"Queremos el papelito de la corriente", no el pago electrónico
En Las Tunas, la falta de cobertura móvil y la resistencia de los clientes conspiran contra la vía digital
La Habana/Las Tunas sigue pujando por cumplir las expectativas de La Habana en términos de bancarización, pero la realidad de la Isla puede más. Debido al costo del papel y el dinero que emplea en el salario de los cobradores de corriente, la Unión Eléctrica (UNE) de la provincia intenta a toda costa que los clientes paguen de forma digital. No obstante, la falta de cobertura móvil en zonas apartadas, la incapacidad de algunos clientes para adaptarse y –aunque no lo reconozca– la propia crisis energética tienen estancado el proceso.
“Al cierre del 2024 logramos que, de las 11 oficinas comerciales de la provincia, ocho llegaran al 100% de recaudación, además de la incorporación en el transcurso del año de unos 23.403 usuarios a los canales digitales, de manera que 110.584, como promedio, realizan mensualmente el pago por esta variante, lo que representa el 63,7% del total de clientes”, explica a Periódico 26 Roberto Conesa García, director comercial de la empresa.
Hace años que en muchas partes del mundo las empresas de servicios eléctricos cobran a sus clientes las facturas directamente de sus cuentas bancarias y que en los recibos no media el papel, que para la UNE es de tan “difícil adquisición”. Pero en el contexto cubano, entre la falta de la tecnología adecuada y la desconfianza en los bancos, muchos prefieren seguir contando con un recibo físico con el que puedan reclamar cualquier irregularidad.
En su mayoría ancianos, y algunos sin teléfono celular, los tuneros encuestados coinciden en que “el papelito” es un sistema más efectivo
Periódico 26 lo confirma: ni siquiera la desaparición de los cobradores que llegaban a los hogares en 2021, durante la pandemia –ese año también subieron las tarifas y los empleados debían cargar con mayor cantidad de efectivo–, hizo que muchas familias adoptaran canales digitales como Transfermóvil o EnZona. Por el contrario, muchos comenzaron a asistir ellos mismos a las oficinas de la UNE para realizar los pagos.
Con el recibo físico, “las cuentas estaban más claras”, cuenta uno de los entrevistados por el periódico. En su mayoría ancianos, y algunos sin teléfono celular, los tuneros encuestados coinciden en que “el papelito” es un sistema más efectivo. “Extrañaremos el ‘papelito de la corriente’, ese que en un lugar fijo de casa o rodando por varios recovecos nos dejaba evidencia física, palpable; nos detallaba un pago que ahora a muchos toma por sorpresa, parados frente a un ventanillo (de la empresa)”, añade Periódico 26, pero zanja: “avanza otra época”.
El medio reconoce que hay “personas para las que ese cambio significa un obstáculo insuperable o difícil de vencer”, pero asegura que hay “ejemplos positivos” y se han creado alternativas para quienes no logran adaptarse. “Estamos desarrollando la opción que consiste en un número telefónico para que el cliente, al referir su ID [número de cliente], conozca del consumo y tarifa por sufragar”, añade el directivo.
En las zonas rurales, no obstante, la implementación de pagos virtuales va a un ritmo diferente. “Esta iniciativa ya se encuentra en todos los municipios exceptuando Amancio, Puerto Padre y Jesús Menéndez, porque han presentado deficiencias en cuanto al personal preparado para asegurarla y no queremos hacerlo sin el debido respaldo”, anota el directivo.
"El servicio con esas características se presta únicamente en la zona urbana"
No obstante, reconoce que la falta de personal preparado no es el único problema: “El servicio con esas características se presta únicamente en la zona urbana; en la rural, debido a la falta de tecnologías que lo soporten, cajeros automáticos, bancos y que hay menos telefonía móvil, todavía es el lector cobrador quien cobra en efectivo la electricidad”.
Lo mismo ocurre con personas en situación de vulnerabilidad que no puedan realizar el pago. “Existe un levantamiento, que hizo nuestro propio personal, vivienda a vivienda, y un lector cobrador va a sus hogares”, explica.
Tanto Conesa como el diario pasan por alto la situación energética. Los frecuentes cortes de corriente no solo limitan el uso de la tecnología, sino que la ya mermada conexión a internet empeora cada vez que hay un apagón.
La implementación de la bancarización en Las Tunas no marcha como las autoridades de la UNE quisieran. En 2012, la provincia fue la segunda con el mayor índice de pagos digitales de recibos de luz, con más del 53% de las operaciones hechos a través de aplicaciones bancarias. Pero, “ya en el 2024 otras tomaron ese puesto de privilegio, lo que habla de un escenario cambiante y dependiente del acceso a la tecnología”, subraya Periódico 26.
La razón para ese estancamiento, aventura, podría estar en la forma en la que la empresa decidió afrontar el reto de la bancarización. Al contrario de en el territorio, donde se eliminó el comprobante físico por zonas, en otras provincias el proceso ha sido más o menos orgánico: “El ‘destierro’ del comprobante impreso inició exclusivamente por quienes pagaban por la vía digital”, explica el medio.