La Cepal calcula que el PIB per cápita cayó en Cuba en 2023
En América Latina, la Isla es el Estado que menos gasta para las pensiones no contributivas de los mayores de 65 años
Madrid/Cuba perdió en 2023 un 0,8% de su producto interior bruto (PIB) per cápita, según reflejan los datos del informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2024: desafíos de la protección social no contributiva para avanzar hacia el desarrollo social inclusivo. Presentado este martes por el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, el texto muestra que la Isla se queda en el vagón de cola de la región, formado por los cuatro países en los que el dato fue negativo, aunque en mejor situación que Perú (1,4%), Argentina (2,1%) y Haití (3,1%).
Aunque el documento expresa la caída en porcentajes, en 2022 la Cepal estimó el PIB total en 22.717,4 millones de dólares y un 2.018,2 per cápita, sin que el informe detalle el dato total ni la población que usó como referencia.
El PIB per cápita de la región no tuvo una gran variación, apenas una subida del 1,4%, alentada especialmente por los mejores datos de Panamá (5,9%), Costa Rica (4,5%) y Paraguay (3,5%). Esta cifra, señala Cepal, “refleja la capacidad de la economía para generar ingresos que atiendan las necesidades de la población. La disponibilidad de empleo y la participación en la fuerza laboral son determinantes directos de los ingresos de los hogares. La inflación, especialmente la de alimentos, impacta en el poder adquisitivo de las familias, en particular de aquellas en situación de vulnerabilidad económica”.
"Sus montos no llegaban a cubrir el déficit de ingreso per cápita de los hogares"
El informe, no obstante, se centra en cómo los países evaluados protegen a su población más vulnerable, aunque aborda la pobreza y las desigualdades –con ausencia de datos para Cuba, que no los facilita– así como los cuidados en las poblaciones envejecidas y cómo los Estados afrontan este reto. La Cepal ha puesto el foco en esta ocasión en los sistemas de prestaciones no contributivas, que deberían garantizar que la población más vulnerable esté atendida.
El organismo ha estudiado las pensiones no contributivas de 14 países, entre los que no está Cuba, y ha concluido que “pese a sus impactos positivos, sus montos no llegaban a cubrir el déficit de ingreso per cápita de los hogares para alcanzar la línea de la pobreza”. La Isla posee, no obstante, y así lo documenta el informe, un sistema creado en los años 70 (1979, concretamente), como los de Bahamas, Chile, Costa Rica, y se coloca así entre los primeros, siendo los pioneros Uruguay, en 1919, y Argentina, en 1948. La Cepal admite que la existencia legal del sistema “no garantiza la efectividad ni eficiencia de estos programas de protección social no contributiva, pero sí parece dotarlos de una mayor estabilidad jurídica en comparación con la de aquellos que se sustentan en decretos administrativos o ministeriales”.
Pese a la falta de datos de Cuba, que impide conocer más a fondo la dotación, la cobertura y otros detalles, además de compararlos con otros países, la Cepal sí tiene constancia de la contribución destinada por el Estado a las pensiones no contributivas de mayores de 65 años con respecto a su gasto público total. El resultado es que el régimen es el que menos destina –junto con Antigua y Barbuda– de los 24 países con datos, una cantidad por debajo del 0,005, frente al promedio de 0,42 regional en el que Trinidad, 2,8%) Guyana (1,6%) y Bolivia (1,5%), destacan ampliamente sobre el resto.
Según la Cepal, para avanzar en la erradicación de la pobreza “se requiere establecer un estándar de inversión para la protección social no contributiva de entre 1,5% y 2,5% del PIB o entre 5% y 10% del gasto público total”. Sin embargo, estudiadas las aportaciones de 20 países, entre los que tampoco está Cuba, queda en evidencia que no llegan al 0,8% del PIB o el 3% del gasto público en 2022.
Otro de los datos destacables que aparece en el informe para Cuba es el de la inflación, precisamente por lo contrario, su incomparecencia. La Cepal considera que esta cifra es relevante “especialmente la de alimentos” porque “impacta en el poder adquisitivo de las familias, en particular de aquellas en situación de vulnerabilidad económica”.
Aunque los datos oficiales indican que en Cuba se situó en un 31%, se cree que es mucho más alta en el sector informal. La Cepal no incluye el número en este informe precisamente por considerar que la Isla pertenece al bloque de “países con inflación crónica”, junto a Argentina, Haití, Suriname y Venezuela, pudiendo desvirtuar los promedios de la estadística.
En términos generales, el informe contiene una buena noticia para la región, que es la caída de la pobreza al 27,3% de la población en 2023, la menor tasa registrada desde 1990 (172 millones de personas), así como de la pobreza extrema, que disminuyó un 0,5 % (66 millones de personas). La mejoría se debe especialmente a Brasil, y en menor medida Paraguay, República Dominicana, El Salvador y Colombia.
Sin embargo, las desigualdades crecen en un continente muy afectado por la mala distribución de la riqueza y donde la pobreza afecta “desproporcionadamente” a las mujeres en edad laboral (22,2%), los menores (40,6%), los indígenas (42,3%) y afrodescendientes (20,4%), y a quienes habitan en zonas rurales (39,1%).