Autorizar el sacrificio controlado de ganado mayor fue un "error", dicen los funcionarios cubanos

Amparados por la inacción de la Policía, los ladrones siguen diezmando las fincas con impunidad

El envejecido campesinado cubano ya no sabe qué hacer frente a los ladrones, que se cobraron en 2022 la ingente cifra de 82.445 vacas y caballos. (14ymedio)
El envejecido campesinado cubano ya no sabe qué hacer frente a los ladrones, que se cobraron en 2022 la ingente cifra de 82.445 vacas y caballos. (14ymedio)
Juan Izquierdo

03 de mayo 2023 - 19:59

La Habana/El escenario ganadero en Cuba, marcado por la brutalidad en los robos y la inacción policial, no puede ser más caótico. La Resolución 88 del Ministerio de Agricultura, que aprobó en 2022 un "procedimiento para el sacrificio y consumo de las carnes de ganado vacuno procedentes de los autoconsumos" para las entidades y productores autorizados, ahora es visto por los funcionarios como un "criterio erróneo" del cual se arrepienten, pues en lugar de aliviar la situación disparó el nivel de delincuencia, según declararon a Cubadebate.

El envejecido campesinado cubano ya no sabe qué hacer frente a los ladrones, que se cobraron en 2022 la ingente cifra de 82.445 vacas y caballos en todo el país, según la prensa oficial. Pocos acuden ya a la Policía, cuyos pésimos mecanismos de investigación conocen bien las víctimas de este problema "de siempre".

"Al final no pasa nada": es la conclusión de la segunda parte de un reportaje sobre el hurto y sacrificio de ganado publicado este miércoles por Cubadebate, y del que se anuncia una tercera entrega. Productores, funcionarios y agentes han ofrecido al medio oficialista sus consideraciones sobre el tema, y ninguno se atreve a prever un panorama menos sanguinario: los ladrones son cada vez más efectivos y violentos, y en el campo la madrugada se vive con crispación.

"Los productores se sienten muy decepcionados con toda esta situación. Es muy doloroso para ellos que le coman una vaca que está ordeñando o que era para producir carne o trabajar"

"Los productores se sienten muy decepcionados con toda esta situación. Es muy doloroso para ellos que le coman una vaca que está ordeñando o que era para producir carne o trabajar", declara el director de ganadería del Ministerio de Agricultura, Adrián Gutiérrez. Muchos ya no saben ni siquiera "dónde poner a dormir a sus animales".

"Matas la vaca, te la llevas y no pasa más nada. Además hay un mercado seguro, que no es solamente la carne fresca sino la producción de embutidos", señala Gutiérrez. Los campesinos, por su parte, lo tienen claro: lo que le importa a los delincuentes es ganar dinero fácil: "¿Alguien pensó que con la ganadería iba a ser diferente?".

En San Cristóbal, provincia de Artemisa, la Policía logró detener a un delincuente que campeaba por su respeto de madrugada, con dos sacos repletos de carne. Con entera tranquilidad, contó a los oficiales de dónde había salido el producto, en qué finca había matado al animal y qué pretendía hacer con él.

Sin embargo, al llegar a la estación, el hombre cambió toda su declaración. Aseguró que "se había encontrado" los sacos y que, naturalmente, con el hambre que hay en la Isla no dudó en recogerlos para alimentar a su familia. Pasó tres días detenido y salió tras pagar la fianza. "No pasó mucho tiempo para que lo volvieran a encontrar una madrugada, matando otra vaca", zanja Cubadebate.

Liberar a delincuentes conocidos es una práctica cada vez más frecuente en las zonas rurales de la Isla. La "solicitud excesiva de pruebas", que critica la prensa oficial, va por encima del sentido común y del hecho de que los ladrones, de manera general, son reincidentes. A una persona le basta declarar que "se encontró la jaba de carne tirada por ahí" para que, tarde o temprano, salga impune.

"Parece que fue el padrinaje", explicó Benítez, aludiendo a que varios delincuentes están bajo la protección de los agentes

Osbel Benítez, un campesino de Manatí (Las Tunas) entrevistado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, relató que había sufrido también las consecuencias de la inacción policial. "Me comieron tres vacas el 12 de enero. Hice la acusación y todo se quedó así. No han hecho nada. Veo que la Policía hace lo que le da la gana", lamentó, a pesar de haber aportado "todas las pruebas".

"Parece que fue el padrinaje", explicó Benítez, aludiendo a que varios delincuentes están bajo la protección de los agentes.

Mientras, las reuniones locales con el Ministerio de la Agricultura son cada vez más frustrantes. Las autoridades atribuyen la facilidad para cometer delitos a la falta de control de la masa ganadera. "Es responsabilidad absoluta del propietario", afirman los directivos, que se lavan las manos cuando el animal no fue registrado, a pesar de las multas de 10.000 pesos y el decomiso que se le impone a quien viola la contabilización de su ganado.

"Si se logra que la masa esté contabilizada la persona tiene que denunciar obligatoriamente con la policía cuando suceda un evento", señalan. Pero si la vaca o el caballo no figuran en el registro estatal, ni siquiera vale la pena la denuncia. De acuerdo al papel, el animal no existe, y el crimen, tampoco.

Para Yudith Almeida, la jefa del Registro Pecuario Nacional, si un productor renuncia al "marcafuegos" –la herramienta con que se señala la piel del animal– o a la presilla, está cometiendo una "indisciplina" grave y exonera a las autoridades de los daños.

Mientras tanto, el déficit de carne y leche en el país se intenta suplir con alternativas que no dan la talla, como la crianza de búfalos

La funcionaria enumera las sanciones que pueden aplicarse a los incumplidores: 500 pesos y decomiso si no se poseen documentos que acrediten la contabilización del animal en el registro; 10.000 pesos si se viola la declaración de nacimiento de ganado mayor; 10.000 si no se declara su muerte; 10.000 por cada vaca o caballo faltante; 5.000 por cada proceso no autorizado de compraventa o traslado; y 20.000 si se incumple la actualización de datos de cada ejemplar ya registrado.

Ante la complejidad legal de explicar que se fue víctima de un hurto, "el campesino muchas veces prefiere no declarar", reconoce Almeida.

Ni siquiera los números oficiales pueden disimular la situación: 82.445 casos de hurto y sacrificio de ganado mayor en 2022 –casi 2,5 veces más que en 2021, cuando se registraron 33.690–, de los cuales 45.315 corresponden al bovino y 37.130 al equino. A la cabeza de las provincias más afectadas está Villa Clara (12.243 casos), luego Holguín (9.825) y por último Matanzas (2.926).

Mientras tanto, el déficit de carne y leche en el país se intenta suplir con alternativas que no dan la talla, como la crianza de búfalos. En Las Tunas, desde 2013, se impulsa una manada de 765 cabezas, pero los campesinos trabajan con "recelo y prejuicios", según el presidente de la empresa encargada de la cría, Leonel Ávila.

Optimista, Ávila afirma que los búfalos "tienen más ventajas que los bovinos", y pone su capacidad de reproducción como ejemplo. Además, señala que su producción de leche avanza bien y "todo lo que se comen lo convierten rápidamente en peso vivo", aunque, reconoce, los animales "demandan mayores volúmenes de comida". No obstante, la crianza de búfalos a gran escala en la Isla queda, según el propio campesino, en el plano de la mera posibilidad.

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