Rafael Rojas es elegido miembro de la Academia Mexicana de la Historia
El intelectual, una de las voces más críticas con el Gobierno de la Isla, ha escrito varios libros e investigaciones sobre la historia de México
La Habana/El historiador y ensayista cubano Rafael Rojas fue elegido este martes miembro de la Academia Mexicana de la Historia. El intelectual, una de las voces más críticas con el Gobierno de la Isla, ha escrito varios libros e investigaciones sobre la historia de México.
"Es un gran honor y un mayor compromiso con la investigación histórica haber sido nombrado miembro de la Academia Mexicana de la Historia, en la silla 11, que perteneció a Juan A. Ortega y Medina y Álvaro Matute, dos historiadores admirados. Será todo un reto estar a su altura", agradeció Rojas a través de su cuenta en Twitter.
Nacido en Santa Clara, en 1965, Rojas se licenció en Filosofía en la Universidad de La Habana, de la que su padre, Fernando Rojas Ávalos, fue rector entre 1980 y 1992, y obtuvo el doctorado en Historia en El Colegio de México, donde reside desde los años 90. Actualmente, ejerce como profesor investigador de historia en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en México.
Entre sus principales libros vinculados a la Isla destacan José Martí: la invención de Cuba (2000); Cuba mexicana. Historia de una anexión imposible (2001); Tumbas sin sosiego. Revolución, disidencia y exilio del intelectual cubano (2006), y Motivos de Anteo, Patria y nación en la historia intelectual de Cuba (2008).
En el año 2009 consiguió el premio de Ensayo Isabel Polanco por la obra Repúblicas de aire: utopía y desencanto en la revolución de Hispanoamérica.
Ecured, el portal oficialista imitación de Wikipedia, lo define como un "acérrimo enemigo de la Revolución Cubana" que "ha criticado abiertamente los cambios políticos y sociales ocurridos en la Isla".
La enciclopedia online también lo señala como amigo de Jorge Castañeda, exsecretario de Relaciones Exteriores de México, al que califica de aliado de Estados Unidos y sospechoso de ser "agente de la CIA". También lo acusa de mantener "contactos con la contrarrevolución cubana" y haber dirigido la Revista Encuentro, "una de las más importantes operaciones propagandísticas contra Cuba (...) especialmente vinculada a la National Endowment for Democracy (NED), una conocida pantalla de la CIA".
Rojas describió aquel incidente como "una especie de pogromo verbal o juicio revolucionario con que una masa de castristas exaltados somete a una minoría de 'traidores', 'contrarrevolucionarios' y 'agentes del imperialismo'"
En diciembre de 2002, en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, representantes del oficialismo cubano reventaron con gritos la presentación del número 47 de la revista Letras Libres en la que participaba Rojas. La publicación criticaba duramente al castrismo y la figura de Fidel Castro. El acto de repudio en el que participaron cubanos y mexicanos, respaldados por La Habana, provocó una carta de indignación que firmaron personalidades de la cultura como Mario Varga Llosa, Carlos Monsiváis y Fernando Savater.
Meses después, Rojas describió aquel incidente como "una especie de pogromo verbal o juicio revolucionario con que una masa de castristas exaltados somete a una minoría de 'traidores', 'contrarrevolucionarios' y 'agentes del imperialismo'", lo que definió como "una práctica recurrente dentro y fuera de Cuba". La retórica oficial en su contra subió de tono a partir de ese momento.
Su hermano, Fernando Rojas, es viceministro de Cultura y ha tomado protagonismo en la defensa del Decreto 349, criticado por el propio Rafael.
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