Muere por covid-19 el profesor y ensayista cubano Emilio Ichikawa
El escritor se exilió en Estados Unidos en el año 2000
La Habana/El escritor, ensayista y académico cubano Emilio Ichikawa Morín falleció este lunes a los 59 años en la ciudad de Miami, Florida, a causa del covid-19.
Oriundo del municipio de Bauta, en la provincia de Artemisa, Ichikawa llevaba varias semanas hospitalizado en terapia intensiva luchando por su vida tras sufrir complicaciones derivadas del coronavirus, informaron fuentes familiares a CiberCuba.
Ichikawa se graduó de Filosofía en La Universidad de La Habana en 1985 y trabajó como profesor en esa institución por varios años. Luego fue especialista literario en la Biblioteca Nacional José Martí.
Hijo de un inmigrante japonés y de madre cubana, el escritor se exilió en Estados Unidos en el año 2000 y desde entonces colaboró con varios medios de comunicación al sur de Florida, entre ellos el Nuevo Herald, donde mantuvo por varios años una columna semanal. Desde su blog personal Eichikawa también escribió sobre política, historia, literatura y otros temas de actualidad.
"Fui testigo de la compleja negociación que mantuvo con sus demonios a lo largo de los años: de sus cuitas con el exilio, sobre todo el suyo, pero también el de todos"
Entre los textos más destacados del escritor sobresalen El pensamiento agónico (1986), La escritura y el límite (1998), La heroicidad revolucionaria (2001), Contra el sacrificio: del camarada al buen vecino (2002) y Antes del veredicto. La demasiada humanidad del Padre Varela (2020), además de decenas de colaboraciones en publicaciones especializadas.
La revista El Caimán Barbudo ha sido hasta el momento la única publicación oficial de la Isla que ha hecho mención a la muerte de Ichikawa. Al enviar las condolencias a familiares y amigos por sus redes sociales, recordó que el académico fue colaborador de la revista durante los 90.
Sobre Ichikawa, su colega Jorge Ferrer escribió este martes en su perfil de Facebook que fue "un tipo muy inteligente y dueño de una cultura filosófica excepcional al que Cuba, esa lengua de tierra, se le quedó tan estrecha como se la ve en los mapas".
"Fui testigo de la compleja negociación que mantuvo con sus demonios a lo largo de los años: de sus cuitas con el exilio, sobre todo el suyo, pero también el de todos. Siempre fue generoso, abundante, a la hora de pensar. No sé qué más se le puede pedir a un filósofo", agregó Ferrer.
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