Vuelve el 'caimán' para recordar el pasado

Camagüey/"Un día empecé a contar a mis actores jóvenes que en el inicio del Período Especial daban tickets de hamburguesa por las casas y otros detalles de la vida en esos momentos, pero no me creyeron", cuenta el dramaturgo Mario Junquera. "Entonces pensé: si estos son jóvenes que se preocupan por la historia, ¿qué quedará para el resto? Por eso decidí hacer un espectáculo que diera testimonio de los proyectos y fracasos gubernamentales, pero sustentado en lo patriótico, en preservar la patria ante todo, en medio de los desastres ocurridos en los últimos 60 años".

El autor teatral y fundador de la compañía Teatro del Espacio Interior resume así la génesis de su obra La Panza del Caimán, reestrenada el pasado sábado, con la sala que lleva el nombre de la agrupación repleta, en el Teatro Principal de Camagüey siete años después de su primera puesta en escena. La pieza formó parte del repertorio de la agrupación durante casi cuatro años y ahora vuelve los viernes y los sábados de todo el mes de noviembre a las 9:00 pm.

La pieza teatral cuenta el proceso de mutación del "hombre nuevo" en balsero y suicida, usando como referencias consignas

"El concepto de la puesta en escena no cambia, lo que sí cambió es la visualidad de los personajes", explicó a 14ymedio la actriz Iris Mariño, una de las protagonistas junto al autor y la novel Virgen Martínez.

"La intención original de la obra La Panza del Caimán fue pedagógica", explica a 14ymedio Mario Junquera. La pieza teatral cuenta el proceso de mutación del "hombre nuevo" en balsero y suicida, usando como referencias consignas, poemas y proyectos económicos fracasados que en su tiempo fueron icónicos para el patriotismo.

"El farol con que mi padre hizo la campaña de alfabetización alumbra hoy la pequeña chalupa", dice a oscuras, en uno de los parlamentos que más impresiona al público, el personaje de Virgen Martínez. Durante toda la obra se usan viejas maletas y zapatos desechados que acaban siendo material de confección de la balsa de salida ilegal.

Teatro del Espacio Interior surgió en mayo de 1990, cuando el recién graduado Mario Junquera decidió convertir una habitación de su casa, de la calle Padre Valencia 77, en sala de teatro y montar con algunos amigos que tenían inclinaciones artísticas la obra de su autoría Espacio Interior. Tras el inmediato éxito, el proyecto fue aprobado y, en los 29 años transcurridos, ha llenado salas en todo el país y conquistado numerosos lauros, a pesar de sus innumerables choques con las autoridades de Artes Escénicas de la provincia.

"Es como si el tiempo no hubiese pasado y estuviésemos varados en la zafra del 70, aunque las tiendas vendan productos con etiquetas en inglés"

"Es mi primer espectáculo hecho con la intención de contar la historia olvidada. Más allá de la idea hemos reconstruido antropológicamente a los actores, por eso ahora la rescatamos. No me enfoco en los éxitos porque de eso se encargan el (periódico) Granma y la televisión nacional, sino en las partes negativas, las cosas ridículas y los fracasos que han quedado en el olvido del discurso oficial", explica Junquera, satisfecho del lleno durante el reestreno, que llevó a muchos espectadores a tener que ver la obra sentados en los pasillos.

El espectáculo, pensado para tiempos de crisis, mantiene su actualidad en este periodo coyuntural. "Tiene que ver con la realidad que vivimos ahora mismo -reflexiona Junquera. Es como si el tiempo no hubiese pasado y estuviésemos varados en la zafra del 70, aunque las tiendas vendan productos con etiquetas en inglés, alemán, italiano y árabe".

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