Premier 12 tiene oro coreano
La Habana/Cuando todavía no habían pasado cuatro horas de la paliza que le propinó Japón a México por la medalla de bronce, comenzó el partido por la medalla de oro, a las cinco de la madrugada hora de Cuba, que terminaría también, en notable coincidencia, con un marcador muy desequilibrado.
Con el majestuoso Domo de Tokio, al que los japoneses llaman el Gran Huevo por su forma, bastante lleno, Corea del Sur le anotó su primera carrera al abridor Zack Segovia en el mismo primer inning, mientras que el zurdo abridor surcoreano, Kwang Hyun Kim, mantuvo controlados a sus rivales desde el inicio.
En la tercera entrada, los peninsulares batearon un hit y un tubey para poner el tope dos por cero, lo que provocó la salida de Segovia –quien permitió cuatro imparables y regaló dos bases– para que viniera en su lugar Brook Pounders.
Estaban las bases llenas en el cuarto episodio cuando un hit, dos dobles y un dead ball pusieron el juego cuatro por cero, y el estelar B. H. Park dio un jonrón que hizo del cuatro un siete. El experimentado manager de Estados Unidos, Willy Randolph, quien fuera un notable segunda base, no tenía muchas opciones ante una ventaja tan inesperada.
Decidió, pues, mandar a Pounders de descanso y traer a Anthony Vázquez, su tercer pitcher en la jornada, que había abierto aceptablemente contra Venezuela. A estas alturas ya era muy difícil concebir siquiera un empate, pues en todo el torneo ningún equipo le había hecho tal racimo de carreras a los surcoreanos.
En el quinto episodio, los hombres de Randolph tampoco hicieron carreras y, para variar, los incansables coreanos se tomaron un descanso. En el sexto, Vázquez se mantenía tirando rectas de 90 millas y curvas de 60, controlando a los otros, pero de nuevo una combinación de hit, dead ball y base por bola puso a un corredor en cada base.
Anthony Vázquez bajó del montículo y vino a subirlo John Church, un robusto relevista de 29 años, muy robusto, siempre como relevista. Pero ya parecía imposible detener el impulso de los coreanos, que por mal corrido de una tercera base no anotaron más. Hasta el momento habían dejado a ocho hombres en base.
Cuando Chang Ming Lim viene a relevar, el equipo de Estados Unidos ha bateado solo cuatro hits. En el séptimo capítulo, no obstante, lo sustituyen por Woo Chang Cha, que mantiene el mismo control de la ofensiva norteamericana.
Corea del Sur, insatisfecha, en el octavo episodio, colocó dos hits más y llevó un hombre hasta home, que fue puesto out, pero el peligro continuaba y Randolph sacó a otro relevista, Cody Satterwhite, que cerró el turno. En la parte alta, vino el submarino coreano Tae H. Chong, de 37 años, que en 14 temporadas tiene 1,93 como promedio de carreras limpias.
El noveno inning lo abrió el relevista Coleman, séptimo pitcher de los norteamericanos, pero él tampoco bastó, pues se le llenaron las bases y entró una carrera forzada por un dead ball. Acudió un octavo lanzador, Joey Denato, relevista que a veces actúa como cerrador y que poncha con frecuencia. No hizo mal papel, pero el coreano Sang Woo Cho sí cerró con broche de oro al dar el noveno cero.
Corea del Sur se quedó con la medalla de oro del Premier 12 gracias a 13 hits que les dieron ocho carreras. Más hubieran sido de no haber dejado nada menos que a 12 corredores en circulación en todo el juego. Según las reglas, aunque para discutir el bronce cabía el knock-out, para el oro había que jugar todas las entradas fuera cual fuese la diferencia en el marcador.
Estados Unidos no hizo ninguna carrera y conectó solo cinco imparables. En el torneo, por cierto, ningún otro equipo aparte de Corea del Sur pudo darle blanqueada a la selección norteamericana.
Los tres equipos que subieron al podio no sorprendieron a nadie. Cualquiera que hubiera sido el orden final, Corea del Sur, Estados Unidos y Japón eran los favoritos de este Premier 12.