"Los que hacen negocios de verdad" no temen las restricciones sobre las remesas
La llegada de remesas por vías como la Western Union ha sido durante años el pilar económico fundamental de cientos de miles de familias
La Habana/La cola se extiende hasta la puerta del mercado de Carlos III. No están ahí para comprar pollo congelado, ni leche en polvo ni mucho menos detergente para lavar, un producto con mucha demanda. En la fila esperan para cobrar la remesa que algún pariente les envió a través de la Western Union, un servicio que ha sufrido por la escasez de efectivo y las nuevas regulaciones de Estados Unidos.
La mayoría de los que aguardan reciben entre 50 y 100 dólares mensuales de remesa, nunca más a no ser que sea "fin de año o Día de las Madres", aclara Katiuska, una habanera de 39 años que espera cobrar en la oficina bajo el logo amarillo y negro un dinero que su hermana emigrada mandó para pagar una cuidadora informal para la mamá postrada en una cama.
Katiuska no se cuenta entre las damnificadas directas de las nuevas restricciones impuestas por la Administración de Donald Trump al dinero que envían los exiliados cubanos a la Isla. "Nunca recibí más de 300 dólares cada tres meses por lo que el nuevo tope me queda todavía lejos, muy lejos", aclara.
La pasada semana entraron en vigor en Estados Unidos un grupo de medidas que limitan los envíos de remesas y las operaciones financieras con Cuba, como parte de la política de endurecimiento del embargo y las penalizaciones económicas contra el Gobierno cubano.
La pasada semana entraron en vigor en Estados Unidos un grupo de medidas que limitan los envíos de remesas y las operaciones financieras con Cuba
Las nuevas normativas anunciadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) abarcan cuatro áreas de restricción y especialmente a las remesas familiares, porque se impone un límite de 1.000 dólares por trimestre. Una restricción que algunos sienten como un duro golpe al emprendimiento y otros, como Katiuska, no perciben que les afecte.
Pero esta mujer es solo una parte en una amplio espectro de beneficiarios de estas ayudas. El destino final de las remesas ha variado mucho desde 2009 y ahora no son solo el sustento financiero y el monto destinado a comprar alimentos, sino que se utilizan para variados fines según estudios hechos por The Havana Consulting Group (THCG), una consultoría con sede en Miami.
"En el período 2009-2016 las remesas crecieron en 2.000 millones de dólares en comparación con la etapa precedente, enmarcada en el periodo 1993-2008. En apenas ocho años los usos más prioritarios de las remesas pasaron de 6 actividades a 14", señala un artículo publicado por el presidente del grupo, Emilio Morales.
En la última década los emigrados pagaron también por servicios de telecomunicaciones en Cuba, como la telefonía móvil, la wifi e internet en casa. Costearon maestros privados para estudiantes, compra de viviendas, reparaciones de vehículos y también proveyeron de capital inicial a los nuevos negocios particulares que surgieron a partir de la ampliación del sector privado impulsada por Raúl Castro.
En la última década los emigrados pagaron también por servicios de telecomunicaciones en Cuba, como la telefonía móvil, la wifi e internet en casa
Desde mucho antes de esa etapa de flexibilizaciones, la llegada de remesas por vías como la Western Union (WU) ha sido el pilar económico fundamental de cientos de miles de familias a lo largo de la Isla. Pero la compañía de servicios financieros tiene ahora varias dificultades para hacer llegar el dinero a sus clientes cubanos y no todas se originan en la Casa Blanca.
La falta de efectivo, el cierre de numerosas oficinas y la inestabilidad en el horario de funcionamiento de otras llevan meses lastrando los servicios de la WU. Semanas antes de entrar en vigor las medidas de la Administración de Trump, las filas ya se habían hecho cada vez más largas para cobrar las remesas que llegan por ese camino legal. Donde, además, por cada 100 dólares enviados llegan 97.10 CUC.
En su página digital, la WU anuncia más de 300 oficinas en la Isla, pero los clientes se quejan de que muchas veces -especialmente en los pequeños municipios- no hay efectivo para pagar. "Ya la Western Union no es lo mismo de antes que era dinero seguro en pocos minutos", lamenta Guillermo Casas, un jubilado cuyo hijo le manda puntualmente su remesa a Morón, Ciego de Ávila.
"Ahora puedes ir varios días a cobrar y salir con las manos vacías porque la cantidad de dinero que les abastecen no alcanza para la gente que está esperando", advierte. "A mi no me preocupa lo que haya dicho Trump porque mi hijo solo me puede mandar 60 dólares mensuales, así que hasta ahora la reducción hasta 1.000 cada tres meses no me pisa el callo".
Otros temen que a las actuales restricciones se les sumen nuevas en las próximas semanas o meses. Alicia Fundora, una joven de 22 años, cuenta a 14ymedio que este mes es su cumpleaños y temía que no pudiera llegar el dinero que le iba a regalar una tía desde Miami.
"Siempre me manda un dinero por esta fecha pero ella me llamó preocupada esta semana porque le había llegado un mensaje de la Western Union sobre nuevas restricciones para mandar dinero. Ayer me llamó para darme el numerito que me hace falta para ir a cobrar y me dijo que todo había salido bien, pero que había tenido que hacerlo por internet. Ella siempre lo hizo en un banco que tenía esa posibilidad pero me cuenta que ya eso no se puede".
Varios emigrados cubanos en Estados Unidos han reportado a este diario problemas para enviar dinero desde las oficinas físicas de la WU en territorio norteamericano
Varios emigrados cubanos en Estados Unidos han reportado a este diario problemas para enviar dinero desde las oficinas físicas de la WU en territorio norteamericano, pero que hasta ahora no han tenido mayores dificultades para realizar los envíos por internet siempre que respeten las cantidades establecidas.
Entre los emprendedores las reacciones son variadas. Desde la advertencia de un vendedor de pizzas que asegura haber recibido ya "todo lo que necesitaba para el negocio", hasta otros que opinan que las medidas estadounidenses golpean al sector privado pero no a la cúpula del poder político en Cuba, aunque las medidas incluyen la prohibición de que militantes del Partido Comunista o militares reciban remesas desde EE UU. Otros, ya han encontrado su propio camino para recibir dinero contante y sonante.
"La gente que recibe remesas por las vías legales como Western Union son los que no tienen otra opción, pero todo el que quiera recibir grandes sumas como para abrir y mantener un negocio, está claro, que no usará esos servicios", aclara el propietario de un hostal en Guanabo, al este de La Habana, que renta nueve habitaciones con piscina.
"El que está haciendo negocios de verdad no usa esos caminos", sentencia, "porque todo lo que llegue por la Western Union o por un banco cubano está controlado y vigilado por el Estado".
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