Mientras Cuba se concentra en la exportación, el café no llega a las bodegas por falta de productores
El sector depende en gran medida de la inversión extranjera, en especial de Italia
La Habana/El desmoronamiento de la producción de café en Cuba no es un secreto. Lo notan los consumidores en la desaparición del producto en las bodegas, en el aumento del precio del grano en el mercado informal y hasta en la calidad del que sí logran adquirir. La causa, según los productores de Santiago de Cuba, no está en que las plantas den menos semillas, sino en que no hay manos para cosecharlas.
Epifanio, Adis y Eliecer, tres productores de Santiago que Granma presenta como ejemplos de “pasión y sustento”, se dedican desde hace años a la siembra de café. Sin embargo, todos están en edad de jubilación –Adis, la mayor, tiene 85– y ven pocas perspectivas de que alguien los sustituya en la labor.
A nivel empresarial, la situación no es muy diferente. “Los principales asentamientos cafetaleros carecen de la población necesaria para satisfacer esta demanda”, explica a Granma Felipe Martínez Suárez, director de la Estación Experimental Agroforestal, del municipio de Tercer Frente.
Ni el dirigente ni el diario del Partido Comunista ofrecen cifras concretas, pero los comentarios sobre el desempeño del sector desde la llegada de Fidel Castro al poder dejan claro que el desplome en la producción es descomunal. “En 1961, el país logró un récord de producción de 60.000 toneladas. Pero con el transcurso del tiempo, el decrecimiento ha sido considerable, debido a factores económicos, ambientales y sociales, además del recrudecimiento del bloqueo estadounidense”, suaviza Martínez, esgrimiendo la consigna de culpar al embargo de cualquier crisis.
Según la Oficina Nacional de Estadística e Información, en el último quinquenio la producción cayó un 51% en el sector
Según la Oficina Nacional de Estadística e Información, en el último quinquenio la producción cayó un 51% en el sector.
“En 2023, la situación del saco para acopiar el café fue tensa, y los recursos para la recolección y movilización fueron insuficientes”, añade el directivo, aunque subraya que la empresa fue capaz de desarrollar plantas “más resistentes” gracias a la ayuda de Vietnam, además de algunos abonos.
Varios proyectos con financiación extranjera también han entregado insumos a los productores y con cantidades sobrantes del grano dedicado al autoconsumo se han elaborado paquetes de 250 y 500 gramos, y un kilogramo, de café para vender a la población “a precios asequibles”.
Granma menciona dos de estas iniciativas. La primera, Prodecafé, es una colaboración entre el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas y La Habana que inició en 2022. Según dijo la prensa estatal entonces, se contaba con una inversión inicial de 42,5 millones de dólares, 18,3 millones donados por el Fondo y 23,6 por Cuba. No obstante, se esperaba que el monto llegara a 63,6 millones con “nuevas contribuciones de donantes internacionales”.
El segundo proyecto es MásCafé, una iniciativa más antigua de la Agencia Italiana para la Cooperación y el Desarrollo. Según informó en enero pasado ACN, la iniciativa se implementa en Santiago de Cuba, Holguín, Guantánamo y Granma.
Entre otros insumos, ambos proyectos han entregado a los productores “herramientas esenciales”
Entre otros insumos, ambos proyectos han entregado a los productores “herramientas esenciales” como machetes, limas, carretillas, sacos, motosierras, tractores y motocicletas para el transporte.
A pesar de su insistencia en dar prioridad al consumo nacional, la caída de la producción cafetalera toca una fibra económica sensible para las autoridades: la exportación. El sector más lucrativo también ha sufrido las consecuencias de las malas cosechas, pero sigue resistiendo mejor que el dedicado al mercado cubano.
La creación de BioCuba Café S.A en 2023 es prueba de ello. La compañía surgió como la primera empresa mixta del Sistema Agroforestal Cubano con la Fundación italiana Lavazza, y está enfocada en la exportación del producto, especialmente a Europa. En 2019, antes de la fundación oficial de la empresa, Lavazza lanzó la línea de café ¡Tierra! La Habana para conmemorar el 500 aniversario de la capital.
Ahora, explica Granma, BioCuba Café S.A busca aumentar en un 50% el valor de la lata de café orgánico que cosecha en la Isla, de las variedades robusta y arábica. Según Michele Curto, el director, la compañía también cumple con la Isla. “Por cada tonelada de café que salga, tiene que estar garantizada la misma cantidad para los cubanos. Exportar café es necesario para aumentar la producción del grano en el país, y así lograremos tener café para todos”.
“La entidad ha comprado y suministrado a las empresas municipales productos de primera necesidad para las comunidades cafetaleras. Módulos que incluyen chícharos, frijoles, arroz, huevos, azúcar, aceite y carnes, todo a precios accesibles para los campesinos”, resalta también el periódico.
BioCuba Café S.A no obtuvo los resultados que esperaba durante su primer año
No obstante, BioCuba Café S.A no obtuvo los resultados que esperaba durante su primer año. “El cumplimiento del estimado el año pasado fue del 32%”, lamenta Curto, aunque promete “un promedio que casi duplica esa cifra” para este 2025.
La empresa tiene 4.500 productores en todo el oriente cubano y, según el medio, “trabaja arduamente para posicionar el café cubano y aumentar su valor, dado que, en la actualidad, la calidad y la limpieza son determinantes”. A ojos del periódico oficialista, la cubanoitaliana solo acumula méritos: “han logrado reducir el defecto de los lotes exportables, generando empleo para 82 mujeres artesanas en Contramaestre, quienes, como trilladoras, aportan un toque final al café, que supera la eficacia de máquinas modernas. Este trabajo manual incrementa el valor del producto en el mercado internacional”.
La compañía también se asoció con Cuba Ron S.A y la Ronera de Santiago de Cuba para desarrollar café “añejado en toneles de ron de alta calidad y microfermentación, que ya se posiciona internacionalmente como parte del café premium de la Reserva de Tierra Cuba, presente en más de 40 mercados”.
BioCuba Café S.A incluso ganó una licitación para vender sus productos en el Aeropuerto de Ámsterdam, Países Bajos, “que recibe cada año al menos 72 millones de pasajeros”. “Este emocionante proyecto comercializará café cubano de alta calidad en las 27 cafeterías con las que cuenta el aeródromo. Además, comenzaremos a sembrar variedades de café, tanto nacionales como internacionales, enfocándonos especialmente en la calidad arábica, con nuevos clones de Centroamérica”, añade Curto.
Los proyectos invierten el refrán criollo, que pide ocuparse primero de Cuba y del extranjero después. Granma lo hace notar con un bombardeo de preguntas: “¿Por qué no llega el café de la canasta? ¿De dónde sale el que se vende en el mercado informal? ¿Qué pasa con los planes que no se cumplen?”. Las interrogantes, concluye, “quedan en el aire”.