Alejandro Gil, ministro de Economía
Antes un desconocido, se ha convertido en hombre clave de la economía de la Isla en su peor año
La Habana/Casi un desconocido cuando Miguel Díaz-Canel lo eligió ministro de Economía y Planificación de Cuba, se ha convertido en hombre clave de la Isla en un año en que la pandemia ha terminado de hundir una economía que ya estaba en estado de coma.
De la misma generación que el presidente, Gil es funcionario desde siempre y ocupó el cargo de viceministro cuando el octogenario Ricardo Cabrisas estaba al frente de la cartera.
De su vida personal se sabe que es hermano de la presentadora de la televisión cubana Vicky Gil, ahora residente en España, y que ha descrito en sus redes sociales al ministro como "un hombre brillante, sencillo, dedicado, estudioso, inteligente y sacrificado" que "habita con su familia en el mismo apartamento deteriorado de siempre. No se beneficia de su cargo. Sólo vive para trabajar y para sacar adelante una economía agonizante. Cambió su vida de privilegios en Inglaterra como gerente de la compañía mixta Seguros Caudal para regresar a Cuba y trabajar de sol a sol sin prebendas ni comodidades".
Sea o no así, los cubanos lo han visto calcar el discurso oficial sin ninguna novedad de las muchas que podrían esperarse para un hombre al timón de la economía en un momento clave. Las reformas de más calado realizadas este año, con la unificación monetaria a la cabeza, han quedado reservadas a Marino Murillo, mientras él se ha encargado de minimizar las críticas a la expansión de las tiendas en divisas, que desde este año comercializan productos de alimentación e higiene, para molestia de los ciudadanos.
En mayo se atrevió a sacar los pies del tiesto en una reunión del Consejo de Ministros en la que admitió la gravedad de la crisis. Sus palabras fueron recogidas por la prensa oficial que se vio obligada a retirar el artículo haciendo prevalecer la versión ortodoxa de evitar el pesimismo.
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