Muere la actriz Xiomara Palacio
Miami/La noticia de la muerte este fin de semana de Xiomara Palacio, actriz y fundadora del Teatro Nacional de Guiñol, ha causado gran impacto en el mundo cubano de las tablas. Reconocida por su trabajo en el teatro para niños, fue miembro de honor de la Unión Internacional de la Marioneta (Unima) en Cuba y Premio Internacional Mariona Masgrau, entregado por el Centro de Documentación de las Artes de los Títeres de Bilbao, España.
Aunque no le daba mucha importancia a los galardones, murió sin recibir el Premio Nacional de Teatro, que entrega el Consejo Nacional de las Artes Escénicas. Este año, su nombre estuvo entre los finalistas elegidos por los miembros del jurado, pero finalmente lo obtuvo el director Carlos Celdrán. El Consejo de Estado le otorgó la Orden Raúl Gómez García, la Medalla Alejo Carpentier y la Distinción por la Cultura Nacional.
El pasado abril, la actriz recibió, junto al director de guiñol Armando Morales, la distinción Hermanos Camejo y Pepe Carril, que concede la Unima y el comité organizador del Taller Internacional de Títeres de Matanzas, que no pudo recoger debido a lo que la prensa definió como "repentina enfermedad". Palacio fallecía este 23 de julio.
Interesada tanto en la acción como en el pensamiento, la actriz cautivaba con su presencia provocadora en foros sobre el arte dramático
Su rostro era más conocido en el mundo de los retablos. Uno de los personajes más populares que interpretó Palacio durante su larga carrera, en la que se cuentan más de cien títulos, fue la Cucarachita Martina. Interesada tanto en la acción como en el pensamiento, la actriz cautivaba con su presencia provocadora en foros sobre el arte dramático.
Entre los jóvenes actores era muy querida por su natural forma de transmitir no solo conocimientos, sino también buena energía. Con una vis cómica impresionante, esta mujer de voz excepcional, siempre estaba dispuesta a ayudar a los que comienzan a andar el difícil camino de la actuación.
Nacida en Remedios, Villa Clara, en 1942, llegó a finales de los años cincuenta a La Habana, donde se enamoró para siempre del mundo de los títeres, gracias a los grandes maestros de la época. Una de ellas fue la española Adela Escartín. Por esos años fue la elegida por los hermanos Camejo y Carril para que integrara el elenco que fundaría el Teatro Nacional de Guiñol en 1963.
El escenario no le fue ajeno en ninguna etapa de su vida. En 1990 recibió el Premio de Actuación Femenina en el Festival Internacional de Teatro para Niños auspiciado por la Unicef, en Lima, Perú, por la creación de Ze Chupanza, en una versión brasileña de Don Quijote de Oscar Von Pfuhl, bajo la dirección de Roberto Fernánde
Las más jóvenes generaciones recuerdan su trabajo con Teatro Pálpito y su brillante participación en la pieza Con ropa de domingo, de Maikel Chávez, donde la actriz sedujo intensamente al público con una voz muy singular y su deliciosa presencia escénica. También trabajó de invitada en grupos como Teatro de la Luna, Teatro El Público o el Espacio Teatral Aldaba, así como en piezas del Centro Promotor del Humor.