Casa de las Américas se lame las heridas en su 65 aniversario y añora su influencia en la región

En una entrevista concedida a 'Granma', su director, el comisario Abel Prieto, atribuyó a la Revolución el éxito del 'boom' latinoamericano

La plana mayor del régimen acompaña a Abel Prieto en el aniversario de la institución
La plana mayor del régimen acompaña a Abel Prieto en el aniversario de la institución / Casa de las Américas
Juan Izquierdo

27 de abril 2024 - 20:27

La Habana/Después de 65 años funcionando como una suerte de segundo ministerio de cultura, Casa de las Américas añora el tiempo en que la institución era más poderosa e influía en los debates culturales del continente. En vísperas del aniversario, su presidente, el comisario cultural Abel Prieto, lamenta la falta de “coherencia” de la institución y asegura que “la cantidad de locuras llenas de mentiras” que se dicen del régimen de la Isla le hacen “daño”. 

Fundada a solo cuatro meses de la llegada de Fidel Castro a La Habana en 1959, Casa de las Américas surgió con una vocación declarada: aprovechar el entusiasmo intelectual que provocaron los “barbudos” para atraer a la Isla a los escritores de Latinoamérica. El éxito fue total. Desde jóvenes prometedores como Ricardo Piglia hasta figuras de la talla de Miguel Ángel Asturias, pasaron por la institución o aspiraron a su premio literario. 

Ahora, Prieto invoca las polémicas que marcaron las primeras décadas de Casa de las Américas, como el surgimiento de la revista Mundo Nuevo –emblema del boom latinoamericano y bajo la dirección, de 1966 a 1971, del crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal– de la que afirma que fue “diseñada, construida y lanzada como contrapeso de nuestra revista Casa de las Américas”. 

Prieto invoca las polémicas que marcaron las primeras décadas de Casa de las Américas, como el surgimiento de la revista 'Mundo Nuevo'

El ex ministro de Cultura atribuye a Estados Unidos múltiples “trampas”, “tormentas” y “manipulaciones” para hundir a la institución. Habla con saña del premio Rómulo Gallegos “se funda para contraponerse al premio Casa de las Américas”, aunque no menciona que los regímenes de Hugo Chávez y Castro acabaron por secuestrarlo. En el año 2000, invitado a ser jurado del Rómulo Gallegos, el novelista Roberto Bolaño denunció que los métodos “chavistas” de los organizadores –que “designaban” al ganador políticamente conveniente– eran ya idénticos a los de La Habana de los años 60. 

“La Casa tiene siempre una respuesta”, celebra Granma en su entrevista a Prieto. El comisario asiente, pero asegura que todo en el mundo de hoy tiende “a la derecha”, porque “los yanquis han dedicado mucho dinero” a impedir el trabajo cultural de la Isla. “En el centro de todas esas polémicas estaba la disputa por esa zona tan importante que es el ámbito intelectual”, dice, y recuerda que la institución intentó siempre estar “en el centro de esos huracanes”. 

“En el centro de todas esas polémicas estaba la disputa por esa zona tan importante que es el ámbito intelectual”

Prieto dedicó un largo comentario a sus predecesores: Haydée Santamaría, que “quiso mucho, admiró y perdió” –dijo, enigmáticamente, al anunciar un libro de homenajes que publicó este año–, y cuyo suicidio permitió que Mariano Rodríguez llegara a presidir la Casa hasta 1986. En esa fecha, el poeta Roberto Fernández Retamar asumió el puesto, hasta su muerte en 2019. Después de pasar un tiempo como “asesor personal” de Raúl Castro, y dos largos períodos como ministro de Cultura, Prieto se encargó de la institución.

Ni corto ni perezoso, el comisario deja para el final de su entrevista su afirmación más atrevida: “Mucha gente dice que el llamado boom latinoamericano, sobre todo en la novela, tiene que ver con la Revolución Cubana, en primer lugar, y en segundo lugar, con la labor de la Casa de las Américas”. De esos escritores –cuyo rompimiento progresivo con La Habana fue sonoro–, sin embargo, sólo menciona a dos: Gabriel García Márquez, amigo incondicional de Castro, y Julio Cortázar, cuyas críticas a la Revolución fueron mínimas y siempre en correspondencia privada.

En su recuento personal de la historia de la institución, Prieto tampoco mencionó las polémicas culturales internas en las que Casa de las Américas jugó un rol protagónico. No aludió a que las páginas de su revista sirvieron para publicar agresivos libelos ideológicos –como Calibán, del propio Retamar– contra quienes se oponían a la visión cultural de La Habana y, en muchas ocasiones, ataques personales a autores que el régimen desaprobaba, como Jorge Luis Borges. 

No habla tampoco del célebre número de Casa de 1971 en el que aparecieron las transcripciones del Congreso Nacional de Educación y Cultura, donde las autoridades orientaban “localizar” y “sanear” a los homosexuales. En las páginas finales de ese número, que sirvió de hoja de ruta para lo que se conoció como “quinquenio gris”, aparecía también la autoinculpación del poeta Heberto Padilla, arrestado por la Seguridad del Estado semanas antes de la publicación. 

El edificio de la Casa, próximo al malecón habanero, hace tiempo que dejó de ser centro de reuniones y convocatoria

El edificio de la Casa, próximo al malecón habanero, hace tiempo que dejó de ser centro de reuniones y convocatoria. Afectado por múltiples huracanes y apremiado de una reparación, el inmueble perdió fuelle como espacio cultural en los últimos años. La más importante cita que se recuerde entre sus paredes en este siglo, fue la que tuvo lugar en 2007 tras desatarse la Guerrita de los emails por la exaltación en los medios oficiales de ex comisarios políticos del quinquenio gris.

Durante semanas de intercambio por correo electrónico, acusaciones directas al Ministerio de Cultura y al mismísimo Fidel Castro, decenas de intelectuales y artistas arremetieron contra la política cultural en la Isla. La respuesta oficial fue convocar a una reunión en la Casa de las Américas para aplacar los ánimos y agitar el espíritu revolucionario. La convocatoria dejó fuera a las figuras más críticas en aquella polémica y tras su realización la policía política se ensañó especialmente con aquellas voces contestatarias.

En su 65 cumpleaños, la institución sigue arropada por el régimen, cuya plana mayor, encabezada por Miguel Díaz-Canel, acompañó a Prieto en la ceremonia de aniversario. Esta semana también se otorgaron los Premios Casa de las Américas. El galardón de la “unidad latinoamericana” es el único que Cuba paga en dólares. 

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