Nacida en el 64
La Habana/Aquel 1964 no fue fácil. El Gobierno lo llamó el "año de la economía" pero ya existía el mercado racionado y la retórica privilegiaba la ideología sobre la producción. En medio de esa algarabía revolucionaria nació Liuba María Hevia, quien después llenaría de sutilezas y candor las letras de sus canciones. A menudo, esta mujer por la que parece no pasar el tiempo, ha contado que gracias a una de sus tías creció escuchando temas de Silvio Rodríguez como La era está pariendo un corazón o Te doy una canción.
La voz de Liuba ha ido creciendo desde aquellas presentaciones en el programa televisivo Palmas y Cañas, donde interpretaba tonadas guajiras. La jovencita retraída que le cantaba a los campos cubanos comenzó a fundir varios géneros sin dejar a un lado la guitarra como base armónica de sus melodías. En sus conciertos y su discografía ha destacado especialmente su dedicación al público infantil. Con su disco Travesía Mágica (2001) logró una especial conexión con los infantes, además de haber sido nombrada Embajadora de Buena Voluntad del Fondo de Naciones Unidas.
Este diciembre ha sido el "mes de Liuba". El pasado día 13 deleitó con su ternura habitual a los presentes en el teatro Mella durante el espectáculo Luna del 64, que celebraba su medio siglo de vida. Allí ofreció un recorrido por su carrera, en la que confluyen con elegancia guajiras, sones, habaneras, danzones y los tangos que tanto le apasionan. Como es habitual, la danza y el teatro se mezclaron con sus melodías y esa tímida presencia en escena que la hace tan atractiva y magnética.
La danza y el teatro se mezclaron con sus melodías y esa tímida presencia en escena que la hace tan atractiva y magnética
Al repasar algunas de sus entrevistas encontramos palabras de agradecimiento que se repiten dirigidas al trovador cubano Pablo Milanés. A él le debe, según afirma la cantautora, la oportunidad de grabar su primer disco Coloreando la esperanza (1993). Sin embargo, su carrera artística no es fruto del azar ni de la solidaridad, sino del talento innato y la laboriosidad que caracteriza a esta joven de cincuenta años.
Esta semana, Liuba María Hevia recibió la Medalla Alejo Carpentier de mano del Ministro de Cultura, Julián González. En el acto, Madeine Masses, la directora del Centro Nacional de Música de Concierto leyó el acuerdo del Consejo de Estado que reconoció a la trovadora con tal distinción. El pianista José María Vitier dijo: "desde que surgió, Liuba aportó un timbre inédito, un color irrepetible... ", pero el reconocimiento principal se lo regaló el público que estremeció la sala con un cerrado aplauso.