El consumo de alimentos en Cuba ha caído un 66,9% en 2022 por culpa de la inflación
El economista Pedro Monreal habla de panorama "devastador", que afecta sobre todo a trabajadores y jubilados
Madrid/Los datos oficiales de comercio minorista en la Isla correspondientes a 2022 ofrecen, según el economista cubano Pedro Monreal, un panorama "devastador" y alejan "cualquier visión de una alegada recuperación económica en marcha". El experto ha analizado la recaudación por la venta de los alimentos descontando la inflación y el resultado no puede ser más desalentador: la caída es de dos tercios con respecto al año precedente, un 2021 que no fue, precisamente, un buen ejercicio.
Monreal se fija exclusivamente, en un hilo de mensajes publicados este lunes en Twitter, en las ventas de alimentos y lo hace precisamente porque, como explica, "son bienes 'inelásticos', que en lenguaje de economistas significa que la demanda tiende a no afectarse significativamente por variaciones de precios", ya que las personas no pueden dejar de alimentarse y siguen comprando, aunque en menor cantidad, cualquiera que sea el precio de los productos.
"Una caída anual en dos tercios de las ventas minoristas 'reales' de alimentos no es un asunto menor [...] y revela una dimensión importante del 'ajuste' brutal del consumo y del poder adquisitivo agregado en Cuba"
A primera vista y sin descontar la inflación, las pastas alimenticias, los productos de la pesca , el pan y unos pocos artículos más parecen obedecer a la regla de la "inelasticidad", puesto que las ventas del primer rubro (pastas) han subido en 2022 un 85,5%, el segundo un 14,8% y el tercero un 2,9%, en comparación con el año anterior. En cambio, los otros productos han sufrido caídas de hasta un 25,8% en el caso del azúcar o, peor aún, un 28,4% para los derivados de la leche.
La realidad, sin embargo, es otra y mucho más preocupante. Cuando se toma en cuenta la inflación oficial registrada en 2022, un 63%, vemos que el valor de las ventas de las pastas alimenticias, que parecían gozar de buena salud, se han derrumbado un 31,4%, y esto indica una caída equivalente del consumo real por las familias cubanas. Esta bajada estrepitosa del consumo se refleja aún con más fuerza en otros alimentos: productos de la pesca (-57,5%), pan (-61,9%), arroz (-63%), productos cárnicos (-69.8%), azúcar (-72,5%) y derivados de la leche (-73,5%).
"Una caída anual en dos tercios de las ventas minoristas 'reales' de alimentos no es un asunto menor [...] y revela una dimensión importante del 'ajuste' brutal del consumo y del poder adquisitivo agregado en Cuba, con el costo del ajuste concentrado en trabajadores y jubilados", concluye Monreal.
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