Competir con las 'mulas', el complicado objetivo del Gobierno cubano con las remesas
El régimen intentará aprovecharse de la reanudación del servicio desde EE UU, pero, con la actual tasa de cambio, la vía oficial no resulta apetecible
Madrid/El fin del límite a las remesas enviadas desde EE UU a Cuba, una de las medidas anunciadas por Washington este lunes, además de la reanudación de los vuelos, parece una de las que mayor impacto podrían tener sobre la Isla. El beneficio es para las familias cubanas, que lo están pasando mal, pero se teme que el régimen aproveche la situación para recuperar lo que era su principal fuente de ingresos después de los servicios médicos comercializados en numerosos países.
"Hay que recordar que la mitad de las remesas llegan a través de las mulas. Nadie en su sano juicio lo quiere hacer por las vías legales. El tipo de cambio oficial está en 25 cuando en la calle está sobre los 100. ¿Quién va a mandar dólares legalmente?", ha expuesto Emilio Morales, de Havana Consulting Group.
Basta con hacer una búsqueda a través de las redes sociales para ver dónde está el negocio. "En EUA por 110 dólares se entregan en Cuba 10.500 pesos o por 115 dólares se dan 100". "Deposita 130 dólares en el exterior y le depositamos 100 MLC por transferencia o, si lo prefiere, 11.000 pesos". "Por cada 100, reciba 10.000 pesos, por 130 dólares, 100".
En el mercado paralelo, los intermediarios o 'mulas' cobran una comisión de hasta el 30%, pero el dinero recibido es oro, ya que, como promedio, cuadruplica la tasa oficial de cambio
La lista de ofertas es infinita pero las cantidades se parecen. En el mercado paralelo, los intermediarios o mulas cobran una comisión de hasta el 30%, pero el dinero recibido es oro, ya que, como promedio, cuadruplica la tasa oficial de cambio.
El negocio oficial de cambio de divisas se encuentra parcialmente parado desde que en 2019, bajo el mandato del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se impuso un límite de 1.000 dólares por persona y trimestre. Además, el mandatario también prohibió hacer negocios en los que estuvieran involucrados los militares cubanos. Era el caso de Fincimex, incluida en la lista negra del Tesoro estadounidense en junio de 2020. La entidad gestionaba el flujo de dinero hasta ese momento, en su mayoría a través de Western Union, que en octubre de ese mismo año tomó la decisión de abandonar el negocio ante las sanciones que acarreaba mantenerlo desde ese momento. El cierre definitivo se produjo a finales de noviembre.
Los hechos coincidieron en el tiempo con el cierre de fronteras por la pandemia, que estuvo vigente buena parte de ese año y de 2021, lo que llevó a resentirse la cantidad de divisas recibidas por el Gobierno. Según datos de Havana Consulting Group, en 2019 los envíos de dinero en efectivo ascendieron a unos 3.171 millones de dólares, mientras que en mercancías fueron unos 2.900 millones de dólares. En 2020, la caída fue de más del 54%, con apenas 2.967 millones de dólares en conjunto. Este 2021 apenas superaron los 1.000 millones de dólares, un 70% menos que dos años atrás.
El Gobierno cubano ha podido mover una importante ficha que le permitiría recuperar esos ingresos, sacando a los militares de la ecuación, pero se ha negado sistemáticamente a perder el control sobre unas cantidades que llegan a representar, según varios organismos independientes, más del 6% del PIB. Algunas asociaciones llegaron a proponer que los depósitos se centralizasen en una entidad europea, una suerte de fideicomiso que garantizase que el dinero no quedaba en manos del régimen. Tampoco esta solución fue considerada.
El pasado febrero, la Gaceta Oficial publicó una resolución del Banco Central de Cuba que autorizaba a una entidad nueva, Orbit S.A., a "gestionar y tramitar transferencias internacionales desde el extranjero hacia Cuba" y "prestar servicios de pagos desde el extranjero a través de su infraestructura". La empresa tenía un plazo de un mes para presentar su inscripción, pero nada se ha sabido desde entonces, mucho menos quién se esconde detrás de ese nombre.
Otro intento, radicado en el exterior (Canadá), ha sido RevoluPay, la aplicación de RevoluGroup, creada por el propio Emilio Morales, con la que se prometía sortear a los militares, pero que no estuvo exenta de polémica y desconfianza.
En este lapso de tiempo han ocurrido otras cosas. La implantación de la Tarea Ordenamiento en enero de 2021 supuso, entre otras cosas, la unificación monetaria que dejaba la tasa de cambio entre la moneda nacional, el peso, y el dólar, a 24 por 1. La cantidad nunca ha sido realista y aún no había entrado en vigor la medida cuando los economistas advertían de que sería el mercado informal el que dictara realmente el valor del dólar.
Las empresas que operan en el envío de remesas aún no han revelado los planes que tienen tras el anuncio de Biden
Desde entonces, la moneda estadounidense comenzó a subir una pendiente interminable y seis meses más tarde ya se cambiaba en el mercado paralelo a 70 pesos. Otro medio año después, este enero de 2022, ya estaba superando los 100.
Las empresas que operan en el envío de remesas aún no han revelado los planes que tienen tras el anuncio de Biden. Sus comisiones han estado entre el 5% de Western Union y el 10% de AIS Remesas, la opción recomendada por el Gobierno hasta que en octubre de 2021 cerró temporalmente su servicio y nada se ha vuelto a saber. El régimen cobraba una comisión del 10% por el servicio además de un 3% sobre el dólar, pero esa vía ha estado paralizada hasta ahora. Otras opciones eran el envío desde Canadá o Europa de dólares canadienses y euros, aunque mucho más minoritarias.
Sin embargo, la reapertura de las fronteras ha puesto a las mulas otra vez en el mercado y su servicio es mucho más apetecible –incluyendo la gran cantidad de paquetería que traen a la Isla para nutrir los mercados– a pesar de la elevada comisión, ya que el dinero puede venderse a una tasa 4 o 5 veces más alta que la oficial. El Gobierno cubano tiene en su terreno la pelota de crear una alternativa mejor si quiere recuperar un negocio muy jugoso.
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