1/14El centro deportivo José Martí, en las calles G y Malecón en el Vedado, muestra parte de su cerca perimetral derruida, las piscinas vacías o con agua estancada, el edificio que una vez albergó las taquillas se encuentra clausurado y parte del techo está a punto de desplomarse
2/14Las gradas de esta insigne área presentan peligro de derrumbe, mientras los escombros y la basura llenan las zonas aledañas
3/14En “el Martí”, como se conoce popularmente al lugar, la pista para correr casi ha desaparecido bajo la hierba, las canchas de basket y voleibol están inutilizables y todas las áreas construidas se han convertido en urinarios públicos
4/14El panorama no es muy diferente en el centro deportivo Rafael Conte, en la habanera barriada de Lawton. El dojo para practicar artes marciales ha quedado como una nave abandonada con varios orificios en el techo
5/14En el Conte no solo se hace difícil practicar alguna disciplina atlética, sino que hasta utilizar los baños puede convertirse en una experiencia sumamente desagradable, dado el deterioro la suciedad y la falta de agua corriente
6/14En el complejo deportivo Ciro Frías, ubicado en el municipio de Arroyo Naranjo, la hierba también le ha ganado la batalla a las áreas de entrenamiento. Los trabajadores del lugar aseguran que no les entregan implementos para limpiar el terreno
7/14La cancha de baloncesto del Ciro Frías hace años aguarda por una reparación y el complejo de piscinas también está abandonado: hasta las bombas de agua para llenarlas fueron eliminadas
8/14En el insigne Pontón, donde tantos niños y adolescentes de los municipios Cerro y Centro Habana aprendieron a lanzar su primera pelota, pastan los animales en la hierba de lo que una vez fue un hermoso terreno deportivo
9/1428. En el municipio Marianao el combinado deportivo Jesús Menéndez, localizado donde una vez estuvo la Quinta San José, propiedad de la reconocida etnóloga Lydia Cabrera, apenas recuerda sus días de deportes y competencias. Al edificio central le han ido arrancando las ventanas
10/14La piscina sirve en múltiples ocasiones como cancha de futbol para los jóvenes de las barriadas cercanas que carecen de áreas deportivas donde se puede fomentar el gusto por el ejercicio físico
11/14También en Marianao, el otrora Estadio Municipal Pepe Conte, rebautizado Juan Manuel Márquez, muestra su campo deportivo cubierto de matorrales y desperdicios
12/14El irrespeto al área deportiva ha llegado al punto de que un vecino amplió su vivienda hacia el terreno
13/14Ante tal deterioro, los niños y adultos interesados en practicar deportes eligen, en muchas ocasiones, áreas alternativas como calles o terrenos baldíos, donde se dispara el peligro de sufrir lesiones, molestar a los vecinos cercanos y ocasionar accidentes en la vía
14/14Las escuelas con áreas deportivas tampoco escapan a la desidia y el abandono. En el municipio Plaza de la Revolución el centro escolar José Luis Arruñada exhibe un terreno plagado de hierbas, una cerca perimetral rota y las porterías inutilizadas