Festival de Cine, sin frío ni largas filas
La Habana/Sin bajas temperaturas ni largas filas transcurre la edición 38 del Festival internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Este año el evento muestra cierto desgaste en comparación con el entusiasmo que generaba años atrás. Los problemas de organización y difusión de la cartelera han contribuido a la poca afluencia de público en numerosas proyecciones.
Las imágenes de un diciembre invernal, con abrigos y boinas, en los que miles de cubanos se agolpaban a las afueras de los cines de La Habana parecen haber quedado en el pasado. El cambio climático y la distribución independiente de audiovisuales han cambiado el rostro a la principal cita cinematográfica de Cuba.
La censura también ha hecho su parte. A la exclusión de la cinta Santa y Andrés, del director Carlos Lechuga, se han sumado otros títulos, entre ellos un documental dirigido por Juan Pin Vilar que aborda la biografía de Pablo Milanés. El cortometraje no ha pasado los filtros ideológicos porque el cantautor detalla el tiempo que pasó en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), unos campos de trabajo forzado donde entre 1965 y 1968 fueron internados homosexuales, testigos de Jehová y otros ciudadanos "incómodos" para el Gobierno.