Otra mirada a Angola desde sus ritos ancestrales
La Habana/Un cuarto de siglo después de haber concluido la presencia militar cubana en Angola, una exposición fotográfica trae una inusual imagen del escenario que tantas reminiscencias bélicas dejó en cientos de miles de cubanos. La muestra fotográfica Hereros, pastores ancestrales de Angola se inauguró el pasado viernes y estará abierta al público hasta el próximo 29 de agosto en la Fototeca de Cuba, en la Habana Vieja.
Las imágenes no muestran trincheras ni fusiles, sino ritos ancestrales de una cultura ignorada. El casamiento, la circuncisión masculina o la extracción de dientes, la práctica de la poligamia y los avatares de la etnia angoleña de los hereros, retratada magistralmente por el artista brasileño Sérgio Guerra, se muestran ante los ojos fascinados de quienes se acercan a la muestra.
El fotógrafo, quien ha residido durante varios años en Luanda, fue testigo de los momentos más trascendentales de Angola en los últimos tiempos: la guerra, la paz y la reconstrucción. Con su lente ha logrado uno de los más completos registros fotográficos de las 18 provincias del país y ha recorrido México, Brasil, España o Italia a través de una docena de ciudades con la muestra que acaba de desembarcar en La Habana.
"Soy de Bahía, Brasil, y veo en Cuba similitudes con mi ciudad. Visitar Cuba es estar en mi propia casa", dijo el artista a 14ymedio durante la ceremonia de inauguración de la muestra, mientras en la Plaza Vieja se escuchaban cantos y tambores como parte de la ambientación de la exposición.
"Soy de Bahía, Brasil, y veo en Cuba similitudes con mi ciudad. Visitar Cuba es estar en mi propia casa", dijo el artista a '14ymedio'
Hereros surge en 2008 a partir de la intención del artista de acercar al espectador las diferentes étnias que viven en esta zona del continente africano. Los mukubais, muhimbas, muhakaonas, mudimbas o muchavícuas son tribus que conforman los hereros y viven entre Namibia, Angola y Botsuana, aunque el autor se ha centrado en retratar a los que halló en el suroeste angoleño.
"Estas personas tienen algo propio, que es lo que muestro en mis fotografías: su baño, su medio de obtener riquezas, su relación con el agua, la economía pastoril...me motivaron a fotografiar este pueblo nómada que aún mantiene pautas culturales tradicionales", comentó el artista durante la primera jornada de la muestra.
Muchas comunidades indígenas creen que la fotografía roba el alma, porque la imagen es considerada como una "captura", y por ende, la sustracción del espíritu de la persona. Sérgio Guerra pretende, sin embargo, que las imágenes de los hereros, sus rostros, las acciones diarias y su mirada devuelvan la voz a una realidad poco conocida.
El artista argumenta que los retratos reflejan la espontaneidad y la complicidad entre fotógrafo y fotografiado, en busca de la absoluta belleza que tienen estas personas. "He aquí un pueblo con cuerpo y con alma, libre y bello como esculturas talladas en barro rojo, de mirada profunda cuyos adornos se integran en el cuerpo como si les perteneciera desde siempre, pueblo que conoce la naturaleza y que forma parte del entorno, del devenir de la vida y su fascinante aventura", describe el fotógrafo.
Sérgio Guerra solo ha podido colocar 30 de las 60 fotografías que trajo a la Isla "por problemas de espacio en la Fototeca de Cuba". Ahora pone sus ojos en los encantos de Cabo Verde que retratará para su próxima exposición fotográfica. Sin embargo, su deseo por ahora es seguir llevando a los hereros a vagar por galerías de todas partes del mundo.