La editorial del Ejército cubano se impone en la Feria de La Habana con 40 títulos
La Capitán San Luis ha impreso nuevos títulos a pesar de la crisis de papel y otros insumos que golpea fuertemente a la industria editorial en Cuba
Salamanca/Se acerca la Feria del Libro de La Habana y, tras otro año de aridez editorial, hay una sola casa capaz de sacar la artillería: Capitán San Luis. Frente a la parálisis total del libro cubano, los 40 títulos publicados por el Ejército no tienen quien les haga sombra y dominarán La Cabaña desde el 16 de febrero. Memorias de generales retirados, policíacos de autores leales y libros de historia serán presentados en la fortaleza colonial –advierte un comunicado– "con la presencia de directivos del Ministerio de las Fuerzas Armadas y del Interior".
El primer mes del año ha comenzado con vacas flacas para el sector editorial y los organizadores de la Feria tienen su fe puesta en los libreros extranjeros, convocados por la Agencia Literaria Latinoamericana a reunirse en un recinto con una designación inquietante: el pabellón G2.
La escasez de ofertas en la Feria –ya por varios años consecutivos– no le quita el sueño al Instituto del Libro, que realizó un balance de la situación editorial durante una "mañana emotiva, analítica y de proyecciones", este miércoles. Sin embargo, la prensa oficial no ha revelado las cifras de la rendición de cuentas al Ministerio de Cultura y se limitó a describir la jornada como "crítica y optimista".
La escasez de ofertas en la Feria –ya por varios años consecutivos– no le quita el sueño al Instituto del Libro
El único gran proyecto que el gremio prevé para los próximos años es la publicación de 23 tomos de Obras Escogidas de Fidel Castro, que el Partido Comunista considera "imprescindibles" y que dará lugar a una "intensa actividad" para "engrandecer el legado" del caudillo cubano. El proyecto será un "programa nacional" y se beneficiará del trabajo de una decena de organizaciones que llevan tiempo digitalizando la papelería de Castro.
Fuera de Cuba, las editoriales independientes tampoco han comenzado el año con su mejor pie y los catálogos no acaban de despegar. No obstante, varios ensayos y novelas –y algún proyecto de libro– contribuyen a que el panorama sea menos yermo. Es el caso de Crítica madre (Rialta), de Legna Rodríguez Iglesias, publicado con el subtítulo "Lenguajes de la diáspora en Estados Unidos desde Miami".
La "mirada perpleja y apariencia ingenua" de la autora, señala la nota de contracubierta, inspecciona la capital del exilio cubano en toda su complejidad. El volumen, a la larga, acaba por ser "un catálogo de raros, el diario de campaña mayamense de una migrante o la película coming-of-age de una de las escritoras más iconoclastas de la literatura latinoamericana de hoy".
El novelista Amir Valle vuelve en Tu rostro más secreto (Verbum) a uno de sus temas predilectos: la tensión entre la vida y la ficción, con la historia como campo de batalla. La asesoría del servicio secreto de la Alemania comunista a los agentes de la Seguridad del Estado de Cuba es el trasfondo de un relato que lleva al hijo de un antiguo espía a viajar como turista a La Habana, para encontrar las claves de su origen. Los hermanos Castro, Che Guevara y Camilo Cienfuegos son también personajes de una historia que, según Valle, no falta en ningún momento a la verdad.
El novelista Amir Valle vuelve en 'Tu rostro más secreto' a uno de sus temas predilectos: la tensión entre la vida y la ficción, con la historia como campo de batalla
Del reverso del vacío, los trabajos de la memoria "negra" (Verbum), de Reinier Pérez-Hernández, investiga el "trauma" que, según el autor, determinó las vidas de ocho intelectuales y artistas del calibre de Nicolás Guillén o Sara Gómez: su color de piel. El libro es, sobre todo, un examen sobre el acto de narrar la vida desde el dolor personal.
Avant publica Soy esa mujer, un poemario de la escritora habanera Yamilet Calcines. En una escritura que la editorial define como "un virtuoso abanico de figuras retóricas" que va trazando un viaje poético. A Calcines le interesa explorar el sentimiento de lo femenino, la oscuridad del espíritu y la sexualidad como arma.
El escritor gaditano Alejandro Luque es uno de los admiradores más fervientes que tuvo Edmundo Desnoes, fallecido el año pasado en Nueva York. La admiración se convirtió en años de correspondencia y amistad, que ahora contribuirán a la edición crítica de Memorias del subdesarrollo que –según promete Luque– está por llegar bajo el prestigioso sello español Cátedra.
Luque narra su primer encuentro con la novela más célebre de Desnoes, que compró en un ejemplar de segunda mano en La Habana, y que acabó por fascinarle tanto como la película de Tomás Gutiérrez Alea. Para el escritor, que se ha entrevistado con conocidos del cubano, el objetivo de su edición –la primera anotada con la que contará el texto– es revitalizar el legado de Desnoes, a quien define como "un personaje secundario que está en todas las 'películas' de su tiempo".
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