Sube el precio del pollo de EE UU, bajan las importaciones desde Cuba
La bancarización frena la venta de alimentos por las 'mipymes' a precios más económicos
Madrid/El precio del kilo de pollo que Cuba importa de EE UU sigue subiendo y se situó en julio en 1,23 dólares, un 3,4% más que el mes anterior (1,19) y un 38% más que en mayo, cuando apenas costaba 0,89 dólares. En este contexto, las importaciones se redujeron respecto al mes anterior tanto en cantidad, al ascender a 24.398 toneladas, como en valor, suponiendo un gasto de 30 millones de dólares.
En junio, la Isla había importado desde el país vecino 27.631 toneladas por 32,8 millones de dólares.
El aumento del precio "quizá no influyó mucho", considera el economista cubano Pedro Monreal, que señala no obstante que la tendencia a importar la carne del ave desde EE UU es cada vez mayor si se mira con perspectiva. Más allá de las fluctuaciones mensuales, la gráfica temporal que muestra el experto y que abarca las compras desde 2002 pone de manifiesto una línea ascendente que es especialmente clara desde 2019.
"Las cifras tienen como fuente el Departamento de Agricultura de EE.UU e incluyen todas las exportaciones de carne de pollo hacia Cuba contratadas por todos los tipos de clientes finales (estatal y mipymes)", añade Monreal, que espera ver más adelante el efecto que las limitaciones de la bancarización puedan suponer en estas compras.
La población había notado en los últimos meses una ligera caída de los precios del pollo, así como en los del aceite, que es junto con esa carne lo más importado por las nuevas empresas privadas que han florecido en Cuba. Sin embargo, el anuncio a principios de agosto de las nuevas medidas para aumentar las transacciones telemáticas y reducir la circulación de dinero en efectivo amenazan con volver a sobrecargar el costo de la única proteína de origen animal a la que ya pueden aspirar cotidianamente los cubanos, debido a la escasez y vigilancia de la carne de cerdo y, más aún, de la de res.
La preocupación sobre cómo van a importar las empresas privadas, que compran en divisas pero venden en pesos, en ausencia de un mercado cambiario oficial realista, está entre las primeras preocupaciones de la población y se ha reflejado en varios artículos de la prensa estatal de esta misma semana, cuando se cumple un mes del anuncio de las medidas del Banco Central de Cuba.
El economista cubano Óscar Fernández, muy crítico con la bancarización, advirtió desde el primer momento de las desviaciones que podría tener en las compras de estos productos. "Ocurrirá una severa reducción de la oferta de importación privada" y, consecuentemente, la subida de precios de productos "que habían comenzado a bajar".
"El pollo, el aceite y el detergente lo adquieren muchísimas personas que están muy lejos de ubicarse en un percentil alto de ingresos, que encuentran en esta oferta privada una alternativa mejor al mercado negro, tanto en precio como en seguridad, y de paso muchas veces más económica que la oferta de las tiendas (en) MLC (moneda libremente convertible)", expuso. "Por otra parte, cuando desaparezca la oferta privada de pollo, las personas de mayores ingresos generarán una demanda que será satisfecha con el pollo de los pobres. Y desviarán y comprarán el pollo de los pobres. Así de simple".
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