padres que llegan con sus hijos pequeños a pasar un rato de esparcimiento con los juguetes eléctricos. “Era fácil imaginar que esta situación iba a repetirse porque aquí cuando de recaudar dinero se trata todo queda relegado, hasta la infancia”, lamenta Claribel Ledezma, abuela de una niña de cuatro años.

“Era fácil imaginar que esta situación iba a repetirse porque aquí cuando de recaudar dinero se trata todo queda relegado, hasta la infancia”, lamenta Claribel Ledezma, abuela de una niña de cuatro años

“Soy vecina de este lugar y recuerdo que cuando se abrió solo venían a tomar cerveza algunos macetas, pero ahora se ve que mucha gente tiene entradas para gastárselas en bebidas alcohólicas”, opina la mujer. “Hay grupos que llegan aquí desde por la mañana y se van en la tarde totalmente borrachos. Ese espectáculo tienen que estarlo viendo los niños”.

Otras familias con menores de edad no tienen reparos en consumir alcohol mientras los pequeños usan los aparatos con forma de animales y naves espaciales. “Ellos disfrutan y yo también”, considera Pablo, padre de dos gemelos de siete años. “En fin de cuenta ellos viven en Cuba y tienen que acostumbrarse a que esto aquí es así”.

En 2005 una resolución publicada en la Gaceta Oficial prohibió la venta de alcohol, incluyendo la cerveza, a menores de 16 años. Las alarmas saltaron tras comprobar que la edad para empezar a beber no había dejado de descender en la Isla.

En promedio el consumo de alcohol comienza a los 15 años. El psicólogo Justo Fabelo Rochy, coordinador del proyecto Tú decides, que busca crear conciencia del problema entre los adolescentes, advierte ante esta situación de que muchos adultos que desarrollan una adicción al alcohol comenzaron el consumo en esas edades tempranas.

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