Tania Bruguera deja la UNEAC y devuelve la Distinción por la Cultura Nacional
La Habana/La artista cubana Tania Bruguera ha devuelto este lunes la Distinción por la Cultura Nacional, recibida en 2002, y ha decidido renunciar a la membresía de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
"No puedo recibir un reconocimiento, ni ser parte de una institución que habla por todos pero donde solo firma la Presidencia de la Organización. Instituciones culturales que en vez de abrir un diálogo y un espacio para el análisis estético, criminalizan, juzgan, reducen la respuesta hacia una obra en la generación del miedo hacia la obra y que además se desentienden", explica en la carta dirigida al viceministro de Cultura de Cuba, Fernando Rojas, y entregada este lunes en la sede del Ministerio de Cultura.
Bruguera fue puesta en libertad el pasado viernes, tras su intento por realizar una 'performance' en la Plaza de la Revolución de La Habana, en la cual tenía previsto otorgar un minuto de micrófono a cualquier ciudadano que participase. La artista no consiguió llegar a la Plaza pues fue detenida antes de salir de su casa y en dos ocasiones más durante los siguientes días. "Presentarse pacíficamente y hablar un minuto es un ejemplo de arte político y de la función del arte en la sociedad. Es lo que llamo 'Arte Hecho para un Momento Político Especifico', el cual se puede traducir como obra realizada para un contexto y coyuntura política determinados", ha agregado.
El texto de la carta:
Cro. Fernando Rojas
Viceministro de Cultura
República de Cuba
A mi regreso de Documenta11 el Ministerio de Cultura me entregó el 27 de noviembre del 2002, junto a otros jóvenes artistas, la Distinción por la Cultura Nacional. Por años no le di importancia a ese evento porque no cambió nada en mi vida ni en mi modo de pensar. De hecho no recordaba si la había conservado o si la había perdido. Después de estos últimos acontecimientos esa Distinción ha tomado otro significado para mí.
Hoy devuelvo la Distinción al Ministerio de Cultura, la pongo en manos del viceministro con quien antes he tenido discusiones ideológicas y acerca de la censura. Hoy también renuncio a mi membresía de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). No puedo recibir un reconocimiento, ni ser parte de una institución que habla por todos pero donde solo firma la Presidencia de la Organización. Instituciones culturales que en vez de abrir un diálogo y un espacio para el análisis estético, criminalizan, juzgan, reducen la respuesta hacia una obra en la generación del miedo hacia la obra y que además se desentienden.
He escuchado muchas veces en Cuba que no es el momento adecuado para hacer una crítica o para usar una metáfora o para hacer una obra. Muchas veces me autocensuré ante esas palabras que mágicamente culpabilizan una duda o una opinión. Hoy sé que el momento adecuado para un artista es SIEMPRE, pero sobre todo cuando se ponen en suspensión las maneras de evaluar lo social y lo humano, pero el momento adecuado no puede ser una directiva gubernamental porque eso sería hacer propaganda y no arte. El artista estaría a servicio de un Gobierno y no de una sociedad. La opinión y el arte no pueden existir solo cuando son permitidos desde la institución. Yo creo que era el momento adecuado para hacer la obra porque todavía todas la decisiones sobre qué va a ser Cuba no están implementadas. Todavía hay ilusión, muchos creen que existen espacios sin definir en los que todos los cubanos pudiéramos ser parte.
Los cambios en Cuba no pueden ser reales si la decisión viene desde arriba y se informa y se tiene que aceptar. Los cambios en Cuba no pueden ser reales si una opinión diferente se da cuando el Gobierno lo invita. Los cambios en Cuba no pueden ser reales si lo cubanos tienen miedo a conocer ciertas palabras como por ejemplo Derecho Humanos. Lo cambios en Cuba no pueden ser reales si el cubano tiene miedo a que una opinión lo deje sin trabajo. Los cambios en Cuba no pueden ser reales si lo que le interesa al Gobierno de los cubanos es su dinero y no sus ideas.
¡Qué triste un Gobierno que vea como una amenaza de Estado que se le dé un minuto a decir lo que piensan sin que ellos lo controlen, al cubano de a pie! ¡Qué triste un Gobierno que meta preso al público de una obra de arte!
Yo hoy no renuncio a mi pasado, sino que apuesto por nuestro futuro, porque Cuba no puede abrirse al mundo sin abrirse a los cubanos.
Un abrazo,
Tania Bruguera.
La Habana, 5 de enero de 2015.