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Yuri Buenaventura: “La Sonora Matancera es piedra angular en la música latinoamericana”

El icónico cantante ve como algo natural su vínculo afectivo por la música y los ritmos afrocubanos pese a la enorme distancia entre Buenaventura y Matanzas

Buenaventura, nacido hace 57 años en la ciudad del mismo nombre en el Pacífico colombiano, creció y se formó con la música bailable de la zona. / EFE
Juan Carlos Espinosa/EFE

02 de febrero 2025 - 17:39

La Habana/Para el legendario salsero colombiano Yuri Buenaventura pisar La Habana es “un sueño”. Se le nota por el brillo en los ojos cuando habla de la capital cubana y de la “oportunidad” de formar parte de un concierto homenaje a la histórica agrupación musical La Sonora Matancera.

Buenaventura, nacido hace 57 años en la ciudad del mismo nombre en el Pacífico colombiano, creció y se formó con la música bailable de la zona. Así lo cuenta en una entrevista con EFE poco antes de presentarse, este domingo, en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional junto con los cubanos Issac Delgado, Haila María Mompié y Maikel Dinza en el cierre por todo lo alto del Festival Internacional Jazz Plaza.

“Yo, desde niño, conozco esa música y, desde niño, la cuna mía se balanceaba al son de esta música. Es una gran bendición para mí estar aquí, para mi formación musical, para mi formación humana", cuenta el artista, conocido mundialmente por temas como ‘No estoy contigo’, ‘Ne me quitte pas’ o ‘No lo puedo recordar’.

“Es una gran bendición para mí estar aquí, para mi formación musical, para mi formación humana"

El icónico cantante ve como algo natural su vínculo afectivo por la música y los ritmos afrocubanos pese a la enorme distancia entre Buenaventura y Matanzas, ciudad en la que se originó la Sonora Matancera, grupo por el que pasaron gigantes como Celia Cruz o su compatriota Nelson Pinedo.

"Vengo de un territorio negro, un territorio donde se fugaron los esclavos, los negros cimarrones, y de un puerto, el más importante de Colombia en el occidente (...) y con mucha música. Lo que imperaba en las radios y en los vinilos era la música cubana", resalta.

Y, de ahí, el enlace entre La Sonora Matancera, las orquestas cubanas, el son cubano y toda la fusión de géneros que dio lugar a la salsa entre las comunidades migrantes de Nueva York.

Estas discusiones, en el universo musical latinoamericano, no son nuevas. En más de una ocasión, la propia Celia Cruz aseguró en entrevistas en Estados Unidos que el género, del cual fue bautizada como la reina, no le parecía distinto a lo que ya se hacía años antes en Matanzas.

"Vengo de un territorio negro, un territorio donde se fugaron los esclavos, los negros cimarrones, y de un puerto con mucha música"

Buenaventura va más allá. "La salsa es una música que se gesta en Nueva York, con un sonido y un encuentro de sonoridades con la exclusión del negro americano y se genera un sonido urbano pero, fundamentalmente, (...) el bongó, la tumbadora (conga) y el timbal… estás hablando de una raíz polirrítmica, de una raíz cultural que es cubana", sostiene.

Pero matiza: “La vida de un latinoamericano excluido, donde hay segregación racial, supremacismo blanco, exclusión, miseria urbana, en Manhattan, en el cemento, genera otro sonido y otras expresiones y eso es lo que se llama salsa".

Es por eso, y otras muchas razones, que para él la herencia que deja La Sonora Matancera es un patrimonio para la música latinoamericana bailable y, sobre todo, para su país.

"La Sonora Matancera nace en la ciudad de Matanzas, en la provincia de Matanzas, se expande por toda América Latina y la Sonora Matancera es un patrimonio colombiano, es un patrimonio intangible de Colombia porque la amamos, porque nos pertenece. Es un sentimiento que nos presta Matanzas para viajar por el mundo La Sonora Matancera es piedra angular en la música latinoamericana", concluye.

La herencia que deja La Sonora Matancera es un patrimonio para la música latinoamericana bailable y, sobre todo, para su país

Con eso en mente, se instaló en París en 1988. Desde entonces, el país galo se ha convertido en su lugar de residencia y en el que, tras años de tocar en el metro para ganarse la vida, despegó como un artista internacional capaz de deleitar al público europeo con esos mismos ritmos que mecían su cuna en Buenaventura.

Buenaventura, junto a Delgado, Mompié y Dinza, van a ser los encargados de poner el broche final al Jazz Plaza, un festival clave en el calendario musical cubano que desde el pasado domingo ha ofrecido unas 200 actuaciones entre La Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba.

Entre los 400 artistas participantes, provenientes de una veintena de países, destacan figuras como el saxofonista Ted Nash, el trompetista Orbert Davis, la banda The Funky Taters y la arpista Patrice Fisher. E

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