Cuba registra este año una inflación superior al 70%, diez veces más que en EE UU

Madrid/La inflación, el dolor de cabeza más grande de los muchos que aquejan al Gobierno cubano este año, cerrará 2021 por encima del 70%, según informaron las propias autoridades a los diputados de la Comisión de Asuntos Económicos, convocados este domingo en el Palacio de Convenciones, en La Habana.

El ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, restó importancia e incluso celebró el dato al contrastarlo con el presunto 6.900% que "campañas difamatorias han planteado erróneamente" como "manipulación de un ejemplo que se puso en un momento para explicar cuál sería la devaluación del peso cubano si el sector estatal se encadenara con el no estatal a partir de algunos supuestos".

La cifra la dio en octubre el propio Marino Murillo, entonces jefe de la Tarea Ordenamiento y, no era un ejemplo. Aunque no se refería a la inflación anual del país, sino a la del mercado informal, sostuvo que tal desmesurada tasa influía "tanto en el minorista como en el mayorista".

Aunque no se refería a la inflación anual del país, sino a la del mercado informal, sostuvo que tal desmesurada tasa influía "tanto en el minorista como en el mayorista"

En la reunión en el Palacio de Convenciones quedó claro, en todo caso, que el problema está ahí y es grave, pese a que el Gobierno lo quisiera amortiguar al compararlo con la situación mundial. El vice primer ministro recordó que hay inflación en gran parte del mundo, motivada entre otros factores por el aumento del precio del combustible y que a ello no escapa Cuba, aunque su caso tenga otras connotaciones.

En EE UU, la inflación ha sido la más alta en los últimos 39 años, pero el dato es del 6,7% diez veces menos que en la Isla. En la zona euro, la preocupación reina por llegar a cifras que no se veían desde 1997, pero la media es del 4,9%, siendo Bélgica con un 7% de inflación la que peor escenario afronta. En Cuba, aunque la Tarea Ordenamiento ya se diseñó teniendo en cuenta el efecto inflacionista que iba a provocar en la economía, con un 70% supera en diez puntos las peores previsiones del Gobierno.

Gil Fernández destacó que en Cuba, frente a lo que ocurre en otros países, no aumentan los precios de suministros –bastante irregulares, por cierto– como la luz, el agua o el gas (al margen de la subida aplicada por la Tarea Ordenamiento) porque no dependen del mercado. Sin embargo, indicó que en la Isla la inflación se manifiesta en los alimentos de forma fundamental y lo atribuyó mayoritariamente a la población: "Hay mucha ilegalidad, reventa y especulación, lo cual es preciso combatir", dijo.

Tanto el ministro como Miguel Díaz-Canel insistieron en la importancia de aumentar la producción, para lo que se aprobaron en abril las 63 medidas para fortalecer la agricultura que, hasta la fecha, han dado nulo resultado. Además, rechazaron aumentar los salarios porque los precios "se comerían" esa subida a corto plazo.

Gil Fernández repasó también el dato del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) avanzado días atrás, que será de un 2% frente al 6% planificado, y añadió que la mejora será imparable, ya que esperan 2,5 millones de turistas para el próximo 2022.

Díaz-Canel, sin embargo, advirtió de que las nuevas restricciones en muchos países que son grandes fuentes de viajeros para Cuba (Canadá, EE UU o Europa) por el empeoramiento de la pandemia a causa de la variante ómicron podrían ralentizar más aún la recuperación económica. Eso sin contar con las repercusiones que pueda tener la variante en la Isla, que destinó 16.000 millones de pesos a la lucha contra el covid, 3.300 millones al proceso de inmunización y 400 millones de pesos a las dosis de refuerzo.

Tampoco las previsiones son buenas para el déficit, aunque nadie dijo la cifra en que terminará el año. El ministro de Economía dijo que es necesario reducirlo, ya que sigue siendo desproporcionado, que es fundamental controlar el uso del dinero y que su intención es lograr que en tres o cuatro años esté "en proporción con la economía". Ningún número ilustró estas palabras.

En la reunión intervino el primer ministro, Manuel Marrero, que acertó a decir que "no se pueden seguir poniendo excusas como el bloqueo para no lograr los niveles productivos planeados"

En la reunión intervino el primer ministro, Manuel Marrero, que acertó a decir que "no se pueden seguir poniendo excusas como el bloqueo para no lograr los niveles productivos planeados", aunque los discursos de sus colegas del Gobierno hicieran oídos sordos a esta sugerencia.

Entre las dos ideas principales que Marrero destacó están las que ya había avanzado semanas atrás: que no se permitirá que quienes venden en moneda libremente convertible sin haber recibido autorización sigan haciéndolo y que hay que aprovechar las nuevas disposiciones para crear riqueza. "Se trata de un problema de mentalidad, de quienes no quieren asumir los cambios. Hay un grupo de medidas que se han aprobado que dan posibilidades para una verdadera transformación".

Frente a este discurso, Díaz-Canel, que quiso echar buena parte de la responsabilidad de los desastres económicos a los ciudadanos –"hay chapucerías, maltratos, incumplimiento de los horarios y desviación de recursos", dijo– siguió en su empeño por recuperar a los clásicos.

"No se trata de nuevas maneras, sino de rescatar el concepto impulsado por Fidel, que no se estaba haciendo bien", opinó el mandatario. Se refería, concretamente, al ejercicio del Poder Popular, pero podría haberlo dicho para cualquier otra cosa.

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