La diplomacia de los 'strikes' y los jonrones
La Habana/El inicio de la 55ª Serie Nacional de Béisbol, previsto para finales de agosto o principios de septiembre, podría estar marcado por la ausencia de jugadores estelares del deporte nacional. La razón de tales ausencias apunta al interés de equipos profesionales de Japón, México, Nicaragua, Venezuela, Colombia y República Dominicana para contratar atletas cubanos.
El principal estímulo de un pelotero cubano en las últimas décadas ha sido integrar la selección nacional para representar al país en campeonatos internacionales. Ese interés sigue en pie, y prueba de eso es la formación de un equipo que saldrá hacia Estados Unidos para competir contra un elenco universitario durante los primeros días de julio. Pero ahora se ha impuesto un atractivo superior: ser contratado para integrar la nómina de un equipo extranjero.
Los deportistas están dispuestos incluso a desprenderse del elevado porcentaje de comisión que se lleva el oficialista Instituto Nacional de Deporte Educación Física y Recreación (INDER). A pesar de esa “tajada” arrebatada, la posibilidad de participar en una temporada fuera de la Isla, le ofrece al pelotero nuevas experiencias deportivas y el camino para pertrecharse económicamente. Podrá regresar entonces con bienes de consumo inalcanzables o inexistentes en el país.
Aunque durante mucho tiempo parecía imposible la presencia de jugadores del patio en las ligas profesionales del vecino del Norte, ahora que se descongelan las relaciones con Estados Unidos esa esperanza se divisa en el horizonte. Tarde o temprano veremos también jugar en los estadios cubanos a los más prestigiosos equipos estadounidenses y el flujo de peloteros se instaurará en ambas direcciones.
Ahora los equipos foráneos contratan a los cubanos, pero en un futuro, Industriales o los Tigres de Ciego de Ávila podrían fichar a dominicanos, venezolanos y, por qué no, peloteros norteamericanos. Los fanáticos del deporte sueñan desde ya con esa fiesta de banderas y talento.