¿Arte o negocio?
La Habana/La atmósfera de la ciudad no es el misma durante la Bienal de La Habana. Algunos dicen que se respira mejor y que en cada esquina puede sorprender una instalación, una escultura o una performance. Elefantes de metal que elevan sus trompas en medio de una plaza o ladrillos en forma de balsas que un artista deposita en algún lugar son algunas de esas sorpresas que ya se han vivido en ediciones anteriores. Pero este año, los organizadores del evento parecen dispuestos a agregarle un componente más comercial al hecho cultural.
Entre el 22 de mayo y el 22 de junio próximos abrirá sus puertas la edición número 12 de la Bienal, que estará dirigida a una gran diversidad de públicos e intentará atraer también a compradores de arte. El Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) será el "empresario" que pondrá precio a la labor artística de los plásticos cubanos y gestionará sus ventas. Los ojos están puestos especialmente en los coleccionistas estadounidenses que arribarán a la Isla por esas fechas, ansiosos de llevarse obras que vayan más allá de los cuadros y esculturas comercializadas en las ferias para turistas.
El Fondo participará en las exhibiciones colaterales de la Bienal con una muestra a través del Centro Nacional de Artes Plásticas, privilegiando a artistas de primer nivel, como Manuel Mendive y Roberto Fabelo, a quienes se dedicarán sendas exposiciones personales. El primero expondrá en la Galería Collage Habana en el Vedado, mientras que Fabelo lo hará en la galería ARTIS 718, donde presentará su proyecto Persistencia.
Por otra parte, se presentará una colaboración entre Génesis de Arte y la Galería Habana en lo que será la tercera edición del proyecto HB, donde se mostrarán obras de artistas de diferentes generaciones y diversas expresiones artísticas. La sede principal radicará en la sala D del recinto ferial Pabexpo, que se prevé uno de los circuitos más selectos de la Bienal y probablemente con mayores ventas.
Aunque la mayoría de los compradores provienen del extranjero, también los nuevos ricos del patio acudirán a estos espacios
Otros espacios, como la galería Galiano y Arte-Facto, pondrán a disposición del público la obra de jóvenes talentos, mientras que se instalará una tienda de libros de arte Zona Franca, emplazada en la fortaleza de La Cabaña. En ese local se podrán adquirir, durante todo el tiempo que dure la Bienal, varios catálogos de arte.
Aunque la mayoría de los compradores provienen del extranjero, también los nuevos ricos del patio acudirán a estos espacios para encontrar "algo bonito" o de calidad con que adornar sus casas o ambientar sus espacios profesionales. Es muy probable que a ellos se enfoque el mercado de las reproducciones como una oportunidad para liquidar algunas realizaciones que se han ido acumulando en los almacenes estatales. Cortinas para baño, paraguas, tazas de café y toallas en los que se ve el rostro de la Gitana Tropical o las sugerentes formas de Amelia Peláez estarán entre las más demandadas.
Los propietarios de paladares y casas particulares que alquilan habitaciones a turistas también esperan adquirir obras de calidad a precios moderados. Para ellos, la competencia es dura, y para atraer clientes a sus servicios ya no basta con un menú variado, una cama cómoda o un baño con agua caliente. Ahora los locales deben tener atmósfera propia, buen gusto y cierto toque de refinamiento. Una serigrafía o una escultura en madera pueden ayudar a dar ese "toque" diferenciador.
La XII Bienal, con sus nuevos aires comerciales, podría contribuir a tal propósito, aunque en los hogares más humildes se tengan que conformar con las hojas de un viejo almanaque o la portada de una revista extranjera para dar colorido a las paredes.