De vuelta al ardiente terreno de juego tras el paso del huracán Irma
Las autoridades tienen que escoger entre un buen espectáculo o el fracaso, si es que de verdad les interesa
La Habana/Después del paso del huracán Irma millones de cubanos están preocupados por cualquier cosa menos por la pelota. El inicio del calendario, los lugares donde se jugarán los próximos partidos y la transmisión televisiva de la 57 Serie Nacional de Béisbol son ahora lo de menos. No obstante, siempre quedan los fanáticos que apuestan por la continuidad del evento deportivo a sangre y fuego.
Muchos piensan que de seguro los peloteros se tomaron un descanso en estos días de tregua obligatoria. Pero en realidad muchos de los deportistas han sido tan afectados como los cientos de miles de familias golpeadas por el evento meteorológico, y aun así tienen que incorporarse a sus equipos dejando quién sabe cuántos problemas en sus viviendas.
Esta traumática pausa en el calendario ha sido una de las consecuencias de que se adelantara el inicio del clásico nacional para principios de agosto –buscando que no chocara con importantes torneos internacionales–, lo que se suma a dificultades como el infernal calor y los repentinos aguaceros, lo que provoca la suspensión de muchos partidos.
Muchos de los deportistas han sido tan afectados por Irma como cientos de miles de familias, y aun así tienen que incorporarse a sus equipos dejando quién sabe cuántos problemas en sus viviendas
Mentores como Carlos Martí consideran que cambiar el calendario para poder asistir a la Serie del Caribe con un campeón provoca más problemas que beneficios, y por ello propone no adelantar la serie y que vaya a representar en esa cita regional el equipo que se encuentre en mejor posición en ese momento, con sus correspondientes refuerzos.
Están además las diversas complicaciones físicas que provoca el extremo calor en los jugadores durante los insufribles partidos vespertinos, principalmente por las contracciones musculares y la deshidratación. Muchos de los peloteros de mayor calidad, para colmo, se hallan cumpliendo contratos en el extranjero en esta época. De manera que son diversas las dudas acerca de que se esté intentando realmente dar un buen espectáculo deportivo con la Serie Nacional.
Qué decir, además, del disfrute de la afición en un horario de juego en el que la mayor parte de la gente está inmersa en sus obligaciones, además de que los que asisten a los estadios a esa hora han de sufrir el mismo calor abrasante que los deportistas.
Las autoridades tienen que escoger entre un buen espectáculo o el fracaso, si es que de verdad les interesa. Es conocido en nuestro país el extremo despilfarro en muchísimos sectores y la tremenda corrupción a todos los niveles en todos los organismos. ¿Es tan difícil lograr un poco más de calidad y de racionalidad en la organización del principal espectáculo deportivo nacional?
¿Es tan difícil lograr un poco más de calidad y de racionalidad en la organización del principal espectáculo deportivo nacional?
El torneo seguirá arrastrándose, sudoroso, apurado por el tiempo y las carencias. Quizás también tenga sus buenos momentos y Pinar del Río continúe su paso impresionante encabezado por el tremendo Pedro Luis Lazo.
Ojalá que Frank Montieth, Yosvani Torres y otros pocos serpentineros sigan destacándose en medio de un pitcheo nacional en estado crítico, que los Leñadores de Las Tunas prosigan su buen paso, que Industriales estabilice más su juego ahora que debe tener mejor su departamento de serpentineros, que las Avispas de Santiago, los Azucareros de Villa Clara y los Cocodrilos de Matanzas no decaigan, porque siempre queda una afición que necesita héroes, que vive de las emociones que solo un buen juego de pelota puede regalar.
Entre las undécimas subseries que comienzan –las novenas y las décimas se ajustarán en el período destinado a los juegos pendientes, del 5 al 11 de octubre–, las más interesantes serán las que disputarán Pinar y Villa Clara, Matanzas y Santiago y, claro está, Ciego de Ávila e Industriales. Hay que tener en cuenta que a los vegueros solos les hace falta ganar 7 de los 23 partidos que tienen por delante para garantizar su pase a la segunda fase.