Cuba perdió por la "agresividad vil y organizada" de Miami, se queja la Cancillería
Denuncian que el régimen cubano pidió que "no se colocara en el estadio música de Willy Chirino y Celia Cruz"
La Habana/En un despliegue de autocompasión que va desde la Cancillería hasta los programas televisivos de propaganda, el régimen ha atribuido la derrota de la selección cubana en el Clásico Mundial de Béisbol a grupos "transgresores" que distrajeron al equipo en Miami. Además, a través de un comunicado reproducido este miércoles en todos los medios oficiales, las autoridades hacen inventario de los "lamentables y peligrosos incidentes" que pusieron nervioso al llamado Team Asere en el estadio LoanDepot Park.
Con la habitual "denuncia enérgica", la Cancillería cubana se apresura a explicar la pérdida del "juego difícil" entre Cuba y EE UU, cuya selección, lamenta, tiene una reconocida "superioridad técnica" contra la cual la Isla tenía poco que hacer. Eso explica, según el texto, la facilidad con que resultó "claramente ganador".
Tras sugerir que los cubanos no tenían posibilidades de vencer, la declaración critica la "agresividad vil y organizada" de los aficionados de la Isla exiliados en Miami, que lograron "desestabilizar" el evento y "menoscabar el ánimo de los atletas".
Los organizadores del Clásico –que prohíben cualquier manifestación política– alegaron tener derechos sobre el estadio LoanDepot Park, hogar de los Marlins de Florida
La culpa, desde luego, recae en las autoridades deportivas estadounidenses que, a pesar de las peticiones de la Federación Cubana de Béisbol, no manejaron la situación con severidad. El hecho de que hubo un contacto de Miami con La Habana para prevenir "incidencias" fue denunciado este martes por José Antonio Álvarez, locutor de Univisión Radio en Miami.
De acuerdo con Álvarez, que cita una entrevista realizada a Manolo Reyes, comisionado de la ciudad de Miami, hubo "una reunión previa" al partido donde la Federación Cubana de Béisbol exigió que no hubiera en el estadio "camisetas y pancartas" ofensivas al régimen y que "no se colocara en el estadio música de Willy Chirino y Celia Cruz". En aquel encuentro Reyes se negó a ceder, afirmó el locutor.
Sin embargo, los organizadores del Clásico –que prohíben cualquier manifestación política durante los juegos– alegaron tener derechos sobre el estadio LoanDepot Park, hogar de los Marlins de Florida, pero accedieron a que entraran aficionados con mensajes alusivos a la libertad de Cuba en su ropa y en los carteles, señaló la revistaSwing Completo.
Los mensajes contra el régimen de La Habana –que no pudo disimular Televisión Cubana en su transmisión del partido– colmaron la paciencia de las autoridades, que acusan a "ciertos representantes" y políticos locales de Florida de "complicidad" con los manifestantes.
Agregan, por otra parte, que "la ciudad de Miami no reúne las condiciones mínimas para ser sede de un evento internacional"
En cuanto a los cubanos exiliados que bajaron al terreno portando banderas, entre ellos el escritor Carlos Manuel Álvarez y el artista El Sexto, la Cancillería los acusa de amenazar la seguridad del Team Asere. "Todas estas acciones eran causas suficientes para la expulsión inmediata, citación, arresto u otras consecuencias legales, que en esta ocasión no se produjeron", señalan, a pesar de que quienes entraron al terreno fueron detenidos hasta el día siguiente por la Policía local.
"El Gobierno de Cuba alertó con suficiente tiempo al Gobierno de los Estados Unidos, por los canales diplomáticos, sobre las amenazas públicas y abiertas que se concebían para empañar la participación del equipo cubano en el segmento del campeonato que tendría lugar en la ciudad de Miami y acerca de la trayectoria corrupta e irresponsable de las autoridades de esa ciudad", añade el comunicado.
Fracasaron, zanjan, por una causa clara: "El Equipo Cuba no participó en el evento en condiciones de igualdad". Pero el asunto no acaba ahí. La Cancillería remonta esa cadena de "discriminaciones" a la tardanza de EE UU para autorizar a los jugadores cubanos de Grandes Ligas a unirse a una selección organizada por el régimen de La Habana.
Agregan, por otra parte, que "la ciudad de Miami no reúne las condiciones mínimas para ser sede de un evento internacional y que sus autoridades tienen una responsabilidad fundamental en esta despreciable realidad".
Mientras, el Gobierno recibía por todo lo alto a los peloteros residentes en la Isla, que encontraron consuelo contra la derrota no tanto en las calles de La Habana como en los supermercados de Florida donde se fueron de compras.
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