Fito hace girar La Habana
El argentino llena el teatro Karl Marx con el cierre de su gira por el 30 aniversario del emblemático álbum 'Giros'
La Habana/Vestido con un pantalón y un pulóver negro, gafas oscuras y un saco de colores, el cantautor argentino Fito Páez se presentó la noche del lunes en el teatro Karl Marx de la capital cubana acompañado de su banda de cinco músicos. El espectáculo fue el último de una serie de conciertos por el 30 aniversario de su disco Giros y con él puso a girar a los miles de seguidores de su música congregados en La Habana para escucharlo.
Unos minutos antes de la hora programada para el inicio, todo indicaba que el concierto iba a naufragar en medio del feroz aguacero de junio que colapsó las calles de la capital y empapó a los más atrevidos. Sin embargo, casi a las nueve de la noche, media hora después de la prevista para el inicio, ya no cabía un alma más en los tres pisos del teatro, a pesar de que las entradas para el segundo balcón se revendían a 6 pesos convertibles, las del primero a 10 (originalmente costaban 30) y la platea a entre 15 y 20.
"Hace 23 años que no toco con la banda en esta ciudad y me quiero sacar todos los gustos", dijo Páez para saludar al público. Para quienes debían levantarse temprano, guardó un consejo: que se fueran cuanto antes porque la de ayer iba a ser una noche larga.
Las entradas para el segundo balcón se revendían a 6 pesos convertibles, las del primero a 10 y la platea a entre 15 y 20
Transcurridos 20 minutos, apareció el primer invitado de lujo, Pablo Milanés, a quien Fito dijo deber la vida por haberlo traído a La Habana. Ambos unieron, entonces, sus voces para cantar Yo vengo a ofrecer mi corazón. Cuando las emociones parecían haber llegado al tope, el argentino quiso hacer un homenaje a Santiago Feliú, "el primero, que en este teatro cantó Cable a tierra". Tras la llegada de Carlos Varela, que interpretó el tema Ey! a dúo con Fito, y cuando parecía que se habían acabado las sorpresas, llegó José Luís Cortés, El Tosco, que acompañó con su flauta mágica a Páez en Simplemente te vi.
El argentino tocó el piano, la guitarra y la batería; y, cuando faltaban diez minutos para las 11 de la noche, se despidió de un entregado público que demandaba más sin apelaciones. "Fito, Fito, Fito...", coreaba la gente. Entonces regresó, vestido de blanco y arrancando gritos con Yo no puedo vivir sin amor. Finalmente, regaló tres canciones más y cerró con Dale alegría a mi corazón en medio de una apoteosis de entusiasmo.