Año del mono en el barrio chino
La Habana/Trajes de colores, danza y mucha lluvia se mezclaron durante el domingo en el barrio chino de La Habana en las celebraciones por la llegada del nuevo año lunar este 8 de febrero. A pesar de las inclemencias del tiempo, las festividades se extendieron hasta bien entrada la noche e incluyeron bailes típicos del país asiático y demostraciones de artes marciales.
El inicio del año del mono de fuego fue celebrado por vecinos del lugar, descendientes de chinos que viven en los alrededores de las calles Zanja y Dragones, además de turistas. Algunos negocios privados decoraron su interior en alusión al signo representado por el inquieto animal, el noveno de los doce que componen el horóscopo chino y que no volverá a repetirse hasta 2028.
No faltaron los comerciantes que aprovecharon para vender la figura del mono en peluche o plástico, además de propuestas gastronómicas pensadas para la ocasión. La calle principal de la barriada era un hervidero de curiosos y comensales que llegaron atraídos por el espectáculo y las posibilidades de rebajas en las ofertas culinarias.
La calle principal de la barriada era un hervidero de curiosos y comensales que llegaron atraídos por el espectáculo y las posibilidades de rebajas en las ofertas culinarias
Las actividades habían comenzado 15 días antes del advenimiento de la también llamada Fiesta de la Primavera y fueron organizadas por el Instituto Confucio, la Escuela cubana de Wushu, la Casa de arte y tradiciones chinas y la Federación Casino Chung Wah, centro principal de la comunidad en Cuba. Algunos locales de venta de comida tuvieron también sus celebraciones propias.
El programa de este domingo se inició con una feria de artesanía en el boulevard San Nicolás y la ejecución de diversos juegos tradicionales. Para los más pequeños hubo una muestra de habilidades en caligrafía y papel recortado, propios de esta milenaria cultura. Roberto Vargas Lee, director de las Escuela cubana de Wushu, pronunció las palabras inaugurales y agradeció a los padres que habían traído a sus hijos a pesar de la lluvia.
Las emblemáticas danzas del dragón y el pavo real fueron los momentos más esperados por su colorido y la destreza de los bailarines, aunque muchos participantes coincidieron en lo apocado de la celebración, en la que los pocos recursos y los problemas organizativos deslucieron la importante fecha.
