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Cuba termina con balance positivo su actuación en la Liga Can-Am

La selección jugó la última parte del programa mucho mejor que el principio y, finalmente, dejó una imagen positiva. (Facebook)
Ernesto Santana

07 de julio 2016 - 10:09

La Habana/El frío fue una de las causas del incierto comienzo de nuestra selección beisbolera, según declaró el presidente de la Federación Cubana de Béisbol, Higinio Vélez. "No es fácil jugar con temperaturas de seis grados. A ello hay que adaptarse. Cuando lo hicieron, comenzaron a salir los buenos resultados", declaró.

Vélez reconoció, sin embargo, que se subestimó esta Liga y que fue un error considerar que con un entrenamiento realizado podrían dominar. El equipo no tuvo la suficiente preparación para enfrentar lo que encontró. "Se vino a un circuito que se caracteriza por lanzadores veloces, jugadores con experiencia en Grandes Ligas y otros que hacen aval para entrar", añadió.

Para Roger Machado, director de la selección cubana, las mayores deficiencias del equipo estuvieron en el pitcheo abridor y en algunos empujadores que fallaron a la hora buena. "Enfrentamos a lanzadores con velocidad por encima de las 95 millas y de muy buen control", dijo. Por otra parte, fueron probados peloteros de mucho futuro que asumieron tareas y las cumplieron. "Ahí está la base para el Clásico Mundial el año que viene, por eso hay que trabajar duro y bien. Para el colectivo de dirección, estos encuentros fueron ideales, pues permitieron comprobar en la práctica con qué contamos", resumió Machado.

Heriberto Suárez, comisionado nacional, considera un éxito el evento pues, desde el punto de vista competitivo, se cumplieron los presupuestos con los que se fue a la competición y, además, se han consolidado relaciones con una Liga como la Can-Am. "Es la primera vez que un colectivo juega un certamen por largo tiempo como este y lo ha hecho con disciplina, cohesión, armonía y dándolo todo por la bandera y las cuatro letras", afirmó.

Quizás ahora estos directivos, que llegaron allí subestimando esta Liga, ahora regresen al país sobrestimándola. De todos modos, la selección jugó la última parte del programa mucho mejor que el principio y, finalmente, dejó una imagen más positiva, por lo que los organizadores están valorando invitar a dos equipos cubanos para la próxima temporada.

En 20 juegos, Cuba bateó colectivamente para 286 de average en un campeonato que promedia 267. Desafortunadamente, el zurdo Guillermo Avilés (167) no dio extrabases ni impulsó carreras en los diez encuentros en que participó, mientras Yunior Paumier (226) solo bateó un doble sin producir anotaciones y el receptor Osvaldo Vázquez (211) se limitó a pegar cuatro indiscutibles y a empujar una única carrera.

Aunque sin mucho brillo, Julio Pablo Martínez y Luis Robert Moirán tuvieron un aceptable average al bate y defendieron sin cometer errores. Por su parte, Yosvani Alarcón —ubicado séptimo entre los líderes del evento, impulsó 14 anotaciones—, Yorbis Borroto, Yoelvis Fiss y Juan Carlos Torriente batearon para más de 300. En colectivo, el equipo cubano logró batear para un average de 286, conectando 29 dobles, un triple y 5 jonrones en más de 700 turnos, al tiempo que robaba 13 bases.

En cuanto al pitcheo, la labor de Yosvani Torres, Dachel Duquesne y Ulfrido García fue bastante pobre. No obstante, la selección cubana logró un tercer puesto en este departamento, con 3,61 carreras limpias permitidas por juegos de nueve entradas y, aunque fue la que menos ponches propinó (139), también resultó la que menos bases regaló (71), permitiendo 0,4 jonrones y 8,6 hits por juego.

Yaifredo Domínguez, por su parte, terminó como el lanzador que menos carreras limpias permitió en el torneo, con 1,13 de promedio.

Lo más elogiable de la actuación cubana estuvo en la defensa, porque, colectivamente, el equipo cometió nada más que 12 errores a lo largo de 19 partidos, comandando con una efectividad de 0,983 ese acápite del campeonato.

Ojalá los directivos no sobrevaloren ahora esta actuación en una Liga de tan pobre categoría y hagan un trabajo de entrenamiento mucho más efectivo. O sea, ojalá no ocurra lo que desde hace unos años está ocurriendo siempre, ya casi como una tradición de nuestro deporte nacional: la repetición de errores letales, la realización de profundos cambios solamente a nivel verbal y la mala lectura de los resultados.

Ah, y menos mal que un solo jugador partió en busca de la Gran Carpa, el efectivo Lázaro Ramírez, y que su ausencia no resultó fatal.

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