Trump, Venezuela y Cuba en las Grandes Ligas

La Habana/Un suceso notable en estos días que atañe al béisbol nacional tiene que ver con el controvertido acuerdo entre la Major League Baseball (MLB) y la Federación Cubana de Béisbol (FCB), sobre el cual había dicho recientemente Jesús Barroso, director de la Serie Nacional, que no está "muerto", sino "dormido", y que "se tomarán decisiones importantes en el futuro para que este convenio se pueda cumplir".

Inesperadamente, el presidente norteamericano Donald Trump, que había ordenado la suspensión del histórico acuerdo, se reunió con directivos de la MLB y les dejó claro que, a cambio de revisar su decisión, ellos, como otros grupos relacionados con Cuba, debían instar a La Habana a "reducir su cooperación de larga data" con Venezuela.

Aunque algunos, como Fernando Cutz, exfuncionario del Consejo de Seguridad de Estados Unidos, ven en la propuesta de Trump un paso de avance hacia la posibilidad de que los peloteros cubanos puedan contratarse directamente desde su país —lo que debería frenar el tráfico ilegal de atletas hacia la Gran Carpa—, la realidad no parece reforzar ese optimismo.

Al margen de si el mandatario estadounidense está anteponiendo sus intereses políticos al principio de que el Gobierno cubano no se beneficie financieramente del contrato de los peloteros, lo cierto es que está proponiendo una negociación

Al margen de si el mandatario estadounidense está anteponiendo sus intereses políticos al principio de que el Gobierno cubano no se beneficie financieramente del contrato de los peloteros, lo cierto es que está proponiendo una negociación clara a las autoridades de la Isla, cuya respuesta no es difícil suponer.

De hecho, Oscar Sánchez Serra, subdirector de Granma, ha dado a entender que ya el canciller Bruno Rodríguez ha contestado por anticipación, desde el mes de abril a esa propuesta con lo que el periodista describió como un lanzamiento "de más de 90 millas en el orden ético".

"La solidaridad de Cuba con Venezuela es cuestión de principios, es la convicción de nuestro pueblo, y la decisión política de nuestro Gobierno, y enfrentaremos enérgicamente cualquier intento de chantaje", había declarado el canciller Rodríguez.

Es fácil prever entonces cuál puede ser la respuesta oficial cubana. Cualquier "decisión importante en el futuro para que este convenio se pueda cumplir", de la que habla Barroso, nunca pasará por el retiro del apoyo al régimen de Nicolás Maduro.

Ya en el terreno de juego, el principal centro de atención es la participación de una selección en la Liga Can-Am —que se logró cuando ya parecía que, por problemas de visado, no ocurriría—, importante fogueo en el camino hacia los importantes compromisos de este año para nuestra pelota.

Según Rey Vicente Anglada, mentor del equipo, entre estos atletas se halla el 90% del conjunto que asistirá a los Juegos Panamericanos de Lima. Aunque la gira norteña busca ante todo probar a cada jugador y esbozar estrategias, resultó preocupante el debut de dos reveses y una victoria ante los Campeones de Ottawa, terceros del torneo.

Los canadienses ganaron 5-4 el primer partido y, muy fácilmente, 5-0 el segundo, donde los caribeños solo batearon un hit (César Prieto). Aunque apretadamente, 3-2, Cuba se impuso en el tercero, que, como el segundo, fue a solo siete entradas, pues el mal tiempo impidió jugar el sábado y hubo que efectuar dos choques el domingo.

Pero los nuestros se tomaron 21 ponches en 80 veces al bate y el poco control de los lanzadores, las pifias a la defensa y el mal corrido de las bases hicieron el resto. Por suerte, Anglada movió constantemente la alineación y puso su mayor confianza en los más jóvenes, aunque veteranos como Frederich Cepeda fallaron demasiado.

El béisbol cubano está sediento de algún éxito internacional que suba la moral de la afición y de los jugadores, pero lo más inquietante hasta el momento de esta labor en la Can-Am

En el cuarto choque de la gira, ante los Capitales de Québec, los cubanos se impusieron también 3-2, ya más convincentemente, con jonrones de Prieto y de Cepeda y la continuada eficiencia de Raúl González, que mantiene average de 600. Pero este éxito para el abridor Lázaro Blanco fue ante unos rivales que están al final de la tabla de posiciones.

Naturalmente, el béisbol cubano está sediento de algún éxito internacional que suba la moral de la afición y de los jugadores, pero lo más inquietante hasta el momento de esta labor en la Can-Am —y recordando la pésima actuación anterior— es que se trata de un torneo que ni remotamente resultará tan exigente como la cita hemisférica de Lima o el Premier 12, los dos grandes retos en el horizonte.

Con estos desafíos internacionales se relaciona también el otro evento relevante en la pelota cubana: la recién concluida VI Serie Sub 23, donde Sancti Spíritus se estrenó como campeón con un brillante desempeño en el play off: aunque comenzaron cayendo noqueados ante Santiago de Cuba en la semifinal, los Gallos se impusieron a las Avispas y luego barrieron a Cienfuegos para coronarse.

"Queríamos romper con el mito de que los espirituanos no ganan a la hora buena", declaró Eriel Sánchez, mentor por segundo año consecutivo de estos novatos gallos de pelea. Con ellos se cumple lo mismo que con el resto de los equipos: son la cantera principal para nutrir el equipo principal de mayores y tal razón justifica con creces la existencia de ese evento.

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