El Coloso del Cerro, un estadio renovado pero sin entusiasmo deportivo

Tras una reparación que terminó este mes, donde antes estaban las desabastecidas cafeterías estatales se han abierto pymes privadas

El viernes, durante un juego entre La Habana y Granma, las gradas apenas tenían público.
El viernes, durante un juego entre La Habana y Granma, las gradas apenas tenían público. / 14ymedio
José Lassa

23 de marzo 2025 - 09:09

La Habana/No brotaba un rugido de las gradas, tampoco la pizarra estaba encendida y apenas una parte del estadio Latinoamericano, en La Habana, tenía público la tarde de este viernes. No obstante, los seguidores del equipo Industriales disfrutaron la victoria 6 a 3 frente a Granma y recordaron, brevemente, los días de gloria del Coloso del Cerro cuando la pasión beisbolera arrastraba multitudes en la Isla.

A inicios de este mes se concluyeron los trabajos de mantenimiento y reparación en las áreas interiores del estadio más importante de la capital cubana. Con los muros recién pintados y el césped en mejor situación, la casa de los Leones ha retomado su programación y alberga por estos días la III Liga Élite de béisbol. El sábado, Granma tomaría la revancha y derrotó a los Azules tras aprovechar un jonrón de tres carreras, cerrando el marcador 4X2.

"Gurriel sí es un pelotero de vergüenza", bramaba un fanático que arengaba a los jugadores algo faltos de chispa.
"Gurriel sí es un pelotero de vergüenza", bramaba un fanático que arengaba a los jugadores algo faltos de chispa. / 14ymedio

Pero el viernes, todavía ese obstáculo no se había metido en el camino de la selección habanera, golpeada especialmente por el éxodo de sus jugadores y por el desánimo que se ha apoderado del deporte nacional. Esa tarde reinaron en su jungla de concreto, aupados por unos pocos seguidores que llegaban más atraídos por curiosear el resultado de las obras en el Latinoamericano que por lo que ocurría en el terreno.

Esa jornada, los lanzadores abridores fueron Andy Vargas por Industriales y César Gracía por la escuadra granmense, dos de los mejores pícheres de la Liga Élite. Pero el jugador más mencionado no era ninguno de los que se movía sobre el campo. El nombre más escuchado en las conversaciones y los debates fue el de Yulieski Gourriel. El espirituano, de 40 años, llegó recientemente a un acuerdo con los Padres de San Diego para integrarse al campamento de entrenamiento de primavera.

"Gurriel sí es un pelotero de vergüenza", bramaba un fanático que arengaba a los jugadores algo faltos de chispa a la hora de moverse entre las bases o trata de capturar la pelota. "No se les puede pedir más", apuntaba una mujer en defensa de los atletas que reciben un salario mensual de 8.500 pesos por participar en el torneo, menos de 25 dólares al cambio informal actual. 

A pesar de lo desangelado del espectáculo, una conga local se mantuvo tocando buena parte del partido y las gradas encima del home club estaban llenas. Los espectadores con más recursos entraban y salían de sus filas para buscar algo de comer o tomar, unas incursiones que se saldaban, la mayoría de las veces, con miles de pesos gastados. A los asiduos al complejo deportivo, sin embargo, gente pobre de la barriada del Cerro que rodea al coloso, se les reconocía por la austeridad. Mirada fija sobre el terreno, ropa raída y ningún consumo durante las nueve entradas.

A los asiduos al complejo deportivo, gente pobre de la barriada del Cerro, se les reconocía por la austeridad.
A los asiduos al complejo deportivo, gente pobre de la barriada del Cerro, se les reconocía por la austeridad. / 14ymedio

Donde antes estaban las desabastecidas cafeterías estatales se han abierto algunos locales gestionados por mipymes privadas. Hay dulcerías, que ofrecen pasteles, torticas y lacitos pero también cakes completos a 1.300 pesos que poco encajan en el contexto de unas gradas sin cucharas, platos ni cumpleaños. Para los que prefieren algo salado, las opciones son pizzas de queso a 300 o de jamón por 360. Para bajar tantos carbohidratos, siempre se puede adquirir un refresco importado por 250 o una bebida energizante por 300.

La prohibición de venta de alcohol se mantiene y las revisiones a la entrada buscan impedir que entren armas blancas y las típicas canecas con ron que la gente trata de esconder en la cintura o los bajos del pantalón. Aquella estrecha vinculación entre hits y cervezas, batazos y sorbos largos de una Hatuey fría o de una refrescante Polar son cosa del pasado. La industria cervecera cubana, que invirtió en centros de recreación y deporte, financió estadios y apadrinó a peloteros, ha sido desterrada hace décadas del Latino. 

Hay dulcerías que ofrecen pasteles, torticas y lacitos pero también cakes completos a 1.300 pesos.
Hay dulcerías que ofrecen pasteles, torticas y lacitos pero también cakes completos a 1.300 pesos. / 14ymedio

La publicidad también brilla por su ausencia. No hay carteles con anuncios, ninguna cortinilla recomendando comprar refrescos o contando los beneficios de unos tenis deportivos. El del Cerro es un estadio donde se ha impuesto una austeridad que también lastra el espectáculo deportivo. El "béisbol revolucionario" es así, seco, sin anuncios ni distracciones pero también pobre en recursos deportivos y en alegrías.

El del Cerro es un estadio donde se ha impuesto una austeridad.
El del Cerro es un estadio donde se ha impuesto una austeridad. / 14ymedio

"Parece que no les alcanzó la pintura", resumía un seguidor del equipo habanero mientras señalaba para el cercano edificio, al otro lado de la calle, que por años ha llevado el color azul intenso y la inicial del equipo Industriales. Con la fachada desteñida y los aleros enmohecidos donde crecen las malas hierbas, el inmueble se erige como símbolo del actual estado de la pelota cubana. En su interior, algunos apartamentos cerrados, por la emigración de sus propietarios, buscan, a precio de remate, un comprador que los habite. 

Metáfora también de las ausencias, en el terreno y en las gradas del Latino, de todos aquellos que se han marchado.

Con la fachada desteñida y los aleros enmohecidos donde crecen las malas hierbas, el inmueble se erige como símbolo del actual estado de la pelota cubana.
Con la fachada desteñida y los aleros enmohecidos donde crecen las malas hierbas, el inmueble se erige como símbolo del actual estado de la pelota cubana. / 14ymedio

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