Cuba gana la Serie del Caribe
La Habana/Cincuenta y cinco años después de que los Elefantes de Cienfuegos ganaran el torneo de 1960, el ahora equipo Cuba se llevó la Serie del Caribe este domingo. Ha sido uno de las competencias más traumáticas que han jugado los cubanos en los últimos años, pues la escuadra antillana difícilmente pudo llegar al último juego y alimentó las críticas hacia el béisbol de la Isla por parte de seguidores y comentaristas.
Sin embargo, en un giro que solo esperaban sus fanáticos más adeptos, Cuba no solo pudo llegar a la final, sino que además venció el juego contra los Tomateros de Culiacán por el trono. Los mexicanos no se lo podían creer y muchos aficionados del bando contrario tampoco. Nadie hubiera apostado por un equipo que ha provocado fenómenos tan extraños en la Serie del Caribe.
Entre esos fenómenos están, por ejemplo, que dos jugadores abandonen la selección en tierra puertorriqueña o que, en el medio del juego, aparezcan activistas que tiran volantes y gritan consignas. Ningún otro equipo tuvo que leer una proclama política rechazando la "traición" de uno de los suyos o detener un encuentro para apresar a un desconocido que se colara en el terreno.
Ningún otro equipo tuvo que leer una proclama política rechazando la “traición” de uno de los suyos
Por la parte deportiva, tampoco resulta normal que una selección tan insegura en el terreno sea capaz de remontar tanto. Y los cubanos remontaron más de la cuenta quizá. El hecho de haber ganado la noche anterior contra Venezuela ya significaba un tremendo éxito.
Pese a que se apostó todo por el juego de ayer y esta noche no abrieron los pitchers de más nivel, los pinareños que tomaron el montículo se vieron inmensos frente al bateo azteca. La batería cubana sí atacó, un poco mejor que en los juegos donde se vio totalmente amarrada, algo que marcó su actuación en este campeonato.
Cuba no fue el equipo que mejor lo hizo. Los números están ahí. Pero, realmente, a la hora de ganar lo hicieron mejor y tomaron el sentido de la oportunidad.
Si algo demostraron las derrotas sufridas en la etapa clasificatoria, es que perder puede producir frustración, pero también muchos teóricos del fracaso. Sería saludable que, ya en casa y con el trofeo de la Serie del Caribe, los dueños del béisbol en Cuba fueran capaces de mejorar el equipo que les representó en San Juan. Es la parte amarga de una victoria que, merecida o no, ya está consumada.