Omara Portuondo, 94 años y aplazando el retiro
"Cada persona decide cómo quiere vivir y morir también", ha defendido la artista
La Habana/Hace tiempo que Omara Portuondo lleva a cada uno de sus conciertos dos cosas fundamentales: un médico que monitoriza su salud y una silla desde la que ofrece sus canciones. Hace mucho, también, que los seguidores de la artista de 94 años vaticinan su salida de la música y el pasado octubre por fin la noticia llegó.
Tras un episodio de desorientación sobre un escenario en Barcelona, Ariel Jiménez, hijo y agente de la diva del Buena Vista Social Club, anunció su retiro. Sin embargo, exactamente un mes más tarde, otra declaración de Portuondo dejó perplejo al público: “No me retiro de la música”.
Antes del traspiés en el Palau de la Música de Barcelona, la activa carrera de Portuondo a su edad ya generaba controversia entre sus seguidores, pero el episodio de “fatiga” que provocó que la artista dejara a medias la canción Lágrimas negras fue la gota que colmó el vaso.
El público, que pagó hasta 75 euros por una entrada, gritó “explotadores” y “déjenla descansar” a los organizadores, a lo cual Ethiel Failde, director de la orquesta homónima que la acompaña en el escenario, respondió que los gritos eran una falta de respeto. “Ella misma en persona pidió cantar”, dijo, y recordó que “Omara siempre ha dicho que quería morirse en el escenario”.
El público, que pagó hasta 75 euros por una entrada, gritó “explotadores” y “déjenla descansar” a los organizadores
Las justificaciones del equipo de Portuondo llegaron poco después, cuando Jiménez aludió a un “retiro definitivo”. “Por recomendaciones médicas, la posibilidad de que siga cantando, ensayando y grabando, contribuye favorablemente a su salud mental, aunque a un ritmo moderado y siempre de acuerdo a su estado físico. Para ello se le realizan exámenes periódicos y se monitorean sus indicadores”, aseguró entonces.
Ese mismo entusiasmo, defendió Jiménez, fue el que llevó a la familia a organizar junto a Cuza Agency y la Orquesta Failde un homenaje a la legendaria agrupación Buena Vista Social Club. “Ella aparecería para interpretar unos pocos temas, desde su condición de protagonista excepcional de ese proyecto y del mismo modo en que lo hacía con la nómina original”, afirmó su hijo. Habría cuatro conciertos fuera de Cuba, dos de los cuales ya habían terminado, en Gran Canaria y Colombia.
Sin embargo, un comunicado de Portuondo semanas después explicaba que, aunque los conciertos largos y en vivo ya estaban fuera de su alcance –“me fatigo, y es natural por mi edad”–, seguiría haciendo grabaciones y “otras actividades” que su salud le permita.
Un comunicado de Portuondo semanas despúes explicaba que seguiría haciendo grabaciones
La también conocida como la Novia del Filin agregó: “Mientras tenga fuerzas y personas que me quieran escuchar seguiré cantando. Porque como siempre les digo: la música es en mi, cielo, tierra, mar y sol, alegría y razón”, zanjó.
Portuondo nació en 1930 y sigue siendo uno de los grandes referentes de la música cubana en el extranjero, pero su carrera, sobre todo en la Isla –en la que dejó de cantar hace años– tampoco estuvo libre de tropiezos. Su fidelidad al régimen y, en 2003, su firma rubricada en la carta que apoyaba el fusilamiento de los jóvenes que secuestraron la lancha de Regla para escapar a EE UU, le costaron la animadversión de muchos seguidores.
No obstante, si Omara Portuondo ha dejado claro algo, es que ha vivido siempre según sus propias reglas. “Con el respeto de todas las personas que sinceramente me aprecian, cada persona decide cómo quiere vivir y morir también”.