‘Regreso a Itaca’ refleja la fractura cubana
Laurent Cantet escenifica a "la generación que creó en el milagro de la revolución y luego se sintió traicionada por la historia"
Madrid/El realizador francés Laurent Cantet admite que no será fácil tener que enfrentarse cara a cara con el público cubano, aunque tenga muchas ganas de conocer su reacción ante el filme Regreso a Ítaca, que se estrenará en La Habana dentro de tres semanas en el marco de la Semana del Cine Francés. "Hice esta película para que los cubanos la vieran", explica desde el preestreno del largometraje este lunes en la Casa de América de Madrid.
Pese a estar enteramente rodada en la Isla y con actores cubanos, la película con guion del mismo Cantet y del escritor Leonardo Padura aún no ha logrado que se proyecte en las salas del país. "Hubiéramos preferido un estreno comercial", cuenta el director de La Clase, Hacia el Sur y Recursos Humanos, "pero no lo hemos alcanzado". El público cubano tendrá que conformarse por ahora con tres pases en salas de 2.000 espectadores. "Nos llevamos una gran decepción cuando la película se excluyó de la programación del Festival de Cine de La Habana el pasado mes de diciembre", dice chapurreando algo de español, y confía en que su obra tenga una circulación más amplia entre los cubanos a través del paquete semanal.
En Regreso a Ítaca no se habla de historia, sino de historias, en plural. Los cinco amigos reunidos en una azotea enfrente del Malecón para celebrar el regreso a La Habana de uno de ellos tras 16 años de exilio en España se encaran con decepciones, frustraciones, miedo, sueños rotos y una ideología que se ha convertido en un recuerdo borroso y lejano. Aunque el realizador critique algunos aspectos claves de la revolución, su objetivo era ir más allá de los confines de la Isla. "Quería confrontar el mito que teníamos también en Europa con la realidad vivida por los cubanos y hablar de la caída de los ideales en general, algo que también ha pasado en otras latitudes", insiste.
Una mirada sobre el Período Especial, ese momento de los años noventa en el que el sueño de muchos se desmoronó
A través de sus historias personales, los cinco protagonistas, interpretados por Isabel Santos, Jorge Perugorría, Fernando Hechevarría, Néstor Jiménez y Pedro Julio Díaz Ferrán, ponen de manifiesto la ruptura que existe en la sociedad cubana, la fractura entre tener miedo y superarlo, irse o quedarse, creer o no, que ha caracterizado esa generación crecida al compás de la revolución. "El distanciamiento entre generaciones constituye un verdadero problema para Cuba en estos momentos", según Cantet. "Hasta las motivaciones que empujan los jóvenes al exilio ya no son las mismas que las de sus antecesores, ahora estamos delante de una migración más bien económica y vinculada con la ilusión de que todo es mejor en el extranjero".
La película, grabada en apenas 17 días, ha cosechado numerosos premios internacionales, como el de la sección paralela Venice Days Jornadas de los Autores en la 71 edición del Festival de Cine de Venecia o el Premio Abrazo, principal galardón del 23º Festival de Biarritz. Cantet, que ya se había curtido en la Isla con el corto La Fuente dentro de Siete días en La Habana, anunció este mismo lunes haber ganado el Premio de la 43ª edición del Festival Internacional de Cine de Huesca.
La velada narrada en Regreso a Ítaca condensa entre el atardecer y el amanecer una mirada oblicua sobre distintas épocas de la historia de Cuba, con especial atención hacia el Período Especial, ese momento de los años noventa en el que el sueño de muchos se desmoronó. "La película quiere reconstruir las vicisitudes del país a través del ánimo de los protagonistas", destaca Cantet. "Quería que fuera claro el contraste entre la evocación de una juventud alegre en los años setenta y el amargo presente de esta generación perdida que llegó a creer ciegamente en el milagro de la revolución y que luego se sintió traicionada por la historia".
Cantet confina la acción a las cuatro esquinas de la azotea sin renunciar a mostrar pequeñas escenas de la vida cotidiana en la Isla, como una riña conyugal o la matanza de un cerdo. "Cuba está tremendamente viva y para mi es importante mostrar esta promiscuidad de colores y sonidos, pero no quise centrarme en una mirada turística exclusivamente cargada de tópicos sobre La Habana", agrega.
El guión de Regreso a Ítaca se basa en La novela de mi vida, de Leonardo Padura. Comenzó como idea para un corto de apenas 15 minutos y acabó desarrollándose como un largometraje. "Nos dimos cuenta muy temprano de que un cuarto de hora no iba a ser suficiente. Fue todo un reto, porque al principio no estaba claro de dónde hubiéramos podido obtener los fondos. Los actores no tuvieron ganas ni necesidad de modificar los diálogos que Padura había escrito", recuerda Cantet. "Era lo que sentían, reconocían en aquellas palabras su generación".