Cuba ha importado este año menos pollo de EE UU, pero más caro

La Habana/La exportación de pollo de Estados Unidos a Cuba en el primer semestre de este año alcanzó las 127.000 toneladas, un 8,6% menos que lo que compró la Isla en el mismo período de 2023 (139.000 toneladas). Sin embargo, debido al aumento del precio del kilo de ave, el gasto aumentó un 7% en el mismo período: de 141 millones de dólares en 2023 a 150,9 millones este año.

En resumen, la Isla recibe mucho menos pollo que en la primera mitad de 2023, pero el dinero que invierte en su compra es mucho más, aunque el kilo de carne del ave, que este mes está a 1,23 dólares, bajó casi un 9% respecto a mayo, cuando costaba 1,34.

En cuanto a los datos mensuales, este junio Cuba compró unas 20.000 toneladas de pollo, lo que representa una caída de un 25,9% respecto a junio de 2023, y un aumento del 15% en comparación con el pasado mayo.

No obstante, si los datos de este junio se equiparan con los de enero de este año, cuando la Isla importó más de 30.000 toneladas de pollo –la cifra más alta de este semestre–, la cantidad de carne del sexto mes del año desciende un escandaloso 30%. 

Para el economista cubano Pedro Monreal, estos números no son más que una clara representación de “la usual trayectoria oscilante de las exportaciones mensuales de carne de pollo de EE UU a Cuba”, explicó en la red social X.

El profesor recordó además que el pollo importado desde Estados Unidos es “la principal oferta de la fuente de proteína animal de mayor consumo en Cuba y compensa la aguda crisis agropecuaria nacional”.

El pollo es uno de los seis alimentos “esenciales” cuyo precio el Gobierno topó el pasado julio en 680 pesos el kilo. La respuesta popular, sobre todo en las tarimas particulares y en las mipymes, fue desaparecer el producto. Según pudo comprobar entonces 14ymedio, muchos comerciantes preferían perder la mercancía o venderla por la izquierda a perder dinero.

Aunque el Gobierno también eximió, además de al pollo, a la leche en polvo, el aceite vegetal, las pastas, el detergente y las salchichas de impuestos de importación, los ánimos no se calmaron. Este 6 de julio en algunos mercados de Sancti Spíritus o La Habana un kilo de la carne de ave –en paquetes de muslos– sobrepasaba los 850 pesos, según el registro que realiza este diario.

Asimismo, un reportaje realizado días atrás en Cienfuegos revelaba que el pollo, la leche y el aceite, los más imprescindibles y costosos entre los alimentos regulados, seguían desaparecidos de los puestos y mipymes. “Algunos vendedores todavía tienen los precios viejos en las tablillas o simplemente han desaparecido productos que vendían con regularidad. Es probable que muchos hayan decidido salir de ellos en el mercado informal y recuperar la inversión”, contaba entonces un cienfueguero.

Las autoridades han iniciado una campaña contra los “inescrupulosos” que siguen vendiendo a precios abusivos

Por su parte, las autoridades han iniciado una campaña contra los “inescrupulosos” que siguen vendiendo a precios abusivos. No obstante, los reportes de millones de pesos en multas, despliegue de un ejército de inspectores y amenazas con quitar licencias y cerrar negocios no han logrado cambiar el panorama.

Según Monreal, estas medidas “problemáticas” para la economía de la Isla –en franca crisis– están basadas en el “supuesto oficial” de que se puede lograr “estabilizar precios bajos” en el mercado interno ejerciendo presión y sin considerar la escasa oferta. 

Como siempre ocurre, cuando las importaciones de pollo bajan, se privilegia la entrada al país de porciones como los muslos o los contramuslos, más baratos en el mercado internacional. Otras partes del ave, como la pechuga o incluso los pollos enteros, quedan relegadas por ser más caras y con menos demanda interna aunque se trate de las más usadas por los restaurantes privados en sus platos debido a su versatilidad 

Los cocineros deben convertirse entonces en verdaderos cirujanos como esta semana sucede en el restaurante El Biky, en su sucursal a las afueras de la terminal 3 del Aeropuerto Internacional de La Habana. Por 2.600 pesos cubanos el cliente recibe un plato con arroz, una pequeña porción de papas y un sorprendente muslo de pollo convertido, debido a la crisis, en bistec.