Omar Franco repasa su carrera artística con el unipersonal ‘Strike’
La Habana/Omar Franco celebrará sus 22 años de carrera artística con el unipersonal Strike, una obra en la que nos reiremos de las dificultades y hasta soltaremos alguna lagrimita por las alegrías. En medio de este agosto caluroso y con pocas opciones culturales, este versátil actor nos regalará una dosis de humor del bueno, a partir de este martes a las 8:30 pm en el Teatro Mella.
La pieza cuenta de dos partes. En la primera, el humorista interpreta a Ruperto, uno de los personajes más populares de la reciente temporada del programa televisivo Vivir del Cuento. Un anciano que quedó en coma en 1986 despierta en una Cuba atenazada por la dualidad monetaria, el deterioro moral y la cansina repetición del discurso político. La puesta en escena se completará con los más populares monólogos y representaciones a los que ha dado vida Franco a lo largo de estos años.
Alto, de voz firme y excelente dicción, este experimentado artista se destaca también por combinar con maestría el histrionismo y el humor. Convence cuando de hacernos reír se trata y vuelve a convencer a la hora de sacarnos las lágrimas. Su carrera artística ha incluido la televisión, el cine y el teatro, en los diversos registros entre la comedia y el drama, sin dejarse someter al encasillamiento.
Aunque se graduó como ingeniero en control automático, ha sido en el mundo artístico donde Franco ha volcado sus energías y su talento. Su carrera ha estado influida por maestros de las tablas, como el reconocido Armando Suárez del Villar, quien, según el aventajado alumno, le ofreció las herramientas imprescindibles para un actor a través del método interpretativo de Stanislavski.
A sus 22 años de trabajo artístico, el reconocido creador no olvida su paso por el proyecto Humoris Causa, en el que estrenó el espectáculo Marketing junto a Iván Camejo. Durante los años noventa las producciones de aquel grupo se resultaron un verdadero viento fresco en el humor cubano, al desarrollar espectáculos basados en los buenos textos, la reflexión inteligente y la crítica a la realidad social y económica. Su personaje del chófer de un ómnibus de transporte público enfrentado a los problemas materiales y a la desesperación de los viajeros, quedará inscrita en los anales de la comedia cubana de todos los tiempos.
Para Franco no hay nada como el teatro, donde ha tenido la oportunidad de interpretar roles protagónicos de la mano de directores como Carlos Díaz o Tony Díaz. Personajes sólidos y veraces como Freddy o Mario Conde demuestran que a la hora de desdoblarse pocos pueden lograr la naturalidad y la convicción que alcanza este experimentado actor.
El cine también le ha sonreído, aunque prefiere las tablas, según ha asegurado a la prensa nacional. Recuerda con cariño a Rogelio, el personaje que interpreta en la ópera prima Pablo que le diera el Premio al Mejor Actor de Reparto en el Festival Internacional de Cine de Nueva York en 2013. Este galardón le llegó luego de varias incursiones en la pantalla grande cubana con los directores Arturo Sotto y Daniel Díaz Torres.