Todo preparado para la "gran final" del torneo de fútbol callejero en Candelaria
Candelaria/No hay pantallas inmensas, ni patrocinadores y mucho menos cazadores de talentos, pero la adrenalina se dispara como en cualquier estadio famoso con decenas de miles de espectadores. La segunda edición del torneo de fútbol callejero de Candelaria, en la provincia de Artemisa, celebrará este fin de semana su "gran final" tras haberse iniciado hace un mes y medio.
Con muy pocas opciones recreativas, los jóvenes del pueblo se arremolinan cada viernes y sábado en la pequeña cancha de pobre infraestructura, situada en los márgenes de la zona urbana. Allí gritan hasta perder la voz para apoyar a su equipo y cantan cada gol como si fuera el último. El entusiasmo deja poco espacio a las dudas: el fútbol hace palpitar los corazones hasta en los lugares más recónditos.
El pasado fin de semana se celebraron las rondas semifinales del torneo, cuya organización no corre a cargo de las instituciones estatales. Los siete equipos de la localidad que han participado en el campeonato han jugado seis partidos cada uno contra el resto de los oponentes, siendo 42 el número total de juegos realizados durante el evento.
El pasado fin de semana se celebraron las rondas semifinales del torneo, cuya organización no corre a cargo de las instituciones estatales
Los cuatro equipos que jugaron la semifinal enfrentaron en un primer grupo al equipo que obtuvo mayor número de puntos por victoria contra el cuarto, mientras que otra ronda enfrentó al segundo clasificado contra el tercero.
Durante la celebración del torneo se sumaron a las escuadras algunos jugadores del equipo de Candelaria, quienes aprovechan el período de vacaciones para disfrutar del deporte al margen de las instituciones deportivas.
"Nosotros mismos nos encargamos de formar los equipos y fijar las fechas de los partidos. Las pelotas, pitos, tarjetas y todo lo que utilizamos en el juego es nuestro", aclara uno de los jóvenes que este fin de semana correteaba de un lado a otro del improvisado campo.
Este verano los organizadores buscaron el apoyo de las entidades locales vinculadas al Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) pero solo obtuvieron "una pelota de voleibol inútil para jugar", se queja el jugador.
Sin embargo, la falta de apoyo institucional no los desanimó. "Nos sentimos muy orgullosos de haber logrado esto", asegura Darién Martínez, uno de los organizadores de la iniciativa. "No queremos un diploma, ni que el INDER consiga méritos, sino llevar nuestra liga a una escala superior y poder competir con equipos de otros lugares".
El evento se ha vuelto el tema central de las conversaciones en las calles de Candelaria. Los fanáticos al más universal de los deportes se congregan en el terreno, mientras que en las gradas brotan nuevos amores de verano, clubes de fans y hasta juramentos para dedicar la vida a convertirse en Lionel Messi.
"El equipo de Bayate es el que más puntos lleva y uno de los favoritos, aunque el de Godínez también viene con fuerzas", comentaba este fin de semana un aficionado desde el graderío, en referencia a los conjuntos que llevan el nombre de dos barriadas.
Cada jugador pone 1 CUC al inscribirse en el torneo y el total de lo que se recauda lo recibe el equipo campeón. "Tenemos un gran premio para el equipo ganador, que son aproximadamente 12 CUC por cada futbolista", cuenta Armando, uno de los organizadores.
Para Armando es mucho mejor ser independiente de las instituciones estatales, ya que así pueden organizar los calendarios, horarios y reglamentos por su cuenta y en beneficio de los deportistas.
Encontrar un terreno para jugar no fue fácil porque a medida que los partidos ganaban popularidad se necesitó un espacio mayor. "Lo que comenzó como un juego entre dos o tres personas se ha convertido en un verdadero acontecimiento", asegura Armando. "Una vez la policía nos botó de un lugar porque decían que estábamos jugando por dinero".
Cada jugador pone 1 CUC al inscribirse en el torneo y el total de lo que se recauda lo recibe el equipo campeón
A pesar de no ser reconocidos por las entidades deportivas locales, los muchachos buscaron apoyo en un árbitro profesional que los instruye en las principales reglas del deporte y, en su tiempo libre, interviene en los partidos.
"Sabemos que podemos perder el terreno donde jugar, así que no podemos buscar problemas", aclara Darién Martínez. "Aquí no puede haber alcohol ni broncas si queremos continuar con lo que nos interesa, que es la liga de Candelaria". A sus espaldas un grupo de jóvenes aplaude una jugada y beben refrescos.
"No jugamos por dinero, lo cual no significa que los que vienen a ver el partido no hagan sus apuestas, como lo hacen por el Madrid o el Barcelona. Tratamos de hacer este deporte de la manera más limpia posible", argumenta.
Algunos de los títulos que se disputan en los partidos del torneo son el de capitán del equipo ganador, pichichi de la liga o líder en asistencias. Aunque, por el momento, todos los jugadores se han erigido con el galardón de la popularidad por haber sacado al pueblo del aburrimiento estival.