Ángel Santiesteban gana el premio de narrativa Reinaldo Arenas 2016
La Habana/La pasada semana el escritor cubano y ex preso político Ángel Santiesteban Prats fue reconocido con el premio de narrativa Reinaldo Arenas 2016, otorgado por el Club de Escritores Independientes de Cuba (CEIC), Neo Club Ediciones y el proyecto conjunto Vista-Puente de Letras.
La obra premiada, El regreso de Mambrú, continúa la saga iniciada en el libro Sur Latitud 13, con una decena de relatos sobre las guerras africanas de Cuba, que incluye el regreso de los soldados en plena crisis social del Periodo Especial y la caída del Campo Socialista.
Para Sur Latitud 13 así como para El Regreso de Mambrú, Santiesteban realizó una investigación a partir de los testimonios de soldados cubanos.
Acerca del premio Reinaldo Arenas 2016, el escritor, censurado en Cuba, dice que "abre nuevamente el espectro de publicación y la posibilidad de llegar a los lectores dentro de la Isla, porque esos libros deben regresar para ser repartidos gratuitamente".
Santiesteban asegura sentirse muy honrado por haber sido declarado miembro de honor del Pen Club sueco en su última reunión, distinción que comparte con el escritor y ex preso político Jorge Olivera Castillo. Para este reconocimiento fue propuesto por el Comité Pro Escritores Presos para América Latina, perteneciente a ese Pen Club.
Excarcelado en julio de 2015, Santiesteban sufrió "un marasmo creativo que duró los primeros cuatro meses", describe. Luego se abocó completamente al trabajo de crear una cosmología basada en sus vivencias, que como artista le era imposible dejar de contar.
Terminó la novela Dios juega a los dados, que en este momento está en proceso de revisión por su representante y editor, Amir Valle. La editorial Fisher en Alemania publicará una antología de su obra titulada Los hijos que nadie quiso y otras historias cubanas, que incluye algunos de los cuentos que escribió en su última reclusión en prisión.
Su literatura tiene como referencia a Sófocles ‒asegura que no hay nada más monstruoso que el hombre‒ y la enorme carga del testimonio: "De lo único que soy responsable es de mi poética, de la respiración de mis textos". Porque, en su caso, las palabras llegaron cuando ya existía la imagen.