La derrota tiene el color del bronce
La victoria sobre Puerto Rico (7-6) sólo permitió que el equipo nacional alcanzara un tercer puesto que supo a poco
La Habana/La escuadra cubana de béisbol no pudo remontar la cuesta. Los jonrones de Yorbis Borroto y José Adolis García que propiciaron la victoria sobre Puerto Rico (7-6) sólo permitieron que el equipo nacional alcanzara el bronce. Un tercer puesto que se repite por segunda vez consecutiva en los Juegos Panamericanos y deja un sabor amargo entre los seguidores de ese deporte. La actuación ha sido calificada por muchos como una evidencia de la profunda crisis que atraviesa la pelota cubana y el retroceso en su calidad que experimenta.
El bronce ha sido tomado como una derrota por quienes desde las pantallas de su televisores vieron a un equipo cubano deslucido, con poca iniciativa y superado por sus rivales. La reacción en el último inning contra los boricuas, que hizo a los nacionales superar un marcador desfavorable de 3-6, apenas recordó los tiempos de gloria. Sin embargo, no sirvió para ir más allá del lugar más bajo del podio.
No podía esperarse más de un equipo catalogado de "discreto" o "con poca garra" en las peñas beisboleras de todo el país, donde no le auguraban grandes conquistas. Antes de partir hacia Toronto, su suerte parecía estar echada.
El descalabro frente al equipo de Estados Unidos, los errores del manager Roger Machado en la selección del relevo, la apuesta por mantener el receptor ofensivo a pesar de tener dos defensivos, se combinaron también para esta pobre actuación. Hoy, las críticas se dirigen hacia el mentor avileño, pero lo ocurrido trasciende sus decisiones y apunta a serias fallas en el pasatiempo preferido de los cubanos.
La prensa oficial ha justificado el tercer lugar con la emigración legal e ilegal de primeras figuras y talentos. Ha señalado además como causas el "bajo trabajo en provincias claves, de una Serie Nacional con lagunas técnicas". El poco entusiasmo de los entrenadores de la base, la falta de peloteros en categorías inferiores y el mal estado de los terrenos donde deberían dar sus primeros pasos los más pequeños, se han aliado también para culminar en este deslucido resultado.
En las peñas beisboleras del Parque Central en La Habana y la Plaza de Marte en Santiago de Cuba, varios fanáticos se quejaban en la noche del domingo de que jugadores talentosos no fueron incluidos en la selección por temor a que desertaran durante su estancia en Canadá. El miedo de la autoridades a que aumentara el número de "quedados" derivó así en una representación de bajos quilates.
Los vaticinios para el Premier de noviembre próximo no parecen tampoco muy halagüeños, por lo que se requieren medidas urgentes y profundas que puedan detener la caída.