'Anora' reina en unos Oscar que castigan a 'Emilia Pérez' y ensalzan a 'The Brutalist'

Zoe Saldaña reivindica sus raíces latinoamericanas en su discurso como ganadora y Brasil celebra el primer Oscar de su historia en una noche brillante para el cine independiente

El cineasta Sean Baker, ganador de cuatro premios Óscar incluido el de mejor director por su filme 'Anora', posa con las estatuillas doradas, este 2 de marzo de 2025.
El cineasta Sean Baker, ganador de cuatro premios Oscar incluido el de mejor director por su filme 'Anora', posa con las estatuillas doradas, este 2 de marzo de 2025. / EFE/Caroline Brehman
Mikaela Viqueira/ Carlos Meneses/ Mónica Rubalcava EFE

03 de marzo 2025 - 10:45

Los Ángeles / Sao Paulo/El cine independiente brilló esta noche durante los Oscar gracias a Anora, que se llevó cinco premios, entre ellos el más codiciado, a mejor película, en una gala con casi ninguna referencia política. Detrás quedó The Brutalist, con tres premios, mientras que Emilia Pérez se llevó solo dos de los 13 galardones a los que aspiraba.

Anora "es una película verdaderamente independiente, se hizo con la sangre, el sudor y lágrimas de artistas independientes", dijo Baker al recibir la quinta estatuilla para una película que costó seis millones de dólares, un presupuesto muy bajo para los estándares de Hollywood.

La película de Sean Baker, que retrata la historia de una stríper estadounidense que se casa con el hijo de un oligarca ruso, logró alzarse con los Oscar a mejor película, actriz protagonista (Mikey Madison) y dirección, guión original y montaje, los tres para Baker.

Madison dio la sorpresa al hacerse con el que es su primer Oscar, compitiendo con Demi Moore (La sustancia), quien era la favorita de la categoría, además de con la española Karla Sofía Gascón (Emilia Pérez), Cynthia Erivo (Wicked) y la brasileña Fernanda Torres (Aún estoy aquí).

Durante su discurso, tanto Baker como Madison quisieron honrar a las trabajadoras sexuales, como la protagonista del filme, así como reivindicar una mayor inversión por el cine independiente, ya que tanto Anora como The Brutalist se rodaron con un presupuesto inferior a los 30 millones de dólares.

Más allá del triunfo del cine independiente, la 97 edición de los Oscar destacó por el casi absoluto silencio hacia los tiempos convulsos que afronta EE UU desde la llegada de Donald Trump al poder el pasado enero.

La única alusión indirecta fue la del presentador de la noche Conan O'Brien, quien usó la película de Baker, que cuenta la historia de una joven estríper que vive una agitada historia de amor con un oligarca ruso, para hacer una analogía a la relación de Estados Unidos con Rusia.

"Anora está teniendo una buena noche. Ya lleva dos victorias. Supongo que los americanos están emocionados por ver que alguien por fin se enfrenta a un poderoso ruso", dijo el presentador.

Su comentario llega dos días después de que el líder ucraniano Volodímir Zelenski fuera invitado a abandonar la Casa Blanca en medio de una reunión bilateral con el presidente Donald Trump en la que este y el vicepresidente JD Vance lo increparon repetidamente.

Además, la villana de Kill Bill Daryl Hannah irrumpió en el escenario con un "¡Slava Ukraini!" (¡Gloria a Ucrania!, en español) y el puño alzado en apoyo al país europeo invadido por Rusia, antes de presentar el premio a mejor montaje.

El drama de postguerra The Brutalist, dirigido por Brady Corbet, quedó en segundo lugar, con tres galardones que incluyeron a Adrien Brody con el segundo Oscar de su carrera a mejor actor, además de los premios a mejor fotografía y a mejor banda sonora.

Brody reflexionó sobre la volatilidad del éxito en una trayectoria y resaltó que su papel en The Brutalist ponía de manifiesto "las repercusiones de la guerra y la opresión sistemática del antisemitismo y el racismo", a la vez que abogó por un mundo "más feliz e inclusivo". Pero a Brody no solo se le recordará en esta gala por su Oscar, también por dos divertidos momentos.

Nada más escuchar su nombre como ganador del premio, el actor se encaminó rápidamente al escenario del Teatro Dolby y cuando estaba subiendo las escaleras, se dio cuenta de que estaba masticando un chicle. Así que no dudó en sacárselo de la boca, girarse y lanzárselo a su pareja, Georgina Chapman, que lo recogió al vuelo.

Y en la alfombra roja se encontró con Halle Berry, que en 2003 le entregó su primer Oscar, por The PIanist (El pianista). En aquella edición el actor le dio un apasionado beso a su compañera y fue un momento muy comentado. Este año fue la actriz la que le devolvió el beso a Brody, entre las risas de todos los que les rodeaban.

El narcomusical Emilia Pérez que llegaba como la película más nominada, se vio duramente afectado por la vorágine de críticas y generada tras el descubrimiento de viejos mensajes de tintes homófobos y racistas de Gascón en su cuenta de X.

Aunque la canción El mal logró un galardón que se daba por sentado entre las apuestas de la película, se quedó a las puertas del reconocimiento de la Academia a mejor película internacional, que le fue arrebatado por el drama brasileño Aún estoy aquí.

Pocos se esperaban que la cinta de Walter Salles superase a Emilia Pérez, que se había convertido en la película de habla no inglesa más nominada en la historia de los Oscar, pero Brasil ya tiene el primer Oscar de su historia y lo ha gritado como si fuera el gol de la victoria en la final de un Mundial de fútbol. La derrota de Fernanda Torres en la categoría de mejor actriz ha limitado algo la euforia.

Demoró, pero llegó y lo hizo en pleno Carnaval, la gran fiesta nacional. La Academia de Hollywood reconoció el crudo largometraje de Salles, basado en la historia real de una madre que tiene que sacar adelante a su familia sola tras la desaparición de su marido a manos de la dictadura militar (1964-1985), como mejor filme internacional.

Cuando cerca de la medianoche Penélope Cruz pronunció 'I'm still here, Brazil', una explosión de júbilo recorrió el cine Belas Artes de São Paulo, que destinó dos salas para seguir en directo la gala. El público, algunos engalanados para la ocasión, se levantó de sus butacas como un resorte, se abrazó, se besó y lloró, mientras grababa con sus teléfonos móviles el momento histórico.

Otros alzaron las réplicas de los Oscar que se han agotado en las tiendas de disfraces y artículos para el Carnaval, como Neide Trucolo, que agarraba el suyo como si lo acabara de ganar ella. “Es muy merecido. Esta película retrata una fase muy cruel de Brasil y que nos alerta para que no se repita”, afirmó a EFE esta jubilada de 61 años, acompañada de su marido.

Las caretas de Fernanda Torres que el Belas Artes repartió también revolotearon por la sala, mientras Salles, que ya había estado nominado en 1999 con Central do Brasil, subía las escalinatas del Dolby Theatre de Los Ángeles para recoger el galardón.

“Estoy muy feliz. Aún estoy aquí representa mucho para Brasil (...) Es un recuerdo que voy a llevar durante toda mi vida”, expresó a EFE Camila Dias, investigadora de 34 años. El furor de los asistentes ya se había hecho notar antes, desde la primera mención a la película por parte del maestro de ceremonias Conan O'Brien, o cada vez que la realización enfocaba a Torres. Era como cantar un gol de la Canarinha.

El mismo empeño en demostrar su pasión por el equipo de Salles lo tuvieron para dejar clara su antipatía por todo lo que tuviera que ver con Emilia Pérez.

Cada vez que el 'narcomusical' aparecía en pantalla se producía un abucheo generalizado. Así ocurrió cuando se presentó la obra de Jacques Audiard en cada una de sus trece nominaciones. Fue un auténtico akelarre.

Los cinéfilos brasileños convirtieron a la protagonista de la cinta, Karla Sofía Gascón, en su enemigo público número uno desde que la actriz española acusó al entorno de Torres de “disminuir” su candidatura.

No obstante, la alegría por el Oscar a mejor filme internacional se vio parcialmente eclipsada por la victoria de Mikey Madison en la categoría de mejor actriz por su papel en Anora, la gran triunfadora de la noche con cinco premios. Madison se impuso a Fernanda Torres y Demi Moore, la gran favorita, y el público del Belas Artes se marchó a casa algo contrariado.

“Fue injusto, robaron a Fernanda. Estamos devastados. Sentíamos que lo merecía”, señaló Talita Daniela, gestora ambiental de 25 años y quien se emocionó tanto en la victoria, como en la derrota.

De la prueba de fuego que enfrentaba Emilia Pérez salió indemne la actriz de origen dominicano Zoe Saldaña, que venció al Oscar a mejor intérprete de reparto, agrandando así su huella tras haberse alzado con un BAFTA y un Globo de Oro, entre otros premios.

La actriz de origen dominicano reivindicó el orgullo sus raíces latinoamericanas recordando a su abuela, quien emigró a Estados Unidos en 1961 en busca de una mejor vida, en su discurso como ganadora del Oscar a mejor actriz de reparto por Emilia Pérez.

"Mi abuela llegó a este país en 1961. Soy una orgullosa hija de inmigrantes con sueños y dignidad y manos trabajadoras, y soy la primera latina de origen dominicano en recibir un trofeo de la Academia, por cantar y hablar en español, y espero no ser la última", dijo Saldaña poniéndose la mano en el corazón y llorando de emoción en su discurso de agradecimiento.

La actriz quiso dedicarle el premio a su abuela Dolores Argentina Cesse, fallecida hace casi seis años. Saldaña, sorprendida al oís su nombre, subió al escenario y sus primeras palabras fueron en español: "¡Mami, Mami!". Tras lo que, añadió en inglés: "Mi madre está aquí".

"Gracias a la Academia por reconocer el heroísmo silencioso y el poder de una mujer como Rita", dijo en referencia a su papel como aboga en la película. Además agradeció el apoyo de su familia. "Todo lo valiente, escandaloso y bueno que he hecho en mi vida es gracias a ustedes", afirmó.

El mensaje de Saldaña coincide con un momento de tensión política con la llegada al poder de Donald Trump a la Casa Blanca, quien ha prometido la mayor deportación de latinoamericanos de la historia en suelo estadounidense.

También ocurrió lo esperado en el campo a mejor actor de reparto con un Kieran Culkin culminando la temporada de premios con el galardón más grande de Hollywood entre sus manos, por su trabajo en A Real Pain. Culkin protagonizó otro de los momentos destacados de la noche cuando propuso a su esposa tener otro hijo.

Entre las muchas sorpresas que se esperaban en una gala muy abierta y sin claros favoritos en muchas de las categorías fue el de mejor documental para el palestino No Other Land, que, sin apenas presupuesto ni el respaldo de una distribuidora, luchó en EE UU por poder verse en los cines. Quizá el momento más político de la noche fue cuando sus directores, procedentes de Palestina e Israel, pidieron que se trabajara en una solución conjunta para poner fin al conflicto entre sus países.

El mismo furor despertó la película de animación letona Flow que se impuso al éxito en taquilla de Disney Inside Out 2 o Wild Robot, las dos grandes favoritas que batallaban por la estatuilla a mejor película de animación.

El podio de premios lo completan Wicked que se llevó dos Oscar a mejor diseño de producción y mejor vestuario; Dune: Parte dos, con mejor sonido y mejor efectos especiales; mientras que La sustancia solo pudo arrancar un Oscar, a mejor maquillaje y peluquería.

Todo ello en una gala que comenzó con un homenaje a Los Ángeles y los afectados por los incendios que arrasaron con varias zonas del condado en enero, al mostrar un vídeo recopilatorio de escenas de icónicas películas rodadas en la ciudad que alberga Hollywood con el mensaje de: "Los Ángeles necesita tu ayuda".

Mientras que las estrellas de Wicked, Ariana Grande y Cynthia Erivo, interpretaron una versión de Somewhere Over the Rainbow; estrellas de pop como LISA, Doja Cat y Raye protagonizaron el homenaje a James Bond, y Queen Latifah hizo el dedicado al fallecido productor Quincy Jones.

Entre las sorpresas de la noche estuvo la de Adam Sandler, quien apareció sentado muy informal con una sudadera y pantalones cortos entre la audiencia argumentando que no le importaba su aspecto porque era "una buena persona".

Además de un In Memorian que dedicó un espacio destacado al recientemente fallecido Gene Hackman.

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